A eso de las 9pm, la castaña seguía pegada en su máquina trabajando en la terraza de la gran mansión con el orden de los papeles y haciendo unas cuentas de los gastos del día, ella era muy buena en su trabajo y ahora que no estaba bebiendo en un antro podía concentrarse más en la imagen que deseaba dejar en el proyecto.
Ring-ring el celular sonaba, era Blaise que llamaba por veintésima vez, Hermione se había molestado un poco, porque aparte de todas esas llamadas tenía su bandeja de entrada llena de mensajes y mil correos electrónicos, realmente era lindo recibir tanto amor, pero en ocasiones era interrumpida en momentos o con personas importantes del trabajo.
Decidió no contestar, espero a que dejara de timbrar y decidió apagarlo y guardarlo, se limito a enviarle un email a Blaise diciéndole que estaba bien, solo que estaba un poco ocupada con unos planos que debía entregar a primera hora y mintió diciéndole que el celular se había descargado y cuando contesto este se había apagado, temió firmar aquel mail con un Te amo, pero finalmente lo puso acompañada de una imagen romántica.
-Deberías descansar un poco Hermione, pareces ratón de biblioteca, sal y bebamos una cerveza-
-tú no tienes modales Malfoy-
-Draco, Hermione, Draco-
-Como sea, no puedes ofender a una persona e invitarla a salir, además no te ves muy confiable que digamos-
-Bueno si no quieres salir, solo bebamos una cerveza aquí donde estas- le decía al mismo que le cerraba a la castaña la laptop en las manos y la ponía lejos de ella-
-Quien carajos te crees Draco Malfoy-
-Ya tranquila, anda bebe y relájate, no te sienta bien el calor, te hace ver gorda-
-Esto es el colmo, tú no tienes madre- le dijo al mismo que se levantaba para irse, pero un brazo la detuvo y la atrajo hacia él,-ya castaña, perdona no quise ofenderte, serias tan amable de acompañarme con una cerveza por favor- ella giro y lo liquido con la mirada, después de bufar y dar una pequeña pataleta con los pies, se sentó junto al rubio que le dio una lata para beber-
Hermione apenas sintió el olor de la cebada cruzar por su nariz se transformo y la bebió toda de un sorbo, lo que dejo a Draco con la boca abierta, esa mujer tenía algo que ocultaba, no era que le interesa descubrirlo, pero parecía muy buena como para beber como pirata después de conquistar un tesoro.
-Me invitarías otras por favor- decía la castaña que se tapaba la boca tratando de disimular un eructo
-Cla...claro, con gusto voy por unas, somos los únicos aquí, los otros chicos ya habían estado antes aquí y tienen algunas amistades con las que salieron a pasear-
-¿Y tú?- pregunto la castaña
-Yo no gracias, tengo una esposa y dos hijos, uno recién cumplió 2 años de edad, vengo a trabajar igual que tu supongo-
-Sí, pero yo no tengo hijos, no tengo mucho sentido maternal que digamos, tengo novio y eso es todo-
-Que bien, ves que no soy tan desagradable- refuto el rubio
-Pues aun no lo sé, me quedo con la primera impresión que me diste-
-yo pensé lo mismo de ti castaña, pero veo que alguien más que vive en ti-
-Si quizá pero por lo pronto no te diré nada más de mí, por favor me ayudas a llegar a mi habitación, me siento un poco mareada-
-Es normal, te has bebido más de diez cervezas y de uno o dos tragos-
-Me ayudaras o me juzgaras-
-Ya está bien no dije nada, te ayudare, pero dame unos segundo, hace un poco de frio y la cerveza me ha provocado una necesidad, no tardo, no intentes llegar sola, podrías romper algo-
