Sobreviviendo en el harén || SasuHina

❝ CAPÍTULO 10 ❞

Título: Sobreviviendo En El Harén.

Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi K.

— Diálogos —

«Pensamientos»

"Escena del pasado/Narración de un PJ"

(...) cambio de lugar, tiempo o escena.

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Capítulo Díez.

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Hinata intentaba criar a su hijo con todo el amor posible, además de una educación digna. Deseaba que Ikki pudiera ser un niño amable, respetuoso, honrado y valiente. Al principio parecía que el infante sacó su carácter tímido y débil, pues siempre se la pasaba pegado a ella e Itachi. Pero no fue así.

En cuanto alcanzó los cinco años de edad, comenzó su educación, su carácter fue cambiando pero no dejaba de seguir siendo ese adorable niño que siempre buscaba a su madre.

Y cuando los tres se encontraban juntos, todos los que fuesen capaces de presenciar dicha escena, entendían el verdadero significado de una familia. Los esclavos disfrutaban ver a esos dos juntos y amaban al segundo príncipe y a la honorable concubina.

Muchos de los sirvientes del palacio envidiaba a los que trabajaban para ellos. En especial los de la reina.

Antes cualquiera estaría honrado y feliz de servirle a una mujer tan hermosa como las hadas y amable como el viento primaveral, sin embargo, desde que obtuvo su nuevo título, todo en ella cambió.

Se volvía mucho más exigente y mandona. No dudaba en golpear a las mozas que le servían y por algún error ordenaba su ejecución.

El primer príncipe era un niño malcriado y egoísta. No obedecía las órdenes que se le daban, se saltaba las clases, mandaba a azotar a sus criados personales cuando impedían que hiciera alguna travesura. Y no sólo eso, pues cuando llegaba a ver al segundo príncipe, no dudaba en molestarlo e incluso golpearlo.

Ikki sólo tenía que soportar, ya que no quería provocarle problemas a su madre y por supuesto quería ser más independiente. Muchas veces declaró que sus golpes venían de parte del entrenamiento.

— ¿Hoy también te lastimaste? —Preguntó la consorte al traer un ungüento que ella misma preparaba para las lesiones de su hijo. Era mucho más eficiente que cualquiera que le recetara un médico imperial.

— Son.. menos que ayer. —Respondió el pequeño un tanto cabizbajo, soportando con un casi inexpresivo rostro el ardor que me provocaba la limpieza en sus cortes y la colocación del medicamento.

Ikki aún era joven, no más de los seis años, y a la vez se notaba mucho más maduro. Pero la idea de querer proteger a Hinata, era lo que le hizo así. Solo quería ogullecer a su madre y padre, además de ser reconocido por el emperador y emperatriz.

— Te has esforzado mucho... —Elogió la de ojos luna, abrazando el diminuto cuerpo de su hijo. El intentó contener las lágrimas pero no pudo. La calidez de Hinata era algo que le hacía flaquear.

Después de unos minutos logró calmar su llanto y limpiar sus lágrimas.— Iré con el tío a entrenar. —Anunció y la Hyuga sonrió con suavidad.

Apreciaba mucho el hecho de que Sasuke se tomara la molestia de inculcarle a Ikki sobre las artes marciales. Pero sentía que era por que aún no tenía un heredero. Su WangFei había dadu a luz a una niña, siendo ésta la primera princesa como el único hijo que ha tenido.