El sentimiento abrumador, de ver la muerte con sus propios ojos, llamaba de nuevo a sus traumas a emerger. Pero la sensación de familiaridad era lo que dejaba helado y dolorido a su corazón. Porque había luchado por no llorar por Okami todo este tiempo y había estado aprendiendo a vivir el día a día en su nueva vida sin quejarse.
Pero ahora, no había nadie otra vez.
Las lágrimas comieron en la comisura de sus ojos mientras veía la botella de agua que le habían brindado una persona entre el desorden de personas corriendo y gritando.
Todo sucedía cómo si estuviera viendo la escena detrás de un vidrio, el fuego, el sufrimiento desgarrador, los cadáveres apilados y las ruinas. Todo acompañado de la constante estática que escuchaba en su cabeza.
Una bola de arroz fue puesta frente a ella. Subió su mirada con la debilidad que reflejaba su cuerpo magullado y la mano que ofrecía el alimento era de una mujer. Sus ojos color ámbar la miraban con preocupación y silencio. Los rayos de la luna se permeaban detrás de ella dándole un aspecto espectral casi celestial. Como un ángel.
Un ángel de la muerte. Cómo de las historias que las hermanas en el pabellón de concubinas le contaban cuando nadie estaba cerca y de los que Okami no debía enterarse.
"Ven conmigo ". Resonó a través de la estática dentro de ella, su voz sonaba firme y amable. Sakura soltó las lágrimas que había estado reteniendo todo este tiempo en sus ojos sin saber. Extendió su mano hacia la del ángel y sintió la calidez de su tacto que contrastaba con su mano fría por la noche.
Quería morir a manos de esa bella mujer que le brindaba comida. Para jamás sentir nada más en su pequeño corazón. Ni el miedo, ni el trauma, ni el dolor.
Pero en vez de sumergirse en un sueño eterno como lo decían sus hermanas, fue acogida por manos amables que le cargaron hacía un abrazo que sirvió para calmar su corazón un poco.
No sabía quién era, pero pidío en su corazón, que la llevara lejos.
.
.
Sakura coloreo una figura de azul, con los colores que fueron regalado por Konan esa tarde. Ella pintaba con un gesto serio al ver que su trabajo no era ni remotamente bonito como lo que Miyuki-san hacía. Tenía recuerdo de la mujer de cabello rubio que pintaba con tinta negra hermosos paisajes.
Siempre que había podido, entraba a escondidas a los pabellones principales de las concubinas, las mujeres siempre le contaban historias y le enseñaban cosas a escondidas. Porque Okami se enfadaría si la descubría.
Recordaba las hermanas con las que había crecido, mujeres hermosas de cabellos largos y blancos que caían como cascadas. Todas igual que ella, pero sobre todo, recordaba a Miyuki-san quien era mayor que todas las demás y traía orden y calma cuando las hermanas estaban anciosas por la llegada de el rey.
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Close your eyes. ♦Sakura Haruno♦
Fanfiction❝ 𝐿𝒶 𝓁𝓊𝓃𝒶 𝑒𝓈 𝒹𝑒 𝒿𝒶𝒹𝑒 𝓇𝑜𝒿𝑜 𝓁𝒶 𝓁𝓋𝓃𝒶 𝑒𝓈 𝒹𝑒 𝓂𝒶𝓇𝒻𝒾𝓁 ❞ ❝ 𝒟𝑒 𝑒𝓁𝓁𝒶 𝓃𝒶𝒸𝑒 𝓈𝓊 𝒽𝒾𝒿𝑜, 𝒶𝓆𝓊𝑒𝓁 𝓆𝓊𝑒 𝒽𝒶𝓈 𝒹𝑒 𝓈𝑒𝓇𝓋𝒾𝓇 ❞ Nacida de un pueblo subyugado por cast...