Primer desplomo

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Desperté, estaba con Kageyama, ésta sería la última vez que dormiría en su casa. Desayuné y falté a la escuela. No podía ir aunque quisiera, pero iba a las prácticas. Para saber qué sucedía, mis ánimos de jugar no eran muy altos. Pero tenía que ir, llevarlos a las nacionales era mi nueva meta. Y tenía planes para cumplirla.

Me alisté, con la ropa que mandó mi papá y fui al entrenamiento de la tarde. Todos estaban entrenando como era de esperar, cambié mis zapatos por unos deportivos. Entré a la cancha esperando recibir un balón... y lo hice... con la cara... pero lo hice.

—¿Estás bien?—preguntó Suga-senpai.

—Sí. Me dió en la mejilla, no fue grave.

—Me alegra que puedas recibir con la cara emperatriz. Será divertido ver tus recepciones.

—Tsukki, lamento ser tan fea y desagradable. Pero vengo a llevarlos a las nacionales. Respétame por favor.

—¡(T/n)! Tu... tu papá llamó de nuevo—gritó Takeda-sensei.

—¿Llamó?

—S-sí. Tengo malas noticias.

—¿Cuáles son?—preguntó el capitán.

—(T/n) será enviada a Tokyo en tres días.

—...

Lo único que pido y lo único que no me otorgan. Gracias dichosa vida.

—Entiendo. Tres días—reflexioné.

—¿Estás bien?

—Sí, gracias por preocuparte Noya-san.

Salí, dejé todo atrás. Estando afuera marqué el número de papá. Estaba un poco enojada al respecto.

—¡Esto no fue lo que discutimos!—grité tan sólo haber escuchado la voz de papá al contestar.

—Perdón. No fue mi intención pero la escuela no me permitía enviarte más tarde.

—¿Y no pudiste persuadirlos? Deberían saber el estado emocional en el que estoy. Mi mundo se está desmoronando por la muerte de mamá y Nina, si... si yo hubiera estado... también estaría muerta... ¿sabes cuántas veces pensé en quitarme la vida estos últimos días? Fueron bastantes, y de verdad me alegro estar aquí en Miyagi... papá... por favor intenta hacer algo. Por favor.

—Entiendo cómo te sientes, tal vez no del todo pero tu hermano ha intentado arreglar tu intercambio y no se ha podido hacer nada. Hemos hecho lo mejor que pudimos.

Suspiré. Es verdad. Ellos han hecho mucho, sólo estoy siendo caprichosa. Mi egoísmo me está llevando a perder los lazos con mi familia...

—Lo siento, me pasé...

—No importa, estás pasando por mucho. Entiendo tu rabieta. Sólo no protestes más.

—Sí, comprendo.

Colgué, mis manos temblaban. Estaba furiosa pero no tenía por qué reaccionar así, mi familia hizo lo posible por hacer mi capricho realidad, me dieron el tiempo...

Hace bastante calor ahora que lo pienso.
































El último sonido que escuché fue la voz de Tadashi pronunciando mi nombre.



Tras varios minutos de haber despertado decidí levantarme. Ya eran más de las 4 cuando revisé el reloj en la pared de la enfermería, cuando llegué eran las 2. Dos horas llevaba dormida.

Haikyuu!!xreaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora