Nie MingJue canceló la llamada cuando una vez más la voz robótica le dijo que el número no existía. Seguía insistiendo con el viejo número de Meng Yao aun cuando no tuviera suerte en ocasiones anteriores.
Había abandonado el restaurante y puesto rumbo al edificio donde vivía el chico, aunque una voz interior le decía que era poco probable que se encontrara allí. Tal vez estaba en el hospital o... Con una súbita inspiración, decidió llegar al club.
A mediodía por supuesto que Delicatessen estaba cerrado; pero Nie MingJue descendió del coche de igual modo, encontrándose con el guardia de seguridad.
—Señor Nie — dijo el hombre, frunciendo el ceño.
Nie MingJue hizo memoria. Conocía al tipo y seguramente Meng Yao había dicho su nombre en alguna ocasión.
—Eh... Song Lan, ¿cierto? ¿Está la señorita Wen aquí?
—La administradora está en su oficina, trabajando. ¿Le espera?
—No precisamente. Pero necesito hablar con ella de un asunto personal. No te preocupes: no voy a armar líos.
—No veo por qué lo haría, señor. Meng Yao ya no trabaja aquí.
Nie MingJue bufó algo entre risa y maldición: ¿es que alguien no estaba al tanto de lo que ocurría entre ellos?
Siguió al portero al interior del establecimiento. El lugar estaba casi a oscuras y Song Lan le indicó el pasillo detrás del bar que conducía a la oficina de Wen Qing.
Wen Qing estaba sentada detrás del buró con el cabello recogido por alfileres de madera y lentes de montura dorada, tecleando en una laptop con la boca apretada. Al sentir que alguien se detenía en el umbral de la puerta abierta, alzó la vista por encima de los lentes.
—Señor Nie — dijo alzando ambas cejas.
—Wen Qing.
—El club no está abierto a estas horas. ¿Hay algo en que pueda...?
—¿Dónde está Meng Yao?
—¿Meng Yao...? El joven ya no trabaja con...
—Lo sé —la interrumpió, impaciente —. Ahora mismo, no tengo idea de en qué hospital está internada la señora Meng; pero Lan XiChen se está encargando de averiguarlo. Algo me dice que el chico no está en su departamento: llámalo intuición.
Wen Qing se mordió el labio inferior, sin apartar su mirada del hombre.
—No estoy segura de que sea una buena idea que usted intervenga, señor Nie — dijo finalmente —. Mi primo no es una persona acostumbrada a encontrar oposición y Wen RuoHan... él va a proteger a su hijo. ¿Realmente quiere tener a Wen RuoHan de enemigo? ¿Por... un chico que conoció el otro día?
—Deja que yo decida si Meng Yao vale la pena, señorita Wen. Y... puede que yo tenga mi forma de lidiar con Wen RuoHan. Así que: ¿dónde está Meng Yao?
—Él está viviendo con Wen Xu. ¿Todavía quieres saber dónde encontrarlo?
Nie MingJue apretó la mandíbula. En su sien latió una vena. Con Wen Xu. Viviendo con él. A ese punto había llegado.
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Delicatessen
Fiksi PenggemarNie MingJue es cliente habitual del Club Delicatessen. Una noche descubre un camarero demasiado lindo para ser real. Y con los jeans más ajustados que pudiera imaginar. Antes de darse cuenta, solo vuelve por él. Yao es un camarero, no uno de los 'a...