Sobreviviendo en el harén || SasuHina

❝ CAPÍTULO 05 ❞

Título: Sobreviviendo En El Harén.

Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi K.

— Diálogos —

«Pensamientos»

“Escena del pasado/Narración de un PJ”

(...) cambio de lugar, tiempo o escena.

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Capítulo Cinco.

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Tras aquel encuentro con la concubina, una opresión suprimió con fuerza su pecho, haciéndole sentir una inexplicable tristeza.

— No le haga caso a la concubina Anzu, señorita. —comentó la criada personal de Hinata intentando consolarla al verla afligida y taciturna.

La poseedora de ojos lunares asintió y caminó un tanto perdida a sus aposentos. Su mente estuvo algo dispersa y durante toda la tarde se sintió sin ánimo, por lo que anunció que no cenaria y que iría directo a descansar.— Sí... Sí su señoría llegase a venir, decidle que su consorte se encuentra indispuesta. —No especificó razón alguna, ya que ni ella misma la conocía.

Asa, la sirvienta, asintió y se encargó de ayudar a retirar los sujetadores del cabello azabache de su ama, al igual que el maquillaje para después abandonar la habitación.

Al quedar en las túnicas interiores, la Hyuga se metió entre sus sábanas. Las velas de la habitación se apagaron y sólo la luz del atardecer iluminaban la habitación. Sin darse cuenta se sumergió en un profundo sueño, hasta el día siguiente.

Inesperadamente el príncipe fue a buscarla antes del anochecer y tras obtener el aviso de ella y verificar su condición al verla dormir, se retiró.

Al día siguiente fue lo mismo, donde la digna consorte se encontraba indispuesta para ver a su esposo. La situación se arrastró por varios días, hasta que el heredero al trono mandó un médico imperial a examinarla.

El rumor corrió por el Hòugōng, causando sentimientos de discordia en los corazones de las mujeres. No entendían por qué el príncipe heredero era tan cuidadoso con la recién ingresada, sí no jugaban en las sábanas desde su noche de bodas.

Hinata era una concubina extrañamente favorecida... Extrañamente, por que no recibía objetos de valor, la visita nocturna de su esposo, poder sobre las integrantes del harén ni un nuevo título. Las concubinas y consorte restantes no veían atractivo en la Hyuga ni algo especial. No parecía destacar en alguna de las cuatro artes ni su padre preguntaba por ella después de haber estado ahí por meses.

Lo único que tenía, era el tiempo de uno o dos inciensos de su alteza y su desconocido interés.

— ¿Hay algo que le duela, señorita? —Cuestionó el anciano que pertenecía a institución médica imperial.

— Ul.. Últimamente me he sentido con una extraña opresión en el pecho, como también me he sentido un tanto nostálgica. —La dueña del jardín de Jade narró sus síntomas. El médico asintió y le tomó el pulso, informándole que era normal aunque estaba un poco bajo.— ¿Es grave?

— No. No tiene nada de que preocuparse. Éste anciano recetará un brebaje nutritivo para la señorita. —Comentó mientras escribía en una hoja las instrucciones de la preparación de los ingredientes, para terminar entregándosela al eunuco que yacía a su costado.— Le aseguro que después de tomarlo se sentirá mejor.