Capítulo 11: "Una habitación oscura"

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15 de Enero, 1984
12:20 am

Una leve pero sorpresiva brisa logró colarse por la ventana que se encontraba justo a la derecha de mí, la cual que no podía cerrarse debido a su gran antigüedad. La tenue luz que se mantenía prendida e iluminaba aquel sombrío cuarto daba indicios de que en cualquier momento se apagaría, y mientras más la veía, más se desesperaba por querer romper esa ventana y escaparme de las cuatro paredes que me tenían rodeada.

Mi instinto aún le pertenecía a una adolescente cobarde y con miedo a morir a manos de alguien más. No iba a negar que por momentos unos rayos de confianza y valentía que me impulsaban a querer luchar y defenderme contra cualquiera que quisiera dañarme pasaban por mi mente, pero se esfumaban junto con las pequeñas partículas de polvo que alborotaba la brisa al mover las sucias cortinas de color rojo vino.

Y cuando por fin me decidí a correr, todo mi cuerpo terminó por petrificarse al escuchar aquellos pasos que con velocidad y recelo se acercaban cada vez más a mi habitación. Pasos tan veloces que fueron suficientes para detener cualquier idea que surgiera de mí para escapar de ese encierro en el que me encontraba gracias a Kim.

Dos suaves toques a la oscura madera de aquella puerta que me separaba del exterior fueron dados con una delicadeza risible y un suspiro, seguido de una respiración, fueron el detonante de las lágrimas que estaban retenidas en mis ojos.

─¿Selene?─Una voz grave y profunda sonó desde el otro lado de la puerta.

Por más que detestara a Kim, deseaba desde lo más profundo de mi ser que fuera él quien estuviera llamando mi nombre.

─¿Kim, eres tú?─dije en con baja con la esperanza de recibir un sí de vuelta.

─¿Ese bastardo estaba contigo? A él no le va a gustar.

Un golpe repentino hizo que el candado de la puerta reventara y que esta cayera al suelo, soltando algunas partículas de polvo que lograron llegar a mis ojos, causándome un poco de molestia. El semblante de un hombre alto y robusto apareció frente a mí, con un arma colgada de su cinturón. Dos hombres igual de intimidantes que él aparecieron cuando mi vista comenzó a hacerse más clara.

─¿Qué quieren de mí?─Solté casi susurrando y llena de miedo.

─Él te ha estado buscando, estará muy feliz cuando le diga la buena noticia─Respondió mientras comenzaba a pisar la ya rota puerta en el suelo, acercándose cada vez más a mi.

Mi reacción inmediata fue la de comenzar a alejarme de ellos a pasos pequeños, pero que obviamente no pasarían desapercibidos por aquellos hombres.

─Sé lo que quieren hacer conmigo, pero Kim no lo permitirá.

─¿Ahora lo conocen como Kim? Da igual que nombre tenga aquel hombre impregnado de falacias te abandonó aquí y ahora ruegas para que te rescate, que patética ─dijo para luego reírse con sarcasmo─. Pero no tienes porqué pedir ayuda, solo ven con nosotros─Este extendió su mano con aparente amabilidad y desprendió una sonrisa falsa.

─No iré con ustedes, váyanse a la mierda.

Un gesto de enojo surgió en el rostro de uno de los que estaban atrás de el hombre robusto.

─El jefe no aceptará otro error más, es mejor que cooperes con nosotros, cielo─Exclamó con enojo, mientras se acercaba también a mi con un arma en la mano.

─Ya dije que no iré con ustedes.

Me di cuenta de que ya no podía parar de llorar. Ese asfixiante sentimiento de claustrofobia que sentía por no poder salir corriendo o de no poder hacer algo para defenderme, era debido al miedo que sentía por la posibilidad de que ese hombre me disparara. La impotencia me tenía atada de pies a cabeza, había desordenado mis pensamientos de tal manera que podía llegar a tener pensamientos fuera de lugar. Sin embargo, llegué a pensar con poca cordura que me quedaba que la idea de que mi vida acabara allí mismo era mejor que tener que soportar torturas de parte de aquella mafia, pero el remordimiento de tener que vengar a Grace era más potente que el miedo mismo a ser torturado, ella se había vuelto mi principio y mi final. Si mi vida acababa ahí, la justicia para su alma se esfumaría conmigo, y eso era algo que por más lágrimas que cayeran de mis ojos, no podía ser borrado de mi mente.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2020 ⏰

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