Podía sentir su cuerpo más suelto y fresco en aquel vacío oscuro. Tanto su mente como espíritu asemejaban a ligeras plumas balanceándose en el aire ante aquella densa negrura, entre la tranquilidad que la rodeaba, sus ojos pudieron divisar unos pequeños puntos de colores claros que se dibujaban en diminutas espirales, estaban lo bastante lejos como para que no pudiera palparlas con las manos pero eso no le causo ninguna molestia, aquella vista era agradable a los ojos y transmitía una calidez dulce a su corazón, después de estar un tiempo vagando en las profundidades de su inconsciente pudo notar que aquellas luces se acercaban más a ella y su brillo aumentaba a tal punto de lastimarle los ojos, trato de cubrirse con las manos pero estas no respondieron a su petición, poco después de que la luz la cubriera por completo pudo percibir la voz de su padre, en ese momento dejo de luchar con sus cuerpo y abrió los ojos.
Su vista era borrosa y sus ojos picaban pero no tardo en recuperar por completo su visión, cuando todo a su alrededor se aclaró lo primero que pudo percibir fue el rostro angustiado de su padre, este, notó que Dororo había despertado y la tomó en sus brazos acunando su cabeza y al mismo tiempo dándole pequeñas caricias en sus mejillas revisando que todo estuviera en orden.
- ¡Mi pequeña, casi me dio un infarto cuando me dijeron que te habías desmayado pero gracias a los dioses estas bien ¡-
Su padre lo abrazaba con demasiada fuerza, tanto que lo estaba asfixiando pero lo que realmente incomodó a Dororo, fue el seudónimo con el cual su padre se había referido hacia él. Cuando al fin pudo liberarse del abrazo asfixiante de su padre, cruzo los brazos y desvío la mirada con molestia.
-Papá… ¿Cómo puedes llamar a tu hijo “Pequeña”? Recuerda que soy un hombre, además alguien te puede escuchar…-
Su padre pudo percibir las mejillas sonrojadas de Dororo, al parecer, su “hijo” se tomaba muy enserio su papel de hombre y no planeaba cambiar eso, bueno…al menos no por el momento. Al contemplar a su pequeño, empezó a recordar la historia que Daigo armó en su conversación, nunca se hubiera imaginado que aquel niño que su pequeño encontró en medio de las cruentas peleas era nada más ni nada menos que el hijo de Daigo.Aparte de la preocupación por los planes que este creó en base a los hechos acontecidos en los conflictos pasados, sentía alivio por aquel niño, ahora que ya sabía su paradero y que había sido de su vida, su corazón se sentía más ligero, le pareció algo increíble y reconfortante al mismo tiempo ¿Quién iba a imaginar que aquel niño con ojos llorosos que se aferraba a Dororo como si fuera una garrapata era ahora aquel chico fuerte y de buena apariencia? Era costoso creer pero al final de cuentas era la verdad. Pero alejando esa felicidad inicial quedaban los recuerdos de Hyakkimaru que lo metía en aprietos.
Según Daigo, desde el momento en que encontraron a Hyakkimaru vagando por los campos, el niño no dejaba de hablar sobre lo que había vivido cuando estuvo lejos de sus padres, todo lo que había visto y las personas que había conocido, entre sus parloteos que duraron hasta cierta parte de su adolescencia siempre resaltaba a una valiente niña que había conocido en medio de los conflictos, su emoción por encontrarla de nuevo había disminuido con cada año que pasaba pero de alguna forma, cada vez que alguien traía a colación el tema de la niña, podía percibir un pequeño brillo en sus ojos, esa reacción lo motivo a buscar el paradero de aquella niña. Después de años de búsqueda al fin pudo encontrar información confirmada sobre su familia gracias a testigos que presenciaron los hechos. Cuando se enteró que la familia de la niña se trataba de gente prestigiosa y con poder no podía estar más feliz y motivado, eso es lo que lo llevó a tomar la decisión de enlazar a las dos familias a través de un matrimonio y así llevar felicidad al corazón de su hijo pero el problema que obstaculizaba los planes de Daigo era la misma niña que formaba la parte principal de sus planes. Su hijo jamás sedería a tales objetivos porque era un hombre, tal vez no en cuerpo pero si en espíritu.
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Simplemente Destino●♡○
RomanceEsta es una historia de Hyakkimaru y Dororo ●w●~♡ ¿Que pasa si Daigo Kagemitsu nunca hubiera hecho el trato con los demonios y Hyakkimaru hubiera tenido una vida normal? Eso es facil de contestar ya que el destino siempre une a los seres que estan d...