Prólogo: De sacrificios está echó el camino.

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La luna se asomaba por la cornisa de los arboles, una mujer corría a toda prisa por el estrecho bosque, podía escuchar el palpitar de su corazón en sus oídos y sentir la adrenalina por su cuerpo que luchaba por darle fuerzas para mantenerse con vida, porque sabía que si se detenía sería su fin y quizás no solo el de ella.

Las copas de los árboles se agitaron furiosos y pareció como si el viento le cortara el camino de frente, con la fuerza de sus piernas se obligó a parar y girar para seguir corriendo, su gruesa capa fue levantada con el pesado aire, revelando un pequeño cuerpo entre sus brazos, que se aferraba aferrada a ella como un barco a la deriva.

La neblina fue teniendo mayor presencia en el lugar mientras avanzaba, alzando una tela sobre su visión, obligando a parar cuando ya no veía nada más allá de su nariz.

"Okami..." Un susurro chillón le obligó a mirar dentro de su capa, ojos verdes que observaban temerosos fue lo que encontró. "¿Vamos a morir?". Pregunto helando los vellos de su nuca, la respuesta era mas que obvia y quizás tenerlo encuenta fuera mejor que mentirle pero no podia hacerlo, no podía decirle que iban a morir a una niña de 5 años.

"No" Musitó pegandola más a su cuerpo, observando sus ojos verdes como los que tuvo alguna vez su amada, viéndolos con detenimiento, como si esta fuera la ultima vez, porque eso sentía por alguna razón. "Jamas dejaria que algo te pasara". Quería creer en esas palabras por sobre todas las cosas, pero la vida no se la estaba dejando fácil y más aún cuando había apostado todo por la única oportunidad de escapar y brindarle un mejor futuro a la hija de su ser amado y estaba fallando.

El viento se agito envolviendo en un remolino ascendente a ella y a la niña, podía ver como la neblina era arrastrada por la fuerza del viento, y desenvaino ágilmente la espada que había robado del armamento militar, mientras con la otra apoyaba a la niña para no soltarla, la iba a proteger, iba a defenderla hasta la muerte.

El viento paró de soplar y se disipó la neblina, hombres con máscaras de zorro negro le observaban, fijos con sus agudos ojos rojos haciendo que la joven castaña tragara pesado, eran más de los que ella suponía, podía ver 15 guardias reales y no contaba con los que de seguro estaban rodeando los árboles.

"Perra maldita". Una voz masculina resonó desde atrás, tan profunda y gutural como una pantera, pudo notar como los hombres frente a ella también se tensaban, abriendo su formación para darle paso otra persona. Vino personalmente.

Una máscara de zorro blanco con marcas rojas fue el primer distintivo, okami templo, se sentía como una hoja seca ante la tempestad de un huracán, pero se obligó a mantener la postura.

"Eres una Malagradecida". Escupió ácidamente. "Después de que te dejara vivir esa vez, ¿Te atreves a robarme?" Sus ojos afilados le perforarian el cráneo si pudieran y no dudaba que lo hiciera una vez acabará con ella.

"Jamás te perteneció!" Grito ahogado, sus palabras de atoraba en su boca, tenía un pavor horrible por esa máscara y esos ojos y aún más de ese hombre al que veneraban, el hombre que era Dios y rey en estas tierras."Sakura no es de tu propiedad".

Okami dio un ligero paso hacia atrás y pudo sentir como en sus talones no había punto de apoyo, su vista viajo hacia un lado y observó el acantilado cernirse sobre las afiladas rocas de la costa, que eran azotadas por la marea picada del mar. No había forma de escape.

El aire silbó en sus tímpanos y como respuesta puso su espada ante el ataque, chispas brotaron debido a la fricción de ambos metales, su oponente lanzó una patada que ella recibio girando su cuerpo de espalda para no dañar la niña, dio una vuelta en el aire y cayó de pie a unos pasos de donde estaba, todavía en el borde del acantilado.

Sentía como algo había crujido por la fuerza del golpe, sentía que una de sus costillas estaba fisurada o quizás rota, haciendo que el dolor le cortara la respiración, trato de controlarse a sí misma y sintió como las pequeñas manos de Sakura se aferraron a su ropa con pavor, afianzó su agarre con la fuerza de su brazo, no podía dejar que la llevarán lejos de ella.

"Te equivocas". El rojo de su cabello rizado se zarandeo a la tempestad del viento, el cual parecía ser llamado alrededor de el. "Todo en esta maldita isla me pertenece".En un parpadeo estaba frente a ella, la castaña interpuso de nuevo su espada para recibir el impacto. "Porque soy una deidad".

La hoja de su oponente se coloreó de rojo vivo y llamas brotaron de ella, Okami coloreo su esclerótica de color negro y forzó su respiración a ser más corta y rápida, sus venas se remarcaron, haciendo notar como su musculatura se incrementaba.

Una sonrisa insana se vio debajo de la media máscara negra, la castaña empujo con fuerza la espada, esperando dañarlo con el choque de los árboles. El pelirrojo voló por lo aires, impulso que aprovecho cuando retacho en un árbol, ganando velocidad para dar un corte mortal envuelto en un llamas abrasadoras.

Un grito desde el fondo de su garganta fue expulsado con el inmovilizador dolor de su brazo cercenado y su rostro quemado. Okami resintió el exceso de esfuerzo y cayó de rodillas agitada, sintiendo la carne chamuscada de su cara arder hasta el núcleo de su ser.

"O-oka..mi..."Sakura temblaba horrorizada alcanzando a ver parte de la piel chiclosa que se desprendía a pedazos de su amada nana, no podía cerrar los ojos o desviar la vista mientras la oía gritar, provocando que el miedo la hiciera orinarse ensima.

"Enserio pensaste que una casta inútil podía hacer algo contra mi?" La carcajada profunda y fuerte de aquel hombre hizo tensar a la castaña, su cuerpo temblaba de dolor y sobreesfuerzo, su transformación iba desvaneciéndose con calor que sus músculos destilaban en vapor. "Vas a morir como una rata miserable mientras Sakura te observa". Sentenció, mientras se acercaba a ella.

El sonido de sus sandalias de madera contaba una cuenta regresiva en su cabeza. Iba a morir a manos de aquel hombre que se hacía llamar dios y sobretodo, iba a morir sin poder liberar a Sakura de el yugo de su casta.

Perdón Masaki

Okami movió su único brazo para soltar a sakura y acarició el cabello del infante suavemente intentando tranquilizar en vano su temblor y los escalofríos de ella misma..

Perdon sakura.

"Nunca lo permitiré..." Susurro casi inaudible, su brazo aumentó su masa muscular casi al doble y con fuerza contundente golpeó el piso.

El suelo tembló agrietando la superficie del risco, pedazos de piedra empezaron a desprenderse y pudo jurar que vio la atenta mirada de terror de aquel que fue alguna vez su amo antes de ser tragada al vacío junto a una pequeña pelirrosa.

El suelo tembló agrietando la superficie del risco, pedazos de piedra empezaron a desprenderse y pudo jurar que vio la atenta mirada de terror de aquel que fue alguna vez su amo antes de ser tragada al vacío junto a una pequeña pelirrosa

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Hermosa gente que Lee de lo que escribo UwU 💕 hola y muchas gracias por aver leído está historia, espero traer los capítulos siguientes en orden y atienpo UwU realmente agradecería que le den muchas estrellas para saber qué esto les gusta y traer más de ello!!

Muchas gracias UwU los ama su conejo.

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Close your eyes.     ♦Sakura Haruno♦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora