Tras pasar los días, los entrenamientos con Karasuno y demás escuelas no podía sacar eso de mi cabeza. Ese sueño se sintió tan real como a la vez se sintió tan falso. Sentía que aquello tenía un significado detrás pero por más que pensara las cosas no lo podía lograr.
—¡Una predicción!—exclamó Bokuto-san—Estoy seguro de que es eso. No es coincidencia que todos los de tercero en Karasuno traspasen la puerta, ¿no? Aunque lo de Tsukki y ese setter me dejan pensando todavía.
—¿No será que los aprecias mucho y ya?—opinó Lev.
—No, Shoyou también cruzó la puerta de manera extraña. Y si ese fuera el caso tendrían que haber más personas cruzando la puerta—expliqué.
—Es difícil saber algo que no ha ocurrido. Deja de pensar en ello—aconsejó Keiji.
—Pero...
—Has estado diciendo eso desde hace días—indicó ya molesto, pero sin levantar la voz—Desde que te fuiste con Kuroo-san esa incógnita no ha desaparecido. No apresures las cosas, todo a su respectivo tiempo—finalizó Keiji.
—Sí—contesté ya triste.
Aquél sueño me tenía demasiado intrigada y la verdad era que no dejaba de darle vueltas al asunto. Keiji se tomó su tiempo analizando mi sueño también, sin obtener resultados, su paciencia tenía un límite y lo superé por quinta vez en la semana. Me disculpaba cada una de las veces pues le decía que me abatía la duda acerca de ese sueño.
—Bueno, ahora solo dales ánimos a los chicos de nuestra parte—dijo Yaku-san mirando la expresión que teníamos la mayoría—Te lo ganaste tras insistirle a todos para que te dejaran ir a verlos en las finales.
Y lo sabía, yo sabía que me había esforzado en recibir el pequeño descanso fuera de Tokyo para ver al Karasuno jugar. Tenía decidido desde hace tiempo verlos en las finales jugando, aunque yo ya no fuera parte de ellos. Eran mis amigos y los quería apoyar de una u otra forma.
—Disfruta de tu estadía allá. No le des problemas al entrenador Ukai—dijo Tetsuro dándome la maleta que él se ofreció a llevar en mi lugar.
—Diviértete—me dijo en cambio Bokuto-san dándome una bolsa con bocadillos y mi bolso de mano.
—¡Te estaremos esperando!—gritaron todos cuando yo había ingresado al tren.
Iba vacío en una porción considerable, tomé asiento y volví a revisar algunas cosas.
—¡Las olvidé!—grité ganándome unas miradas.
Tendré que llamar a Shimizu-senpai o a Yachi. Son mi única opción.
—Diga—escuché su linda voz cerca de mi oreja, causando un pequeño rubor en mis mejillas.
—Shimizu-senpai, lamento si interrumpo algo pero necesito hablar contigo dentro de unas horas.
—No interrumpes nada. ¿A qué hora quieres verme?
—A las 7, estaré esperándote en la estación de Miyagi. De nuevo lamento si interrumpí algo y no me quieres decir.
Escuché una leve risa tras el otro lado de la línea. No era como la mía tan escandalosa y... ¿extraña?
—Estaré ahí.
—¡Gracias!
Con eso colgué y miré aquella caja entre mi ropa. Era la caja donde se hallaban mis rodilleras, las viejas que me dió mi mamá.
—Deséame suerte, mamá.
Saqué mi celular, pusé una canción cualquiera y me pusé a ver algunas cosas dentro del tren para luego caer dormida.
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Haikyuu!!xreader
FanfictionMejor amiga del pequeño rematador pelinaranja, jugadora de volleybol. Comenzaste tu gran afición con la llegada del pequeño gigante del Karasuno. ¿Tendrá algún interés romántico la linda (T/n)? -Portada hecha por mí. -Varios personajes pertenecen a...