[Disclamer: Nada es mío, yo solo traduzco]
[Disclaimer: None of this is mine, I just translate]
Percy POV
—¿Qué está mal con mi suerte? —susurré para mí, estando de pie en la cima de la colina mestiza, mirando al ejercito enfrente de mí. ¿Y saben quién estaba liderándolo? Sip. Vacío y Erebos.
Supongo que Vacío sería necesario para derribar los límites del campamento, pero ¿por qué está Erebos aquí también?
Escuché un soplido sorprendido a mi lado. —¿Cómo podría alguien ser así de poderoso? —susurró Annabeth.
Me giré para ver qué estaba mirando y me di cuenta de lo que quería decir. El árbol de Thalia estaba brillando negro, y la causa era obvia. El vellocino de oro. Su anterior dorado brillante era ahora un gris apagado, y se veía como si fuera a caerse en pedazos en cualquier segundo. No me di cuenta de que Vacío era tan poderoso, pero aún es un Primordial. No puedes quitarle todo su poder.
—¿Qué quieres esta vez, Vacío? —le grité, molesto.
—Hm, debes ser el comandante de Caos. Un poco decepcionante, supongo, pero me recuerdas a alguien... de cualquier forma, estoy aquí para mostrarte que tu causa está perdida. No puedes derrotarnos. Esta es sólo una fracción de mis fuerzas. Ríndete y será menos doloroso para todos ustedes.
Sabía que esta guerra sería difícil, mucho más difícil que nada de lo que había pasado antes, pero esto seguía poniéndose cada vez peor mientras más tiempo se extendía. Pero la única cosa que siempre había sabido es que sin importar qué tan mal se vea, nunca podría darme por vencido. —¡Nunca nos rendiremos! [N/A: tan cliché, lo sé] Los otros detrás de mí rugieron con aprobación.
Él sólo se vio divertido con eso. —¿Eres tan veloz al condenar a cada uno de los que están bajo tu mando a la muerte? Te arrepentirás de eso. Tártaro está de nuestro lado, supliéndonos con miles de monstruos para llenar nuestras filas. Y éste es sólo el principio. Ahora, ¿deberíamos empezar?
Saqué mis espadas duales, negras como el carbón y las giré alrededor en mi mano. —Seguro, ¿por qué no?
—Entonces dejaré que Erebos se encargue del resto. —Me sonrió malvadamente, como si supiera algo que iba a pasar y yo no, y se desvaneció en un portal con un chasquido de sus dedos.
Levanté una de mis espadas en mi mano, esperando mientras el enemigo atacaba cada vez más cerca. Había cientos de monstruos, no sabía cuántos. Estaba a punto de empezar a correr para encontrarlos, de forma que aún tuviéramos el terreno más alto pero nos mantuviéramos lo más lejos posible de los niños más jóvenes, cuando Erebos me miró directamente y se disolvió en humo negro.
Antes de tener la oportunidad de moverme un centímetro, estaba rodeado por él. El humo negro se enrosco alrededor de mis piernas y creó un pilar negro en el que no podía ver un centímetro enfrente de mi cara. Intenté correr por un lado de él, e inmediatamente me estrellé en una sólida pared de humo. Me giré y sentí tentáculos enroscarse alrededor de mis tobillos y muñecas, asegurándolos detrás de mi espalda.
Vagamente, de fondo, escuché gente gritar y golpear contra el humo, pero no podían encontrar una forma de entrar. Estaba por mi cuenta. Ahí fue cuando la cara en blanco de Erebos apareció frente a mí, sonriendo ante cómo me tenía atrapado. —Veamos cómo manejas esto, Comandante. —Su mano también apareció del humo y lentamente se acercó a mí. Instantáneamente empecé a hiperventilar, recordando el efecto que su toque había tenido en mí antes. Lució ligeramente curioso de por qué eso sería familiar para mí, entonces se lo sacudió y tocó mi pecho con un dedo.
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Omicron, el Comandante del Caos (Un fanfic de Percy Jackson) Traducción
FanfictionPercy Jackson se ha ido durante 300 años. Ha sido reclutado en la división de élite del ejercito de Caos, y todos en el Campamento Mestizo se han olvidado de él. Cuando la Tierra necesita su ayuda, tendrá que regresar con un nuevo nombre, y ocultar...