1. En Una Carretera Nevada

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THOMAS P.

-Walter, estas despedido.-

Me encogí de hombros. -Señor, no me llamo Walter.-.

-Tengo cara de que me importe? Tome sus cosas y salga de aquí-.

-Pero Señor, necesito este trabajo, tengo hijos, esposa, una familia que cuidar y mantener...-.
No se porqué intentaba conmoverlo si ese hombre no tiene sentimientos. Su mirada decía: "No me importa". Pero al ver mis ojos suplicantes su expresión cambió.

-Mire Walter, desde que contratamos sus servicios ha demostrado coraje y determinación... conforme el tiempo pasó nos hemos dado cuenta de que usted sólo es un detective con delirios de grandeza. No es bueno en lo que hace, no queremos tener que ver nada con usted de ahora en adelante. A perdido muchos casos, personas malas siguen por las calles haciendo de las suyas y personas inocentes siguen muriendo día tras día. Usted no aporta nada a esta compañía. Por favor, retírese-.

Cerró mi boca y Salgo de aquel lugar diciendo en voz baja con resignación y desilusión:
-Mi nombre no es "Walter"-.

Subí a mi camioneta y me dirigí a casa.
Viendo el lado bueno, al menos no tendría que manejar 1 hora para llegar de mi hogar a mi trabajo y de mi trabajo a mi hogar.

Mientras estaba al volante puse un poco de música para intentar evitar aquel pensamiento de que todo estaba perdido.

Suspiraba hondo y tenía la vista fija en la carretera nevada. Era un día muy bonito.
Lo sería más si tuviera empleo.

Mientras avanzaba lentamente, cuidando que la camioneta no resbalara por el hielo en la autopista, veo a un lado de la calle a una niña.

Gira y nuestros ojos conectan al instante.
Su mirada decía "Necesito Ayuda" y a la vez decía "Aléjate, que no se te ocurra acercarte a mi". No me percato que pierdo un poco el control del volante.
Intento Frenar en seco, no lo logro, pero poco a poco el vehículo se detiene, llegando a parar a un lado de la chica.

Estaba sola, hacía mucho frío. Tal vez sólo necesitaba llegar a algún sitio.
Contaba con una chamarra 🧥 un gorro y una pequeña mochila 🎒.
Bajo el vidrio de la camioneta, intentando parecer de confianza pregunto: -Necesitas ayuda?? Quieres un aventón?-. La niña detiene su caminar y me mira fijamente, sin ninguna expresión. No sabía cómo interpretar su mirada. -Puedo llevarte. Vas en dirección a Nisgeih Masse, ahi vivo yo. Es peligroso si vas sola en la autopista, y más con este frío-.

Ella no respondió. Comencé a preocuparme.

-Estás bien?-. Digo. -Ven, no te haré nada. Puedes entrar en calor en la camioneta. Cómo te llamas?-. No respondía. Me veía como cualquier niña vería a un extraño y realmente no la culpo. Me quito el Cinturón y Abro la puerta del vehículo. Me bajo, Ajusto mi chaqueta y me acerco a ella. Ella retrocede 2 pasos en desconfianza, pero pronto su expresión cambia.
Extiendo mi mano hacia ella.

-Soy Thomas Peterson. Todo el mundo me llama Tom, porque bueno... es más corto.-.
Veo una leve sonrisa en el rostro de la niña. Su mirada esta enfocada en mi mano, pero no la toma. -Cuál es tu nombre?-.
La sonrisa desaparece y su mirada regresa a mis ojos. Tenía ojos verdes que se quejaban del sol. Empezó a acercar su mano a la mía lentamente hasta lograr estrecharla con duda.

-Esta bien, esta bien. Ven, sube.-. La guío hacia la puerta del copiloto y sube al asiento. Rodeo la camioneta y me ajusto el cinturón mientras cierro la puerta. Comienza el momento de la "interrogación"

-Y.. qué hacías sola en medio de la calle? No había nadie que te acompañara?-.
Su vista esta fija en el camino. Estaba seria. No enojada ni feliz, sólo seria. -A dónde te diriges? Irás con algún familiar? Algún amigo?...-.
La niña no responde. -Te dije mi nombre, creo que sería justo que me dijeras el tuyo.-. Aún permaneció en silencio.

-Vale, no quieres decirme? Intentaré adivinar... mmm.... Nicole?-. La niña sonríe y frunce el ceño, le causa gracia mi comentario. -Vale, ya vi que no es Nicole... ehmmm.... Amanda?-.
Con el mismo gesto niega con la cabeza.
-Sophia?.... Galilea?....-. Seguía negando con la cabeza. -Ah! Ya se!!! PANCRACIA!-. Suelta una risita negando con la cabeza. -Te ves bien cuando sonríes-. Su vista volvió a mi. Y sonrió un poco más encogiéndose de hombros. Era un buen avance.

-Bien, ahora que confirmé que entiendes el Español... puedes decirme a qué lugar te diriges??-. La sonrisa desaparece y su mirada se centra en el suelo, una mirada perdida. -Estás bien Pancracia?-. Esta vez no hay risa.

Rayos.

Veo correr una lágrima por su mejilla mientras permanece callada. -No tienes un lugar a donde ir, cierto?-. Gira su mirada hacia mi.
Sus ojos, su expresión y su silencio respondió afirmativamente mi pregunta.

Ahora qué?

-Estás escapando?-. No responde. -Niña, tienes que volver a tu hogar. Tu familia debe estar preocupada por ti.-. Ella niega con la cabeza.
Arremanga su chaqueta y deja ver una herida, una grave herida en su brazo, vendada con una tela blanca que ahora se encontraba manchada de sangre. Abro los ojos en expresión de sorpresa. -Tu te...!?-. Ella niega con la cabeza.
-Alguien te hizo eso??...-. Encogida de hombros asiente levemente. -Estás escapando, verdad?-.
Vuelve a asentir con la cabeza.
-Sabes?, puedes hablar conmigo.-. Pienso un segundo lo ridícula que se escuchará mi pregunta. -Eres muda??-.

Frunce el ceño y niega con la cabeza.
-Bien... creo que ahora.. te has metido en un gran problema-. Digo, a lo que ella voltea expectante. -Ahora estaremos en el mismo camino. Voy a ayudarte.-. Ella baja la mirada y cubre su herida con la chamarra. Es como si quisiera decirme que "no" de manera sutil. Como si supiera que me metería en un gran lío si la ayudara, pero a la vez, estaba alegre porque ya no estaría sola del todo. Al ver que no niega con la cabeza, sonrío y digo. -Siguiente parada... mi casa-.

EncuéntrameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora