Renuncio

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-Hermione te ves…radiante- replicaba Ron al ver llegar a una castaña muy sonriente a su oficina y se acercaba peligrosamente queriendo besarla.

-Detente Ron, tu y yo ya no tenemos nada, entiendo lo que me dijiste y es mejor así-

-Oye, lo siento si, estaba un poco confundido, pero ya estoy bien, no quiero dejarte-

La castaña dio la media cerrándole a Ron la puerta de su oficina en la nariz, que se creía ese bastardo que podía jugar con ella como un sube y baja, si bien era cierto que la castaña aun sentía algo por él, Blaise tenía su mundo confundido, el era algo que nunca antes había experimentado, por supuesto un chico de otro nivel económico que la invitaba a ser partícipe de su mundo, algo que ella quería ver de verdad.

El dilema se volvió aun mas grande los encuentros con Blaise primero eran una vez a la semana, el pasaba por ella al salir del trabajo, tomaban un café, le llevaba unas flores, o algún pequeño detalle, después pasaba por ella dos veces a la semana y al final diario iba por ella, claro ella caminaba algunas cuadras para evitar tener algún problema con Ron, ¿realmente lo estaba evitando?, ¿estaba huyendo de él?, no entendía porque lo hacía, pero le gustaba lo que tenia Blaise que Ron nunca le demostró, quizá era un error, pero no lo sabría hasta que el tiempo lo dijera.

-Renunciaste Hermione, ¿Por qué?-

-Cómo es posible que tengas el descaro de preguntar, tú me orillaste a eso, en verdad me vuelves loca con tus cambios de humor, no puedo trabajar en mismo espacio que tu, no me siento bien, no me siento cómoda-

-¿Acaso ya no me amas?-

-No lo sé Ron, pero son mejor así las cosas, ya no voy a perdonarte una vez más, lo siento me voy-

La castaña se alejo con lagrimas en los ojos, muy a su pesar había dejado el trabajo que amaba para organizar sus sentimientos y su mundo, no podía dejar de pensar en Blaise, ese hombre de verdad trastornaba su mundo, su inocencia se iba alejando dándole paso a una mujer que vivía de noche, era algo agradable, tener noches de copas, de karaoke, un mundo que no conocía y para ella brillaba como si fuera oro.

En un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora