Alto riesgo

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Observaba todo a su alrededor, las luces la mareaban y el rostro de su rubio daba mil vueltas en sus pensamientos.

—Mierda, no estoy lista para enfrentar lo que se aproxima no yo sola— pensó

El estrés y la preocupación combinado con su embarazo no eran buenos amigos, sintió unas nauseas horribles y salió corriendo hacia el baño justo cuando escucho que de un consultorio la llamaban.

—Ya está mejor Señora— le preguntaba una doctora muy dulcemente

“¿Señora?” que extraño sonaba aquella palabra con la que ahora se dirigían hacia su persona.

—Si gracias, me quedan solo unas pocas nauseas—

—Bien vamos a comenzar con un pequeño cuestionario mientras esperamos los resultados de las muestras y procederemos con el ultrasonido—

—Por favor nombre completo, edad, estado civil, número de hijos, número de abortos, padecimientos— y una larga lista de preguntas que no tenía ni idea de cómo responder la castaña, a eso había que sumarle lo incomodo que resulto el famoso ultrasonido endovaginal, pero entonces lo vio.

Ahí estaba su hijito, le parecía un osito en un gran espacio negro y lleno de rayas, pero el latido de su corazón era fuerte y constante, ahí dentro de ella, estaba la más grande prueba del amor que sentía por Draco Malfoy, esperaba un hijo de él, un hijo de ambos, no podía reprocharle nada a esa criatura indefensa que parecía agitarse con la emoción de su madre al verlo en aquel monitor.

—Bien Señora Granger, primero que nada debo pedirle que guarde la calma ante lo que voy a decirle y preguntar—

Ella solo asintió con la cabeza, una punzada se clavo en su corazón, se llevo las manos hasta su vientre, trato de prepararse mentalmente para lo que la doctora tuviera que preguntarle.

—El padre de su hijo, como decirlo, ¿estará con usted en el embarazo?—

 ¡¡Qué coño!!, esa pregunta la hizo palidecer, se preparo para cualquier pregunta menos para esa, no sabía nada de Draco Malfoy, ¿Cómo sabría si él estaría con ella o no?, simplemente parecía que la Tierra se lo había tragado después de enterarse que iba a ser papa, maldición pensó y al fin respondió

—No…yo…no lo sé— dijo con la voz entrecortada

—Bien, entonces le voy a pedir que tome con calma lo que voy a decirle—

Las manos de la castaña acariciaban su vientre y se miraba fijamente donde hacia unos momentos había visto la imagen más angelical de su vida.

—Su embarazo Señora Granger, es un embarazo de alto riesgo, tiene un caso de anemia de cuidado y los estudios que le hemos realizado indican que esta propensa a sufrir preeclampsia, ambas situaciones son de mucho cuidado, por lo que usted tendrá que extremar cuidados y estar al pendiente de cualquier síntoma que no parezca normal—

Su mundo se vino abajo, todo se ponía negro frente a ella y trataba de guardar la calma pero era imposible, necesitaba un mano que sostuviera la suya, alguien que la abrazara y la consolara, que le dijera que todo estaría bien, que no estaría sola…pero  en realidad y en ese momento eso era lo único que ella tenía: soledad.

—Mi hijo ¿podría, perderlo?— pregunto temerosa

—No puedo mentirle Señora, en este momento las posibilidades son cincuenta y cincuenta, de usted y el padre de su hijo depende la vida de la creatura—

Salió del consultorio con los ojos empapados, con los pensamientos nublados y con su corazón en la mano, la única vida que estaba unida a ella estaba en riesgo y tenía miedo, mucho miedo de perderlo también a él.

En un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora