-• The Eternal Dream of the Princess •-

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Capítulo XXI

Pereza: El Sueño Eterno de la Princesa

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Narra la Escritora:

Veremos a continuación que fue de Elsa mientras pasaron los sucesos antes y después de los asesinatos en Rolled. Regresando a aquel primer día en que la albina llego a su nueva casa, se puso todo el día en el sótano preparando una medicina apropiada usando el 'Gift' que Julia le dio, hizo más de dos fallidos intentos con las primeras veces, pero en el tercero, parecía que ya estaba resultó.

- Al fin, pase el resto de mi tiempo encerrada aquí, pero todo valdrá la pena con esto -decía usando un cucharón para poner una porción de la medicina que había hecho en un caldero a un pequeño frasco- solo falta en hacer la prueba.

Ella salió sin antes dejar todo en orden, dejando el 'Gift' en un gavetin de cristal en el sótano para así llevarse la medicina que contenía el ingrediente. Decidió inspeccionar mejor la casa dándose cuenta que era muy diferente y más grande que la suya, terminó parando en el comedor sentándose en una silla de la mesa, vio como unos sirvientes que aparentemente trabajaban en la casa, comenzaron a servir la mesa para ella y le trajeron de cenar un caldo de sopa, aunque estaba hambrienta y muy confundida por lo que pasaba decidió por esperar a Hans para que los dos comieran juntos.

- Mi señora, ¿acaso no va a comer ahora? Se enfriara el caldo si no lo prueba -hablo una sirvienta acercándosele-.

- Si lo haré, solamente estoy esperando a que mi esposo llegue -respondió sonriéndole-.

- Como usted diga -dijo para después retirarse-.

Seguía extrañada por lo que le rodeaba, solamente le importaban dos cosas, esperar a su "amado" y ayudar a Julia con el objetivo de crear un medicamento con el 'Gift' ya para cuando se desocupe de cualquiera de la dos cosas tendría tiempo de conocer dónde exactamente estaba. Pasó más de una hora, con la sopa helada y por supuesto, sin que Hans aún llegara, se sentía un poco decaída por el hambre, sabía que sin importar que tanto tardaría su "amado" esta vez, igual debía de comer algo.

- ¿Quiere que lleve su plato para que lo calienten? -preguntó la sirvienta de antes preocupada por el estado de Elsa-.

- Si por favor -contestó rendida-.

Luego de nutrirse con la sopa y con otros platos de comida que le trajeron los sirvientes, Elsa se dispuso a ir al cuarto donde despertó al llegar a la mansión. Hasta que oyó el abrir de la puerta principal del edificio, volteo para ver quién entraría a altas horas de la noche siendo Hans quien volvió, contenta, se dispuso a ir con él empezando a notar una obvia actitud diferente a la de antes.

- Me alegra que por fin llegaras, estuve preocupada por ti -dijo sonriendo-.

- Siempre, me lo dices querida -respondió con cierto tono de voz embriagado-.

- ¿Estás bien?

- ¡Claro que lo estoy, solo ando cansado y ya! -exclamó separándose de ella, tambaleando al caminar-.

- ¿Has estado bebiendo alcohol?

- Mi trabajo no es color de rosa como tú crees, puede que me haya tomado una o dos copas para aliviar este estrés -hablo subiendo las escaleras-.

The Big Four in Evillious Chronicles {AU} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora