0.5 ; party, eighteen and my mom.

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Luke decidió no ir al juego, simplemente por su nerviosismo potente y tal vez, algo más.

Su inseguridad fue demasiado grande para él, más que las ganas de ir a ese partido.

Y Dios, Luke quería asistir a ese partido.

Luke.

Me vestí excesivamente a la manera de Michael, recorté la playera de Green Day de mi hermano mayor haciéndola quedar como si fuera de tirantes ―me regañó, pero valió la pena― y me puse unos jodidos skinny jeans negros y rasgados, que en realidad no estaba seguro que sí eran de mi hermano o de una chica con la que haya pasado la noche, pero sí era de una chica, debo admitir que tenía bonitas piernas. 

Y no, no quería impresionar a Michael, al contrario, ni siquiera había pensado en él.

Definitivamente no soy un buen mentiroso. 

Mikey ha enviado: "Sabes, tengo un juego importante, me gustaría que estuvieras aquí, Chica sin nombre". 

Ay no jodan.

Me sentí nervioso de alguna manera. Las ganas de ir al partido disminuyeron, Mike era demasiado ciego para notar que yo no era una chica, en realidad, ni siquiera sabía por qué había aceptado ir al partido.  Pero Michael me había guiñado el ojo: ¿quién se resiste a ello? Dios, nadie.

Pero Michael tiene a millones de chicas ―e incluso chicos― detrás de él, creo que era más fácil que sus manos se enredaran en el cabello inexistente del director SirCalvo que Michael se fijara en .

De repente me sentí jodidamente mal.

Mamá me llamó desde la cocina, bajé con una mueca en mi rostro, a mamá ni siquiera le importó mi mueca y ojos tristes, me regañó por estar vestido como vagabundo y terminé vestido con jeans azules, no negros, con una camisa de cuadros con sólo dos botones abiertos ―dejando ver mis tres vellos de macho― y mis botas ―las cuales no hacen nada más que hacerme ver como un niño―.

Ignoré los mensajes de Michael el resto de la tarde, no había razón por la cuál contestarlos ―o ir al partido―; no me sentía bien, no, simplemente parecía que el mundo se hubiera detenido sólo para mí. Terminé observando atentamente un partido de futbol americano con Ashton y para cuando me di cuenta, al lado de mi casa, había una fiesta enorme, en una mansión enorme como era de esperarse. 

Y como era de esperarse, mamá nos mandó a callarlos, ignorando el hecho de que posiblemente podrían matarnos si es que estaban borrachos ―o incluso drogados― e ignorando el hecho de que yo y Ashton estábamos a mitad de un partido con ojeras negras. 

Podría hacer un testamento de las cosas que mamá ignora.

Pero claro, no hablar de mis hermanos mayores o papá, ellos son su prioridad, ya quisiera yo tener esa atención.

Ashton y yo salimos prácticamente echando fuego de casa, al estar en la puerta de la mansión, nos dimos una rápida mirada y suspiramos.

―Esperemos que no nos maten ―dijimos―, esperemos que no nos cuelguen de los pantalones ―continué, Ashton negó con su cabeza y habló―: espero que salgamos vivos hermano.

Asentí y entramos, no había porque timbrar, de todos modos era una fiesta y uno no sabe que entra ni que sale pero esa es la razón por la que hacen las fiestas.

―Pueden guardar silencio, ¡por favor! ―dije seriamente, obviamente nadie me escuchó.

Después de ir aumentando mi tono de voz hasta parecer una vaca en celo gritando como loca decidimos ir al plan B. 

sms ☆ muke (crack!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora