Jotaro Kujo

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Denme un respiro...mi madre es tan molesta, ni siquiera sé el motivo de su comportamiento tan infantil.

-¡Jotaro tu abuelo esta aquí!- dijo mi madre con su voz chillona, realmente no quiero ver al viejo, es igual o peor que su hija así que desvíe la mirada hacía el jardín.

-Jamás me acostumbrare a estas casas mi querida hija- río a carcajadas, mi madre recibió a gusto las maletas y se las llevo -Y tú ¿no saludas a tu abuelo?- le di una mirada penetrante para que no me molestara, pero ocurrió todo lo contrario.

-Y pensar que este niño de aquí era tú- miro una fotografía donde yo solo tenía unos 8 años, esa fotografía me avergüenza, de pronto cambia a una expresión muy seria -Star Platinum...-

No lo deje terminar -Todo controlado viejo- le dije.

-Traje té- sonríe mi madre con una bandeja en las manos, una brisa rozó por mi rostro, el clima en Japón era perfecto a pesar de todo, sospechaba que el viejo tenía algo entre manos...no creo solo haya venido de visita, perdido entre pensamientos el viejo me hizo volver a la realidad.

-Para mi no, el té de aquí no me agrada, pero gracias-

-Para ti hay café- le sonrió ella, mientras tomaba la taza de café donde salía un leve vapor de ella -Delicioso café estadounidense- después de decir eso el viejo lo escupió.

-¡esto esta muy malo!...¡y quema!- dijo exagerado como siempre.

-Perdón papá, iré a hacerte otra cosa- se fue a la cocina y el viejo me miró otra vez.

-Viniste por algo importante ¿no?- seré directo, no tengo porqué estar con rodeos.

-Si, déjame explicarte...algo peligroso sucede aquí, hay más usuarios de Stand en esta ciudad, sinceramente no sé si son buenos o malos, la fundación Speedwagon estará vigilando la casa, la razón por que se todo esto...es ya que me llego una carta de amenaza contra ti ¿no te estarás metiendo en problemas o si?-

-No, por supuesto que no- le dije serio, ¿una amenaza para mi? Que molesto...realmente quería que todo estuviera tranquilo.

-Bien...tienes que estar alerta, se me olvidó decirte que llegará alguien que nos ayudara con todo esto, se llama Avdol, espero que se lleven bien...- ¿ahora tengo que hacer amigos?...esto realmente me molesta. Mi madre llegó con diferentes cosas para comer, no tenía apetito a sí que me fui a mi cuarto, necesitaba pensar sobre lo que estaba sucediendo, mi vida corría peligro y el viejo ya estaba...demasiado viejo para estas cosas, me quité el gorro y el uniforme -Con todo lo que este por suceder las clases se me harán una carga- escucho un grito que venía desde afuera, no me preocupé mucho ya que era el viejo, no entiendo por que viene si odia esta ciudad y sus costumbres, además la última vez perdió una fortuna por no tener un buen conocimiento de los yenes.

-¿¡que!? ¡Yo no dormiré en el piso!- grito desesperado.

-Denme un respiro...- sospeché que lo que estaba por venir no era nada bueno.

-Oye Jotaro ¿crees que pueda dormir en tu cama?- este viejo...lo hago solo porque no escucharé como se queja toda la noche. Me levanté de mi cama y me lleve una revista -¿Vida marina? ¿Eso atrae a las chicas hoy en día?-

-Vete a-- recuerda que es tu abuelo...suspire -Solo duerme- cerre la puerta y me senté afuera por un momento, las estrellas se ven bien esta noche; mañana hay escuela y enserio quisiera desaparecer por unas semanas, es tan molesto. Si las amenazas son ciertas...me preocupo más por mi madre que por mi, es algo que no puedo evitar.

Los hermanos Noriaki |JotaroxLector(a)|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora