❝ CAPÍTULO 03 ❞ SEGUNDO ARCO

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Título: Sobreviviendo En El Harén.

Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi K.

— Diálogos —

«Pensamientos»

"Escena del pasado/Narración de un PJ"

(...) cambio de lugar, tiempo o escena.

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Capítulo Tres.

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Rápidamente el tiempo en el que fingió estar enferma, terminó. Todo ese tiempo estuvo reposando y por supuesto recordando cada suceso que pasó por aquella edad. Sí estaba en lo correcto, añadiendo que su madre seguía viva, ambas todavía tenían autoridad y respeto en la mansión. Por supuesto no en su totalidad, ya que con su madre ausente, la concubina de su padre era quien administraba las finanzas de la casa.

No obstante, los sirvientes aún la respetaban cómo la primera señorita y a su madre cómo la señora principal. ¿Quién diría que en algunos meses eso terminaría? La segunda esposa de su padre obtendría la legitimidad y eso haría que Hanabi también se volviera una hija Di al igual que ella, no obstante, su hermana menor resbosaba de talento a comparación suya. Eso, además de su lado sumiso y cariño por la castaña, hizo que fuese la mejor representante como hija del general Hyuga.

Hinata dejó que la vistieran con un hanfu color nube con pequeños bordados de flores de invierno en las mangas. Ésta vez permitió que la faja lograra acentuar su estrecha cintura como resaltar su desarrollado pecho, su figura era hermosa como una calabaza que logras encontrar cada diez mil años en las montañas prohibidas. Hinata poseía una belleza natural que era poco probable encontrar en un miles de millones, sin embargo, su introvertida personalidad impedía que eso saliera a relucir. Solo hasta que se casó con Itachi, es que ella pudo aceptar su cuerpo como también lucirlo sin sentirse una musaraña.

En ese instante ella se veía como una diosa celestial. Sí alguien la viera no la reconocería, ya que tenía la costumbre de vestir prendas tan sueltas y apagadas.— ¡Se ve muy hermosa, señorita! —La moza no pudo evitar elogiar a su dueña. Siempre supo que la azabache tenía un gran potencial dormido y al fin había brotado cómo una flor de cristal en el infernal desierto. En ese instante, pensó que tal vez no fue tan malo el que haya caído en el estanque, ya que había despertado tan diferente a su "yo" pasado. Para Ten-Ten era cómo sí estuviese viendo a la señora de la casa en sus días de juventud.

La ex-consorte agradeció, pero ella tenía otras cosas en mente y el tema principal sería su reaparición en la academia. Recordó que era una estudiante por debajo del promedio en las cuatro artes: Qín, Qí, Shú y Huà. Ni siquiera tenía talento cómo cultivador, dormador, alquimista, médico o invocador. Hanabi dominaba las cuatro artes femeninas y además tenía talento cómo cultivadora, lo que la hacía mucho más valiosa y respetable. No cualquier mujer podía resaltar de tal manera.

Ella sólo vivió sin talento y se enfocó en venenos, un poco de acupuntura y estrategia militar después de su matrimonio. Por suerte todo ese conocimiento aún permanecía en su memoria y podía hacer uso de ello, agregando que también mejoró en las cuatro artes para no traerle deshonor a su Zhàngfū. No era una experta ni destacaba, pero tampoco perdería con las actuales personas de su edad, de eso no tenía duda.

Al salir de sus aposentos se dirigió a su carruaje, ya que tenía algo en mente. En su camino, la mirada de los sirvientes no dejaron de seguirla y por supuesto no fueron para nada discretos en la sorpresa que les provocó el ver a la primera señorita de tal forma. Sus corazones se removieron, ya que era cómo ver al Furen de la mansión caminar.

Sobreviviendo en el harén || SasuHina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora