MON AMI

1. Meet and Greet

El bip del móvil me desconcentró a la hora aplicarme el labial color borgoña que había elegido para aquel día. Cogí el móvil para ver qué era lo que quería Heather, pues sabía que era ella la que me estaba escribiendo.

"😰😱 ¡No encuentro las entradas! ¡Estoy entrando en pánico!"

No pude evitar sonreír al leer el mensaje. Claramente estaba muy nerviosa por lo que hoy iba a ocurrir e inmediatamente contesté:

"Relax amiga 🧘‍♂️. Recuerda que acordamos que yo me encargaría de las entradas porque tú estarías muy nerviosa. Están impresas y bien guardadas en el bolsillo trasero de mi pantalón."

Volví a sonreír al ver el emoji de alivio que me había mandado tras haber leído mi mensaje. Volví a mirar la pantalla del móvil para asegurarme de que no se me estaba haciendo tarde. Eran las 9.00 a.m. y habíamos quedado en media hora en la estación de tren para ponernos rumbo al Millenium Dome de Londres y llegar así, con tan solo (nótese la ironía) 10 horas de antelación. Ese número era el menor número de horas que había conseguido acordar con Heather, pues si por ella fuera, habríamos hecho noche en la fila del Millenium Dome. Gracias al apoyo de su padre, conseguí hacerle entender que con las entradas que él nos había regalado no teníamos que esperar ninguna cola, ya que teníamos entrada directa al edificio. Y, por si fuera poco, podríamos sacarnos fotos con el mismísimo Harry Styles en el meet and greet que había organizado para antes del concierto.

Yo iba de acompañante, claramente. Heather ha sido ultra-mega fan de los One Direction desde sus inicios y de hecho, había acudido a un par de sus conciertos. Cuando se separaron, tras superar la evidente depresión, comenzó a seguir a todos los cantantes del grupo y comenzó a escuchar la música que ellos fueron creando. Este era el primer concierto al que Heather acudía tras la separación de los integrantes del grupo. En mi caso, yo había empezado a escuchar la música de Harry cuando comenzó a publicar discos en solitario, hace relativamente poco. Cuando mi amiga recibió como regalo de cumpleaños dos entradas para ir a ver a Harry Styles en la capital de nuestro país, no dudó en elegirme a mí como acompañante, ya que sabía que aunque no tanto como a ella, a mí también me gustaba la música que Harry toca. 

Finalmente, tras quitarme el labial color borgoña y decantarme por uno color nude, me miré en el espejo grande del pasillo. Había escogido un look rockero para la ocasión: camiseta básica blanca, una blazer gris, pantalones vaqueros oscuros rotos y mis botines favoritos: los chelsea negros. Había sopesado la idea de llevar un sombrero para completar el look pero finalmente había desechado la idea, por si alguien en el concierto me lo tiraba sin querer. El maquillaje que había elegido era sencillo, había rasgado un poco los ojos utilizando sombras oscuras y me había puesto un poco de colorete para dar un poco de alegría al rostro.

Tras despedirme de mi madre, la cual estaba viendo uno de esos programas matutinos en los que se habla de salud y de consejos para el día a día, me puse rumbo a la estación de tren.

Al llegar vi a Heather y se notaba desde lejos que se iba a un concierto. Se había pintado toda la cara y llevaba la camiseta del merchandising del último album de Harry.

- ¿No crees que es un poco pronto para haberte pintado desde ahora el nombre de Harry por toda la cara?

- Todo el mundo tiene que enterarse adónde vamos. - contestó poniendo cara de autosuficiencia. 

El camino hasta Londres fue ameno, vivíamos a tan solo media hora de la capital en tren y el tiempo del viaje pasó volando mientras intercambiábamos posibles conversaciones que tendríamos más adelante con Harry, en el meet and greet.

Cuando llegamos al Millennium Dome observamos las largas colas de chicas jóvenes que había alrededor del edificio. Nosotras, gracias a nuestro pase, no tendríamos que ponernos en aquellas colas pero sí que tendríamos que esperar debido a lo pronto que habíamos llegado.