-• The Tailor Shop of Enbizaka •-

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Capítulo XI

Envidia: La Sastrería de Enbizaka

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Narra Rapunzel:

Pase el resto del día confeccionando y creando más Kimonos para no perder el toque con este Hobby, puede que pintar siempre sea mi pasatiempo favorito, pero parece que deberé de reemplazar eso por un tiempo ya que la costura me está atrayendo más desde que llegue a este mundo. Me entretuve tanto, que ni me di cuenta de la hora, apenas decidí dar un descanso y al ver el paisaje de la ventana de mi tienda ya andaba oscureciendo.

- Que tarde es...

Cuando me pare del piso para estirar las piernas salí de la tienda y dar una pequeña caminata por el vecindario el cual estaba casi vacío debido a que la gente se encontraba en sus respectivas casas, pero me detuve cuando fije mi vista hacia alguien quien me llamó la atención...

- A ese lo conozco de alguna parte... -dije fijándome más cerca hacia él- ¡Es el chico nuevo de mi salón!...espera... -en ese momento recordé algo-.

Flashback:

Me encontraba pintando en una habitación, no era la mía de mi actual casa, sino otra, al parecer no estaba sola, estaba acompañada del chico que había recordado justo cuando llegó el nuevo.

- ¿Cómo te va rubia? -preguntó sonriéndome-.

- ¡Muy bien Eugene, ya casi estoy terminando! -respondí feliz-.

- En verdad se te da muy bien con la pintura.

- Y no es lo único bueno que sé hacer -conteste algo presumida-.

- Lo sé, me siento tan enorgullecido de tener una novia como tú -hablo besando mi frente-.

- Y yo estoy feliz de tenerte a ti como mi novio -respondí parándome para abrazarlo-.

Fin del Flashback.

- ¡Entonces debí de haber tenido razón, sabía que tenía un novio desde hace tiempo! -exclamé en voz baja para que él no me escuchara- ¿Conque Eugene, eh? Ese debe de ser su nombre.

Fui para acercarme lentamente a él, pero cuando lo hice, este se distrajo con algo y se fue corriendo lejos de mi vista.

- ¿A dónde va? -pregunté preocupada- ...tal vez debió de tener algo pendiente a estas horas -dije para tranquilizarme mirando el cielo- ya salió la Luna...será mejor que regrese a casa ahora.

Eso hice, cuando llegue, cerré la ventana de la tienda indicando que ya había cerrado, me fui a la cocina y empecé a preparar arroz hervido como cena, para mí y para mi novio. Al terminar puse ambos tazones en la mesa y me senté esperando a mi chico.

- No me moveré y comeré, hasta que él vuelva... -dije decidida-.

Tres horas después...

Se podía escuchar el canto de los grillos desde afuera, más el acogedor viento que abundaba la noche, el arroz se encontraba frío, me rugía la panza y ya no aguantaba el sueño. Pero aún así hice lo que pude para esperar a que llegara.

The Big Four in Evillious Chronicles {AU} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora