Capítulo 7

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Era difícil asimilar ésto. Es decir, hace unas cuantas  horas me había golpeado por yo hacerlo pero ahora ella estaba sobre mí,  besándome.
Éso, dame amor, mí pequeña _______, pensé en tanto le seguía el ritmo. Se levantó un poco y me abrazó con un cariño que siempre dude que fuera para mí. Honestamente, pensar que ella me quisiera era complicado, además de que muchas veces me torture con la idea de que nunca sería mía sino de alguien más. ¡Y henos aquí!

-Te amo, _______.-ella abrió la boca para contestarme, pero la interrumpí.-Y sé que tú a mí no, pero voy a luchar por que algún día sea mutuo.

-Te quiero, Kendall.-ahora fui yo quien la besó, pero me detuve al reaccionar.

-Espera, _______, tus padres te estaban buscando. Te debo llevar a casa.

-No quiero ir ahora con ellos.-me siguió distrayendo con sus labios.-¿Puedo quedarme hoy contigo?

-Claro, linda, pero deberías avisa...-me volvió a callar.

-Digamos que aún sigo perdida y mañana apareceré mágicamente en casa, por favor, Kendall.

-Pero tus padres...

-Si regreso ahora, me regañaran al igual que Greta y Jany.

-De acuerdo.-le sonreí.-Pero deberás entrar por la ventana.

-¿Qué?-preguntó divertida.

-La puerta no funciona.

-¿Porqué no le hablas a Kevin o a Kenneth?

-Nadie está en casa.

-Pues entonces, entremos.-me sonrió. Continué con mi trabajo de hace algunos minutos, hasta que logré retirar el marco de la ventana. Primero pasó _______, obviamente más fácilmente por ser pequeña. Luego ella me ayudó a mí, y justo cuando iba a bajar, mi pie se enredó con la cortina y caí sobre ella.

Los hombres somos seres muy perceptibles y hasta cierto punto, ninfómanos. A la menor situación reaccionamos de una visible manera. Oh, pero esto no era una situación menor. Tenía bajo mi cuerpo a la criatura más sensual del mundo, que me miraba de una manera provocativa e inexplicable, causando reacciones inertes en mi anatomía, precisamente donde esta tarde recibí su golpe.

-Perdón.-me levanté rápidamente antes de que ella notara mi bulto.

-No importa, fue un accidente.-mordió su labio.

-Sube las escaleras, espérame en la tercera puerta y entra. En un segundo voy, sólo aseguro el cristal de la ventana.

-De acuerdo.-me sonrió.

En unos minutos logré calmarme un poco, además de que la poca luz que había en casa me ayudaba a disimular.

Cuando llegué con ella, la encontré viendo algunas fotos que tenía en mi mesa de noche y para mi vergüenza, ¡estaba una con ella!

-Vaya, es sorprendente.-susurró.-Gracias, creo.

-Lo siento si te incomoda.-bajé la cabeza.

-¡No!-habló rápido.-Sólo es que no lo esperaba. Es la misma foto qud yo tengo, ¿sabes?

-¿Enserio?

-Sí, está pegada en mi closet. Nos la tomamos hace mucho tiempo, creo que antes de que te trataratan mal.

-Éso ya es pasado.-besé su frente.-Ahora, te daré algo para que te cambies.-saqué un pantalón azul con una camisa blanca y se la tendí.

-Gracias.-me contestó. No es que me molestara, pero no me ayudaba el hecho de que se estuviera cambiando justamente frente a mí, aunque de espaldas. Se quitó el suéter, después la blusa y siguió con el pantalón pero para éste se tuvo que agachar, y su lindo trasero quedo a plena vista mía. Se volteó y me miró con grandes ojos.-¿No saliste de aquí?

-No, lo siento.

-Oh, no.-susurró.-¿Viste más de lo necesario, cierto?-se sonrojó a más no poder.

-Creo que ya lo sabes, ______.-tomé su mejilla.-Pero déjame decir que eres preciosa.

"Mía" con Kendall Schmidt♥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora