¿En qué estaba pensando? ¿En qué estaba pensando? ¿¡En qué estaba pensando!?
Se repetía mil veces mientras caminaba en círculos, a solo unos metros de la ubicación que el robot le había dado del nuevo hogar del rubio. Vio el almacén a kilómetros pese a que se hallaba bien oculto, atrás del instituto y los árboles falsos camuflándolo. Ningún muñeco se paseaba por aquí a estas horas, por lo que cuando vio una fuente de luz dorada iluminar toda esa zona abandonada, supo que no podía ser otra cosa más que el escondite del antiguo líder.
Lo encontró, perfecto. Ahora solo debía acercarse, negociar, recibir una respuesta y retirarse intacto.
Excepto que cualquier paso que lo aproximará, volvía sus piernas gelatina, bloqueaba su respiración y el corazón le estallaba inquieto desde el pecho, haciéndolo quedarse congelado hasta que regresará a una distancia segura, y volviera a cuestionarse ¿¡En qué pensaba!?
No podía volver a verlo. ¡Le aterraba estar cerca de él! ¡Ya había intentado matarlo antes! ¿¡Y ahora quería acercarse él solo a la boca del lobo!? ¡Era suicido! ¿¡Por qué no lo pensó antes de aceptar la sugerencia de Uglydog!?
¡Ya era demasiado! Tuvo suficiente de este día desde el inicio con la pesadilla, luego los robots, los benditos premiums, la amenaza contra su mundo ¿¡Y ahora acababa aquí!? ¡A metros de distancia de volver a ver al muñeco que más pavor le daba!
Se tiró al suelo cansado, escuchando cómo la caja bajo su brazo se estropeaba. Entonces vuelve a levantarse alarmado, asegurándose que la envoltura no se viera tan arrugada y el moño decorativo no se aflojara... Cierto. El regalo. La ofrenda de paz para abrir un buen dialogo con el prototipo.
Cerró los ojos tratando de respirar profundo. No podía echarse para atrás ahora ¿Qué ejemplo daría de su compromiso? Exacto... Compromiso. Algo que le faltó desde el inicio con la fábrica. De haber estado pendiente de las solicitudes de los robots y de los pendientes del Instituto... Quizás todo esto no hubiera pasado. Debía ser responsable... Debía hacerse cargo de sus errores. Debía entrar a la boca del lobo.
Dejo que el viento frío calmará su ansiedad... Solo tenía que ponerse en personaje. Como Ox, estaba asustado... Quería huir. Pero como alcalde de Imperfección, estaba desesperado. Lou era un potencial aliado en todo el asunto de la prueba. Si lograba que le dijera que sí, podría salvar la fábrica y a su mundo.
Tuvo eso en mente mientras se acercaba. Pudo ignorar con más facilidad el temblor de sus piernas, mientras caminaba con paso decidido hasta el pórtico y tocaba la puerta con fuerza. Mantuvo seriedad en su rostro, y sus manos aferradas al regalo. Conto los segundos eternos en los que pasó parado a la espera de una respuesta, sintiendo un sudor frío bajar por su espalda. Mantenlo profesional... Trago pesado. Respiro profundo. Eres el líder. Actúa como tal. Eres responsable de la seguridad de todos. Con esa pequeña y autoinducida presión, resistió su postura firme incluso cuando siente como la puerta frente suyo se abre, arrebatándole todo el aliento. Trata de repetir su mantra para darse fuerzas, pero cuando tiene al prototipo frente suyo, su mente se queda en blanco:
–Mira quien viene a dar la cara...
Frente a él, estaba el muñeco de sus pesadillas, el muñeco de sus recuerdos dorados... El villano de su historia, y el que alguna vez fue su todo. Lou se arrimaba contra la entrada, viéndolo desde arriba con total insignificancia. El gesto logra arrebatarle el valor y la voz... Haciéndolo sentir aprisionado de su sola mirada. Aunque no vistiera su traje formal y su cabello se notará más desarreglado, su postura y su intimidación seguía siendo la misma...
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Líderes en prueba
FanfictionTras la ida de muchos muñecos al Gran Mundo, Ox queda a cargo del instituto con la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones, sin embargo la situación se complica cuando nuevos problemas de la fábrica se presentan, que lo harán darse cuent...