-• Drug of Gold •-

128 9 72
                                    

Capítulo VIII

Gula: Medicina de Oro

-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-0-

Narra la Escritora:

A pesar de que no sea del todo su interés...¿Se preguntarán quien habrá sido aquel Joven que le pidió a Merida un descanso de sus labores, no? Pues para eso reanudaremos el tiempo, no mucho, solo será en aquel día en que la pelirroja tuvo su última oportunidad para comprometerse con un chico ¿Y se preguntarán qué tiene que ver con la historia del chico que veremos ahora? Por eso, vamos a reanudar el tiempo para que así al final lo logren comprender todo...







Narra ???:

Era un día normal como cualquiera para mí, aburrido e insignificante según mi punto de vista. No es que sea una persona pesimista, diría como que soy...bueno la verdad si aveces llego a ser ese tipo de personas, yo me sigo preguntando ¿Qué Hago en esta vida? ¿Porque no podrían darme una mejor familia si merecía vivir? ¿Cuál es la verdadera razón de mi Existir? Esas preguntas siempre me las hacía debido a que...nací siendo diferente a mi familia, puede que eso siempre sea normal ya que las diferencias que tiene cada ser le da a uno más "Especialidad" que cualquier otra persona, pero ese famoso dicho no fue para nada aplicado en mi.

- Eres un enfermo.

- Nadie te querrá y amará por esa estupida enfermedad.

- Solo eres un Imbecil al que a nadie le importas.

- Eres un ser inservible Once-ler.

Hablaban mis hermanos mayores, yo estaba tranquilo en el jardín de mi casa escribiendo en mi libreta como siempre y como es de costumbre los dos invaden mi paz repitiéndome esas palabras una y otra vez, ya no me afectaba tanto porque me acostumbre...pues yo ya sé muy bien a que se refieren de mi...si preguntan de porque me describieron como un enfermo es que esa fue mi dificultad al nacer.

Tengo ataques de tos desde que era un bebé, mi madre junto con mis tíos hacían lo que podían para acabar con mi enfermedad, tantas medicinas y curas para mí usaron con el paso de los años que ninguna podía hacer efecto y gracias a eso, ellos se hicieron los por vencidos y ya no me prestaban misma atención y cariño que antes, apenas estaba cerca de ellos cuando tosía y me miraban con ojos diferentes, les daba igual lo que haría yo...nadie en esta casa y fuera de ella me quiere...

- ¿Porque...me..pasa...esto? -dije en voz baja y entrecortada mientras tosía al mismo tiempo-.

- ¿Es que acaso también eres sordo, tonto? -bufo uno de mis hermanos-.

- En verdad eres un caso perdido, bueno para nada -asumo el otro-.

- ¡Brett, Chet! Déjenlo, necesito un segundo a solas con su hermano -hablo una voz madura y femenina-.

Asome mi cabeza y noté que era mi madre quien detuvo a mis hermanos, luego fije mi mirada en ellos notándose una expresión de fastidio y antes de irse me dijeron:

- Tuviste suerte mocoso...

- ...Si....Esto aún no acaba.

The Big Four in Evillious Chronicles {AU} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora