ੈ‧🕯️₊˚ 𝗦𝗘𝗥𝗘𝗡𝗗𝗜𝗣𝗜𝗔┃❛ Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta. ❜
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ Después de los extraños sucesos del año pasado, Camila pensó que todo ya había acabado, pero gracias a su padre...
¡Este capítulo tal vez contenga algo sexualmente explícito, así que se pide discreción y piedad por la autora que no sabe escribir de esto, ahre!
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[CAPÍTULO NUEVE: “JAMÁS”]
Joyce acompañó a Will hacia su auto, ya que iba a llevarlo a su casa a descansar. Camila fue donde Joyce y le dijo que si podía ir con ella.
La castaña asintió y dejó subirse a Camila al auto. El auto comenzó a moverse y la rubia vio por la ventana a los chicos, quienes volvían a entrar a la escuela, dejando sola a Max.
El viaje de la escuela a la casa Byers duró poco, ya que la distancia era corta. Al llegar, Joyce llevó a Will adentro y lo sentó junto a ella en la mesa.
—Iré a la cocina a hacer té —dijo Camila a Joyce
La rubia se dirigió a la cocina y comenzó a buscar tres tazas, pero algo llegó a su mente. Tal vez esa noche ella se quedaría con los Byers, así que tendría que llamar a su papá.
Tomó el teléfono de la cocina y llamó a la estación de policía.
—Hola, me preguntaba si se encontraba mi padre, Jim Hopper.
—No se encuentra por ahora, cielo —dijo una voz por el teléfono—. ¿Quieres dejarle un recado?
—Eh… ¡sí! ¿Le podría decir que me quedaré a dormir en la casa de los Byers? Gracias, que tenga una buena tarde —dijo antes de colgar.
Buscó entre los cajones el té, lo tomó y lo puso en casa taza, después de unos minutos fue donde Joyce y Will, y les dio el té.
—¿Todo bien? —preguntó la rubia.
—Sí, no hay nada de qué preocuparse —dijo Joyce—. Solo fue una falsa alarma.
La rubia asintió no muy convencida. Después de estar un largo rato conversando sobre temas triviales, Joyce dijo que ya era hora de dormir, así que hizo que Camila durmiera en la habitación de la mayor, ya que ella y Will dormirían juntos.
Camila entró al baño de la casa Byers y se lavó la cara, no entendía por qué todo estaba tan raro últimamente, pero no quería que empeoraran las cosas, no otra vez.
Salió del baño y se dirigió a la habitación de Joyce, pero se cruzó en el camino a Jonathan, quien estaba cerrando la puerta de la habitación de Will.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Jonathan.
—Will tuvo otro episodio cuando estábamos los chicos y yo en la secundaria —explicó la rubia—. Tu madre y yo lo trajimos aquí para que descansara, se hizo tarde y me quedé a pasar la noche.
—Bueno, solo espero que esté bien —dijo Jonathan refiriéndose a Will—. ¿Cómo estás tú?
—Bien, bien, solo algo preocupada por Will, ya sabes —explicó. Camila sonrió—. ¿Cómo te va con Wheeler?
