Sakura observaba cómo Konan servía una bebida caliente en dos tazas, ella estaba arropada en el sillón, justo después de bañarse porque hacía más frío de lo común.
"Aquí tienes, está caliente". La pelirrosa tomó la tasa de líquido humeante entre sus manos, recibiendo una sensación cálida al tacto.
"Gracias..." ese día de llanto y conmoción Sakura empezó a hablar un poco más, sólo con respuestas de simples muy similar a ella.
La pelirrosa perdió un poco su vista en la tasa, el vapor que se desprendía suavemente le reconfortaba, cómo si la hipnotizara, soplo sobre la taza y dio sorbos pequeños, podía sentir como el dulzor le llenaba las papilas. Hace mucho que no saboreaba el azúcar.
Konan por su parte estaba sería, había notado marcas en la espalda cuando se bañaron juntas, rugosas y rosadas, producto de una cicatrización deficiente, y pudo especular porque ella se mantenía distante y prudente.
"Dime Sakura". Los ojos jades observaron silenciosos a la mujer de azul, ella dejó su taza sobre la mesa y dispuso toda su seriedad para la niña. "Eras una esclava dentro de la aldea de las Olas?" Sakura bajó su taza hacía su regazo dejando de sorber la leche con miel.
"No". Musitó, y recordó algo similar sucedido en una choza vieja.
Sakura observaba cómo sus brazos eran vendados por manos ágiles, un joven muchacho le vendaba las heridas, cabello negro, con lentes de vidrios gruesos y unas largas pestañas cubriendo sus ojos azules.
"¿Eras su esclava?". Pregunto curioso, el ya lo sabía todo, porque reconocía perfectamente de dónde provenía ese raro color de cabello.
Sakura tembló y agachó más su mirada, recordando, los golpes y azotes, el trato, como sobresalía su sola presencia dentro del lugar siendo una niña más pequeña que el resto, como su pálido color de pelo se mostraba como un punto entre los demás y por sobre todo a él.
Ella no era su esclava, pero tampoco estaba segura de qué objeto tenía estar dentro de las tropas militares de su majestad. Hasta asé poco había estado viviendo en el pabellón de las concubinas, en un cubículo apartado junto con Okami.
"Yo.. yo no...". Trago difícilmente, hace días había despertado para enterarse de que ya habían sepultado su cuerpo, observó con detenimiento y pesadez la persona que le estaba cambiando las vendas.
Igual que ella él era parte de la isla, e igual que ella, él había logrado escapar de las garras de su majestad.
"Yo era...". Recordaba a su rey y cómo aveces era gentil y cálido ; y otras tantas, ordenaban que le rompíeran la piel con el látigo sin piedad, cómo si fuera una persona distinta. Cómo las dos caras de la luna. "Solo compañía, porque no tengo utilidad..." finalizó, ganándose una mirada inquisidora de parte del joven de cabello negro.
"Yo no tengo utilidad, porque soy defectuosa" Sakura alzó su vista hacia ella, sus ojos verdes apagados y serenos le dieron una extraña sensación, ella lo decía con tal certeza que no cabía en ella dudas.
"De don.."
Tock... Tock...Tock
Alguien llamó a la puerta de su apartamento, ambas féminas voltearon a ver y Konan cambió completamente su semblante a un gesto seco y completamente diferente. Se encaminó hacia la puerta y la abrió con cuidado, sólo dejando su silueta verse a través de la puerta.
Konan no mostró sorpresa ni duda al ver al muchacho inmortal frente a su puerta.
"Y bien?" Hablo fría y neutral como siempre, Hidan se cabreo ante su tono despectivo, el odiaba a " Bruja loca" cómo solia llamar a Konan.
"Tsk!.." trono la boca en desagrado. "Misión de último minuto, el bastardo de Pain dice que vallas para los detalles". Konan escucho con detenimiento y observó sus movimientos con cuidado, parecía más quejarse que informarle pero no dijo nada, estaba acostumbrada al tono de su voz y a sus "berrinches" cómo solía llamarlos.
"Adelántate, alistare algunas cosas". Hidan rodo los ojos y arrugó más su frente, iba pasando de largo mientras konan ingresaba a su apartamento cuando noto como ojos verdes le observaban desde a dentro, su curiosidad le frenó de golpe mientras Konan cerraba su puerta y pudo ver cómo una niña de cabello rosa estaba sentada sobre el sofá.
Una sonrisa curiosa se deformo en su rostro, cómo iba a encantarle avisar de esto a su jefe con cara de culo, porque él la había visto antes, justo después de la misión en el país de las olas, cuando a la bruja loca se le ordenó abandonar a esa niña.
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Ya en este punto podemos ver qué pasó después de que Sakura de desmayara en la playa! Konan hace preguntas acertadas y Hidan va a meter su cuchara al plato!
Bebés de luz... Ya se que nadie lee está madre pero de todas formas seguiré actualizando QnQ!!
A quien lea esto y deje su estrellita lo amare(? Muchas gracias por lee er y darme una oportunidad, UwU los ama su conejo.
