"Mía" con Kendall Schmidt♥

Capítulo 5

-Oh, entonces éso es lo que te abruma, pequeña _______.

-En efecto, Saúl.-suspiré.

-¿Podrías contarme un poco de Kendall?

-Es alto, demasiado en comparación mía.-Saúl rió.-Extrañamente delgado, aunque come como nadie en el mundo. Es rubio, con ojos color verde que... ¡Dios, son hermosos!

-Vaya, para hablar así de él deduzco que te debe traer muy loca, ______.

-No, yo no estoy enamorada de él.

-Entonces, ¿qué es lo que te confunde, ______?

-Es decir, llevo más de cinco años de conocerlo y siempre me ha molestado y hoy, justamente a mí, tuvo que mostrarle lo bien que sus labios se saben mover.-sonreí. ¿Enserio éso lo dije yo?

-Lo genial es que no estás enamorada. Pero bueno, ¿por qué te molestaba?

-Él... siempre me ha dicho linda.

-¿Éso es una forma de molestar?-enarcó una ceja.

-Sí, porqué sabe que lo odio. Y siempre que toca un proyecto escolar, el muy imbécil tiene que trabajar conmigo. Además de que cuando nuestros padres tienen festejos de su empresa, él está allí para ser simplemente Kendall.

-Osea que él es la piedra de tu camino, la que te trajo hasta aquí.

-Exactamente.

-Oh, eres dura, _______.

-¿Qué?-me intrigué.

-No cualquier persona oculta y rechaza sus sentimientos de esa manera, pequeña.

-¿De qué mierda hablas, Saúl?

-¡Vamos, es obvio!-se carcajeó. Me dieron ganas de estrellarle mi tarta en su cara, pero por Dios que me detuve justo cuando mis dedos tocaron el borde del platillo.-______, si tú no tomas tus sentimientos para dejarlos fluir, alguien más lo hará. Y me temo que éso ya está ocurriendo, y que Kendall es el responsable.

-¡Tú no sabes nada!

-O éso crees tú.

***
(Kendall)

-Kendall, tienes una llamada.-me gritó Kenneth con el auricular en la cara.

-Ahora no estoy de humor.-contesté, además de que a duras penas me podía levantar. _______ tenía una rodilla fuerte, probablemente ya no pueda tener descendencia o siquiera intentar hacerla. Bueno, aunque en parte y por imprudente, me lo merecía.-Di que no me encuentro y cuelga.

-Es Santiago, y suena un poco desesperado.

-Pásamelo.-hablé rápido, Kenneth me pasó el auficular.-¿Hola?

-Kendall, hijo, que bueno que contestas.

-Dígame en qué lo puedo ayudar.-respondí con cortesía.-¿Busca a Kent?

-No, no es éso.-suspiró.-Busco a _______.-me congelé.

-¿______?-hablé como pude.

-Lleva un buen rato desaparecida, llamamos varias veces a su celular y no contesta. Greta me ha dicho que podía contactar contigo y quizá... Kendall, por favor si sabes algo, dímelo. Ella no acostumbra salir mucho, y por consiguiente, nunca se había retrasado tanto.

-Estuvo aquí por la tarde, pero no tardó más de media hora. ¿Está seguro de que no está con un amigo o algo así?

-Anahí estaba yendo a casa de Carlos y Logan, quizá con ellos estaba.-apreté más el teléfono.

-Señor, no se angustie. Yo iré con unos conocidos a buscarla. Si sé algo, de inmediato le diré.

-Gracias en verdad, Kendall.-habló antes de colgar.

-¿Qué sucede, Kendall?-me preguntó Kenneth.

-_______ no aparece.-suspiré y me pasé una mano por la cara. Tomé mi chaqueta, las llaves de la camioneta y mi celular.-Cuando regresen papá y mamá, díles que vuelvo más tarde.

-¿No te precipitas un poco, bro?

-No, porqué si algo le ha pasado a mi princesa es todo mi culpa.-susurré.