ᴅɪsᴘᴀʀᴏ ᴀʟ ᴄᴏʀᴀzᴏɴ || ᴏʀɪᴍᴇɴᴛᴇ🌘 [terminada]

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Martín pov's

-Enseñame a usar esto. -Dijo ella con esa voz que me volvía loco.

Me puse detrás de ella y mi rostro estaba cerca del suyo, demasiado cerca. Acaricié su mano lentamente, quería poder tenerla entrelazada a la mía, como ayer... Esto generaba en mí una emoción que sólo ella podía producirme. Nervios. Intenté concentrarme pero nuestra cercanía era tan... Única. Sentía su aroma, su respiración, notaba como me miraba fija lo que hacía y yo, cada tanto, le sonreía. Sentía todo de ella cerca de mí.

Solté su mano y pasé suavemente mis dedos por su brazo, dándole escalofríos. Llegué a su hombro y bajé hasta su cintura y así acomodar su posición, pero... Dios, no puedo concentrarme en nada más que en ella. Continúo hasta sus piernas y luego subo de golpe dejando mi mirada clavada en sus ojos, intentando a su vez no perder la suya. La tenía tan cerca... No, tenía que dejarla disparar, tengo que olvidar un segundo esto para que no nos reten.

-Ahora fija tu vista en el blanco y dispará sin miedo. -Dije y lo hizo. Pegándole al centro. Se la notaba feliz. Que lindo es verla sonre...

Oriana se me lanzó al cuello y me abrazó, pero me soltó al segundo de haberse dado cuenta de su gesto. Yo sólo reí.

Ella se sonrojó y yo fuí a buscar la flecha para eliminar evidencias.

-Kane, sos muy buena hasta en lo que no sabes hacer. -Dije con una sonrisa.

-No tenés ni idea. -Reimos juntos. Podría pasar horas de esta manera, junto a ella.

En eso, llegó la profesora. Quizás no fue un momento muy largo, pero si fue agradable.

Profesora: Bueno chicos, perdón por tardar tanto, los otros no entendían como hacer las cosas así que, lo siento mucho, voy a tener que volver allá y no voy a poder estar mucho tempo con ustedes. ¿Creen poder manejarse solos con esto? -Por fin esta idiota hace algo bien.

-¡SÍ!... Eh, digo... Sí, no te preocupes por eso. -Dijo Oriana y yo sólo sonreí. Noté su mínima eufória y me encantaba la idea que la pasase bien conmigo, era probablemente lo que estuve buscando durante tanto tiempo.

Profesora: Genial. Les enseño como tirar y vuel...

-No es necesario, yo sé como. -Agarré un arco y una flecha. Me posicioné y disparé, dándole al centro del blanco.

Profesora: Veo que lo tenés muy controlado, Kovacs. Entonces supongo que no te importará enseñarle a la señorita Kane, ¿no?

-Para nada, yo me encargo, total, tiene que hacerme caso hasta el miércoles. -Dije y Oriana me miró con el seño fruncido. Sé que no estaba enojada, sólo estaba siguiéndome el chiste.

Profesora: Bueno, entonces comiencen que yo vengo en unos treinta o cuarenta minutos, ¿sí?

Ambos asentimos y ella fue con los demás. Por suerte estaban del otro lado de las cabañas, nadie podía vernos y eso dejaba abiertas muchas puertas.

-¿Comenzamos? -Dijo Oriana.

-Si querés, sí. -Dije agarrando las cosas.

Ella había captado a la primera como había que hacer esto, no me necesitaba más.

Estuvimos quince o veinte minutos disparando, esto se estaba tornando muy aburrido.

-Oriana. -Dije y ella me miró.

-¿Qué pasa?

-Esto ya se tornó aburrido, ¿no te parece?

-Esperaba no ser la única que lo pensaba. No te dije nada porque parecías tan concentrado. Hasta le sonreías a la flecha casi. -Reí. ¿Acaso me había prestado atención? Ya lo veremos.

-¿Cómo sabías que estaba sonriendo? ¿Me estabas mirando? -Dije y ella miró para otro lado.

Aproveché a acercarme mientras ella no miraba. Para cuando se dió cuenta yo estaba a unos centímetros de ella.

Noté su nerviosismo y no voy a negar que me encantaba. Saqué un mechón de pelo que le tapaba parte de la cara, quería verla, sin que nada me molestase.

-Ma-Martín, ¿nos sentamos allá? -Ella señaló una parte que estaba aún más alejada, donde no habían árboles ni nada, sólo pasto verde y sol.

-¿Carrera hasta allá?

-No vas a ganarme. -Dijo y empezó a correr.

-Hey, eso es trampa. -La seguí. Para su mala suerte, yo era mucho más rápido que ella.

La agarré por detrás y con un descuido, caímos. Ella estaba encima de mí y ambos estábamos tentados, pero al darse cuenta como habíamos terminado, se separó y se sentó. Yo hice lo mismo.

-Eso fue divertido. -Dijo Oriana sonriéndome. Amaba cuando hacía eso.

-¿La carrera o la caída?

-La caída. -¿Una caída divertida? Creo que sólo ella es capaz de considarar eso como "diversión."

-¿La estás pasando bien? -Dije y ella asintió. Cumplí mi único objetivo, ahora sólo había que mantenerlo.

-Ori, ¿y si subimos a los árboles de allá? -Ella me miró con miedo. Esos árboles eran probablemente el triple de altos que los del paintball.

-No se si sea buena idea, Martín. -Dijo bajando la mirada. -O sea, quiero pero...

Me acerqué más a ella y tomé su barbilla con una de mis manos, obligándola a que me mire.

-Existe el tener miedo y está bien que lo sientas, ¿sí? No intentes justificarte para tapar eso, quiero que estés bien... -Nuestras narices rozaban con la cercanía. Quería besarla, lo necesitaba tanto pero no podía, ella no me quería y generar incomodidad entre ambos era lo último que deseaba.

La ayudé a pararse y aún estabamos pegados.

De repente, me abrazó, con fuerza. No sé si ella siente que tiene que ocultar sus miedos siempre, pero parecía que me estaba agradeciendo por dejarla expresarce.

Le devolví el abrazo y notaba que no quería soltarse. Bajé mis manos hasta su cintura y ella las subió hasta mi cuello. Estábamos más unidos que nunca.

Su cabeza estaba apoyada en mi pecho y yo sentía como mi corazón latía más rápido de lo normal. Ella generaba esto y me encantaba.

Sin soltarme el cuello me miró, un poco más alejada, pero lo suficientemente cerca para ponerme aún más nervioso.

-Martín... -Dijo ella en voz baja.

-¿Sí?

-¿Te puedo hacer una pregunta?

-Sí, ¿qué pasa? -Dije intentando sonar lo más tranquilo posible.

-A vos... Dios, no sé como prefuntártelo sin que suene mal. -Dijo bajando su mirada.

La acerqué más a mí, tomando su barbilla nuevamente. Tan cerca de sus labios, tan cerca de ella... Definitivamente, si esto era un sueño, que nadie me despierte.

-Preguntame sin miedo. -Dije casi pegado a su boca.

-N-no puedo... -Dijo y se separó. Mierda.