Sobreviviendo en el harén || SasuHina

❝ CAPÍTULO 04 ❞

Título: Sobreviviendo En El Harén.

Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi K.

— Diálogos —

«Pensamientos»

“Escena del pasado/Narración de un PJ”

(...) cambio de lugar, tiempo o escena.

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Capítulo Cuatro

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Después de aquel encuentro, Itachi tomó cierto interés por Hinata por lo que llegó a preguntarle a algunos sirvientes especiales las cosas que llegase a hacer en el día.

Descubrió que ella misma preparaba su propio té, siendo esto extremadamente raro, pues las mujeres de familias nobles nunca se atrevería a hacer algo tan bajo e indigno. También que ella había comenzaron a tomar gusto por leer tácticas militares y de alguna manera suponía que era por su padre.

Incluso le informaron que aunque recibía su paga mensual, no compraba nada y los gastos que su jardín provocaba a final de mes eran los más bajos de todas las mujeres bajo su poder.

Sin dudas pensaba que esa consorte era interesante y diferente. Se había olvidado de ella y tras verla recordó una de las razones por la cual había decidido tenerla.

— Informa que iré a visitar a la consorte digna Hinata. —Se decidió y le dijo a su confidente, el cual asintió para ordenar a un eunuco para anunciar su llegada al jardín de jade.— No. Mejor no anuncies nada, solo iré sin avisar. —Cambió de opinión.

Pensó en qué si anunciaba su llegada, la azabache se iba a comportar diferente y abandonaría su naturaleza. Quería verla ser ella misma y no de manera forzada.

Y así como planeó, se dirigió al patio de su mujer.

Al llegar la vio en la pequeña mesa de mármol bajo un árbol de peras, jugando ajedrez sola. Tal escena fue un tanto intrigante, ya que por lo general ese juego es para dos personas.

Cuándo la sirvienta a cargo de los cuidados de la consorte lo vio, se asustó y casi se apresuró en advertir de su llegada, pero el príncipe hizo una mueca, la cual consistió en colocar su dedo índice derecho en sus propios labios, indicándole a la servidumbre de guardar silencio. No quería interrumpir la pelea mental de la Hyuga, quien se veía bastante graciosa.

Su entrecejo estaba fruncido al igual que sus labios. Al parecer estaba perdiendo contra ella misma en su juego, así que estaba bastante sumergida en encontrar un nuevo movimiento en su partida.

— ¿Debería ayudarla para su siguiente movida? —Cuestionó detrás de la mujer. Ella negó con su cabeza y siguió observando el tablero. Tal respuesta provocó que se riera lo suficientemente fuerte para obtener la completa atención de la fémina.

Al ver de quien se trataba, su rostro se coloreó de un brillante rojo.— ¡Su-Su alte--! —Exclamó sorprendida, al punto de morderse la punta de su lengua.

Tal acción fue aún más entretenida y por supuesto adorable. Era la primera vez que alguien se negaba a obtener su ayuda, además de su hermano menor, como también morderse mientras le saludaban.