Capítulo 1

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-Idiota.-susurré.

-¿Qué?-levantó una ceja.-Yo no fui quien dijo que trabajaría contigo. Culpa a Winston, en cualquier caso.

-Cómo sea.-bufé.-Hagamos esto rápido y evitaremos vernos todo el mes, ¿de acuerdo?

-No podría estar más, linda.-guiñó un ojo.

-¿Puedes dejar de hacer eso?

-No sé de que hablas, linda.-rió.

-Eso.-señalé.-De decirme así, como linda.

-Ah, eso.-río más.-No, no quiero.

-Imbécil.

-Gracias, linda.-remarcó su última palabra.

Tomé un bolígrafo y anoté en la ficha mi nombre y el de él.

Tema, a libre elección.
Presentación, original.
Compañero de trabajo, obligatorio.

Obligatoriamente estúpido.

No basta con joderme la semana, con vivir a unas cuántas calles de mi casa, de ir al mismo colegio y de que nuestros padres tengan negocios, no es eso suficiente.

Todo un mes de trabajo conjunto para poder acreditar todo el curso, y tiene que ser excepcional para impresionar a Winston.

¿Y qué ahora?

Nada, tendré que pasar cuatro días semanalmente atada a él para poder hacer correctamente el estudio socioeconómico que el muy imbécil escogió.

-Igual te quiero.-dijo cuando le golpeé con un libro por ser como es, por ser Kendall. Yo solamente asentí condescendiente con una sonrisa irónica para evitar más problemas.

Hoy, un dia pesado desde el amanecer. Escuché otra discusión de mis padres, evocando mi propia indiferencia y sutilidad ante el problema. Esos eran simplemente sus asuntos, totalmente ajenos a mí.

Y Greta, ante cualquier situación de mi verdadera incumbencia y -nótese mi ironía- su gran madurez y facilidad de meter las narices más allá de los límites.

Y para terminar y como cereza del pastel, tengo que buscar a Jany por su boda, y ayudarla toda la maldita tarde con su vestido y los arreglos.

Ah, y mi trabajo con el idiota.

¿Así o más estúpido este día?

-Bien, quiero qur llegues hoy a mi casa, a las 2 p.m. Trabajaremos dos horas y tú irás amablemente a tu casa y me dejarás ayudar a Jany.-sonreí hipócritamente.-¿De acuerdo?

-Si te digo que no, me vas a golpear, linda.-sonrío de la misma forma.-Y muchas chicas quieren bien mi rostro, así que es un sí.

-Entonces allí te veo.

-De acuerdo, linda.-me guiño su ojo.

***

Tomé un vaso de jugo. Fresco y delicioso.

Por lo menos algo bien en este día, ¿no?

El timbre sonó y obviamente supe que era Kendall.

-Hola, querida compañera de trabajo.

-Hola, estúpido compañero de trabajo.-lo dejé pasar.-Siéntate.

-Empecé con el trabajo, pero...-miró mis hojas en la mesa.-Veo que tu igual.

-Sí, así es.-bufé, él las revisó.

-Están mal.

-No es así.-me defendí.

-Por última vez, te digo que esos números van mal.

-Y yo te digo, linda, que tú no sabes hacer un simple cálculo de ingresos.

La puerta se abrió, dejando ver a una Greta con muchas bolsas en cada mano y a Jany por atrás. Dejó todas las bolsas tiradas en el recibidor y me miró molesta.

-¿Tanto te costaba ayudarme?

-No, pero no quise hacerlo, Greta.-le dije sonriente.

-Señoritas, por favor.-intervino Jany.-Solo fue un percance y...oh, hay invitados.

-Hola, querido.-dijo Greta tomando agua.-¿Qué haces con la inepta de mi hermana?

-Un trabajo escolar.-dijo seco.

-Sí, eso debía.-rió.-No creo que tú, que se ve que eres tan cool, estés con esta pequeña.

-Ella no es más que mi amiga.

-¿Amigo?-se acercó hasta nosotros.-¿O compañía de una noche?

-¡¿Qué?!-dijimos él y yo al unísono.

-¡Greta!-la reprendió Jany.

-Puede ser, puede ser.-levantó ambas manos inocentemente.-Nunca se sabe.

-Lárgate de aquí, Greta.-señalé la puerta.-Jany, te veré luego.

-Sí, querida.-besó mi mejilla.-Te veré en mi casa.

Ambas se fueron, dejándome solamente con Kendall.

-¿Quiénes eran?

-Mi hermana y nuestra vecina, Jany.

-Ella está ardiente como el infierno.-se lamió los labios.

-Se casará en una semana.

-¿Enserio?-abrió los ojos.-Pues que es afortunado ese tipo.

-¿Gale?-asintió.-Nah, solamente es una coincidencia.

-Destino.

-No creo mucho en él.

-¿Por qué?

-Puedes creer que uno será y de repente alguien llega y cambia todo. Aunque no lo creas.

-¿Te ha pasado?

-Sí, pero ni pienses que por cosas de amor o esas tonterías.

-¿El amor es una tontería?-me preguntó.

-Para mí lo es.

-¿Por qué?

-Cuestiona toda tu vida y te hace cometer locuras, te cambia radicalmente y no puedes hacer nada, Kendall.

-¿Cambiarías por amor?-me miró a los ojos.

-No lo sé, honestamente lo dudo.

-Yo creo que quien sea que consiga tu corazón,  será muy afortunado.-me quitó un cabello de la cara.-Y lo será aún más si sigues siendo así, igual de linda.

-¿Enserio?

-Sí, nunca cambies, por favor.

"Mía" con Kendall Schmidt♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora