Amor o atracción

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Entramos a la casa de Tetsuro dejamos las cosas en su habitación y bajamos a saludar. A pesar de que yo no estuve mucho tiempo viviendo por aquí logré conocer a una parte de su familia.

—Buenas tardes.

—¡Oh!, es la pequeña (T/n). ¿Estás bien con lo que ha sucedido últimamente?—habló la abuela de Tetsuro.

—Sí. Gracias a su nieto he podido superarlo.

—Entonces me alegra que él esté ahí para ti—respondió su abuelo.

—Oye, (T/n) ahora que lo recuerdo. ¿No querías hablar con el renacuajo?—intervino Tetsuro.

—¿Renacuajo?—preguntaron atónitos sus abuelos.

—Se refiere a un amigo mío. Y bueno, ahora debe estar entrenando, así que lo llamaré más tarde—respondí.

Me senté junto a su abuela y comenzamos a comer. Aunque fueran pocas las veces que cené junto a ellos, me tomaban como otro familiar. Recuerdo que hubo ya varias veces que comí aquí en la casa Kuroo. Ya era alguien más de la familia. Al menos a ojos de ellos.

Al terminar lavamos los platos y demás utensilios para proceder a hacer alguna que otra tarea o proyecto que tuvieramos pendiente. Luego de eso la plática sobre el amor iba a empezar, pero decidí hablar con Shoyou primero. Esto debido a la insistencia de Tetsuro.

—Contesta—rogué.

—¿Qué quieres?—me respondió, cortante y frío.

—¡Perdón! Sé que fui una idiota hablando así con Nanami. Pero tú bien sabes que hay veces en las que hablo primero y luego pienso.

—Ya lo sé. Pero Nanami no era consciente de ello. ¡Deberías disculparte con ella y no conmigo!

—Pero a ti te voy a ver en unos pocos días, por eso quería arreglar las cosas contigo primero. Nanami tardará en llamarme y yo solo lo estoy evitando, pero si estás conmigo apoyando a ambas sé que podremos reconciliarnos.

—¡Bien!—escuché varias voces tras la otra línea.

—¿Eh? ¿Q-quiénes están ahí?

—¡Somos todos!—inició Noya-san—Estábamos esperando tu llamada—dijo para luego escucharse un ruido algo fuerte, como si algo pesado cayera.

—Nanami nos llamó hace unos momentos—dijo Shoyou.

—Dijo que quería arreglar su relación lo más pronto posible—habló Kageyama con un poco de felicidad en su voz.

—¡También dijo que vendría lo más pronto posible para hablar frente a frente y solucionar las cosas de mejor manera!—anunció Tanaka.

—Pero ¿cómo? El viaje es demasiado costoso si no me equivoco—cuestioné sorprendida.

—Usará sus ahorros. Págaselos después—reclamó Shoyou.

—E-está bien, lo haré—respondí.

—¡Lo hice como se los prometí! ¡Así que quiero mi parte!—gritó Tetsuro.

—¿¡Hacer qué!?—me sobresalté.

—Que hicieras la llamada—contestó con su sonrisa de gato.

—Por eso insistías en hacerla—concluí.

Risas inundaban ambos lugares. Sonreí débilmente y agradecí. Eran las mejores personas que pude haber conocido. Las mejores.

—¡Hasta luego!—nos despedimos todos luego de una pequeña plática que solo nos llevó 10 minutos.

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