Han pasado algunos días, pero desde el duelo contra Arkana e sentido que he vivido milenios atrapado en un secreto sin poder resolver. Yami no sabe que soy la reencarnación de su hijo, y la verdad es que me alegro de que no haya escuchado mi conversación con Marik pues creo que eso le afectaría, o por lo menos si yo estuviera en su lugar me volvería loco. Es decir, si estuviera en el lugar de mi compañero me cuestionaria el porqué de compartir el cuerpo con un extraño, el cual después de todo resulta ser mi hijo.
Admiro a Yami pues yo en su lugar no hubiera sido capaz de sellar mi alma, aunque al parecer fui capaz de sacrificar la vida eterna por ayudar a mi supuesto padre, y la verdad es que volvería a sacrificar todo por ayudarlo pues le tego un gran afectó a mi compañero.-Yugi, necesito hablar contigo -dijó Yami interrumpiendo mis pensamientos.
-¿Qué sucede Yami?
Yami estaba inquietó, y era más que obvio pues a pesar de que logramos ganarle al silencioso y conseguir la carta del dios egipcio, Osiris, sabe perfectamente bien que estamos en peligro a causa de la profecía.
-Yugi, desde que conseguí a Osiris, el dragón de los cielos me he sentido bastante extraño. He tenido visiones en donde hay una figura de piedra de dicho dios rodeada de oscuridad. ¿Crees que signifique algo?
-Tal vez es un fragmento del día que sellaste tu alma. Aunque ahora que lo mencionas, si el oscuro logro convertir en piedra a un dios eso significa que es más poderoso de lo que imaginé.
-Espero y estés equivocado Yugi, porque si es así puede que tenga graves problemas a futuro.
Yami en verdad estaba nervioso, preocupado y tal vez algo asustado, ¿pero que podía hacer yo para calmarlo? Sugerí ir a caminar al parque de domino sin duelos y amigos, pues a mi punto de vista creo que ambos necesitamos analizar todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Al llegar a dicho lugar encontramos a alguien familiar para ambos, era la duelista Anuket aunque su cabello lo había teñido para tener un estilo más moderno, aunque sus ojos eran lo que más nos intrigaban ya que reflejaban afectó y un gran sentido de familiaridad.-¡¡Hola Yugi!! -saludo la egipcia con alegría al verme cerca de la fuente.
-Anuket... Vaya, en verdad que es una grata sorpresa volver a verte -respondí amablemente mientras le daba un caluroso abrazo.
-Igual para mí Yugi, pero dime, ¿ganaste el torneo del reino de los duelistas?
-Si, aunque el verdadero campeón es Yami, pues al parecer fui lo bastante débil para soportar el reino de las sombras.
-No creo que hayas sido débil, pues la verdad es que no soportas el reino oscuro porque no has vivido milenios con su gobernante -dijó mientras me tomaba de los hombros. -Pero déjame decirte que en realidad eres bastante fuerte, ya que si fueras débil ya hubieras muerto a causa de la energía que desborda el rompecabezas milenario.
-Soy fuerte gracias a Yami, pero si él no estuviera conmigo creo que no sería nada -respondí un poco desanimado.
-Te equivocas, es cierto que el faraón era fuerte y valiente, pero también lo fuiste tú ya que te preparaste por años para este momento. -respondió gentilmente y segura de sus palabras.
-¿Cómo es que estás tan segura de lo que dices? La verdad es que no comprendo cómo es que sabes tanto de mí y de Yami.
-Como te dije en el barco, tu y yo éramos muy cercanos. Crecimos juntos hasta que el destinó terminó por apartarte de nuestra familia.
-¿Quieres decir que eres.... mi hermana? ¿Pero cómo es eso posible? -pregunté sorprendido y un poco asustado pues al parecer estaba frente a un fantasma.
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El legado de mí padre
FanfictionAbidos tercero, siendo el hijo mayor del faraón Atem y la sacerdotisa Mana, narra como ha sido su vida después de subir al trono de Egipto, mientras busca la formar de ser participe de la profecía que traerá a devuelta a su padre. Secuela del fanfic...