¿Te arriesgarías?

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Desperté, mi cabeza tenía un dolor en el lado izquierdo. Sabía de quién era la culpa. Quité a Nanami de inmediato, ella se removió entre las sábanas y la dejé estar. Me dirigí al baño. Hice los cambios necesarios allí y regresé al cuarto. Nanami ya había recogido todo.

—¿Eres una robot?—pregunté, no había tardado ni diez minutos, ¿qué tan rápida puede ser ésta chica?

—¿Lo soy?

—Yo pregunté primero. Ve a lavarte y lo que sea que haces por las mañanas. El desayuno estará listo en breve y luego nos iremos al gimnasio de Sendai.

—Entiendo. ¿Pero puedo preguntarle a Hinata lo de...

—¡¡Ni se te ocurra!!



Al llegar nos posicionamos en un buen lugar. Lejos de Yachi-san lamentablemente. También pudimos ver a la hermana de Tanaka-san. ¿Cómo la reconocimos? Sencillo. Estaba gritando "¡Ryu-chan!" sin parar.

—La hermana de Tanaka-san se parece mucho a él.

—¿No es al revés?—le corregí—Tanaka-san se parece mucho a su hermana. Ella es mayor, siguiendo la lógica creo que la mía está en lo correcto.

Conversamos un poco más, acortando el tiempo de inicio. Al poco rato de platicar, el partido dió inicio finalmente con el silbatazo de saque. El peloteo fue leve y lo acabaron rápidamente con un ataque rápido digno del par de primer año.

En el segundo saque, Kageyama fue quien sirvió, un buen saque diría yo. Recibieron con perfección el balón y Wakunan atacó. Punto a favor de ellos.

—Nanami usa opciones.

—No soy ningún Pokémon.

—Opciones de Nanami falló.

Ella suspiró—Es el peor equipo con el que podrían enfrentarse. Calmados y tranquilos, con afán de no desistir. Ataques sincronizados, un rematador bueno, su capitán es una fortaleza digna de ser el líder y lo más importante... no son tan impulsivos. Además...

Asentí ante lo dicho por Nanami. El balón ahora mismo se hallaba en el aire. Se dirigía al chico Takeru, tres bloqueadores... está en desventaja. O eso pensaba.

—Él es el más parecido al pequeño gigante—terminó de decir Nanami.

El balón golpeó los dedos de Sho-kun, haciendo que fuera un bloqueo fuera, llegando al segundo piso del impacto que le propuso Takeru-san.

—¿Si Shoyou lo vence junto a los demás...

—Demostrará que Takeru-san no es el único que puede atacar bien en las batallas aéreas.

Varios puntos después notaba la brecha que se empezaba a hacer y al mismo tiempo desaparecía para volver a aparecer. El Karasuno estaba un punto por debajo debido a la habilidad de Takeru-san. Pero ninguno cedía, tomaban el siguiente punto. Muy reñido he de decir.

Han estado utilizando bastante el rápido de Shoyou ahora que lo pienso.

—¿Crees que Wakunan ya ha caído en la trampa?

—Nanami... Eso está muy claro. Si te olvidas que hay otros jugadores con potencial en el Karasuno la puedes pasar muy mal.

El partido empezó a ir con la delantera del Karasuno, Asahi-senpai remató contra dos bloqueadores por lo que solo ayudó a avanzar en el primer set de manera positiva.

—Si siguen así... Tendrán un deuce.

—Cierto—respondí a lo dicho por Nanami—Pero mira—señalé a Tsukki—Si Tsukki logra parar unos cuantos remates el Karasuno podrá hacerse con el primer set.

Tsukki logró la diferencia de dos puntos y ambas apoyamos al Karasuno. Tardé un poco en notarlo pero en el equipo contrario, un chico con piña en la cabeza se le quedó viendo a Nanami un buen rato.

—Creo que tendrás un nuevo acosador de volleyball—le dije de forma burlona.

—Claro. Pero no le haré caso. Como a todos los demás.

—¿Qué tan cruel puedes ser?

Seguimos observando el partido. Diría que no era nada fuera de lo normal pero...

—Es el peloteo más largo del día—dijimos ambas.

Mis manos temblaban sobre mis piernas. Era la insistente bola de nervios que me cargo siempre que me preocupa un partido, en especial un peloteo.

Los peloteos son los peores. Te hacen mover más sin dejarte respirar por un segundo. Justo como ahora. Pendientes del siguiente movimiento del equipo contrario, con un peloteo que sigue a pesar de que ya no son remates en su totalidad.

Arriesgando todo por ese punto decisivo.

Arriesgando todo.

—(T/n). Sawamura-senpai está...

Mi mente estaba en blanco, me levanté de mi asiento y bajé al primer piso del gimnasio sin pensarlo demasiado.

Esto no era posible, quería hacerme a la idea de que vi mal y mi mente me había jugado una broma de muy mal gusto. Pero cuando estuvo frente a mí a una distancia más corta mi respiración se cortó totalmente.

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Cortito pero bueno... esperen con ansias el siguiente.

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