¿Mafia y amor? ©

Capítulo 19; «Adrenalina»

«Adrenalina»

Claire PDV

Salí de casa simplemente con mi sudadera y un jean ajustado. Quería dejar la ropa nueva acá. Mire mis pies e instantáneamente sentí una punzada en el corazón, esas Vans me recordarían a Sebastián siempre que las tuviera. Pero siempre me sentiría cerca de él.

Hice el mismo recorrido que hicimos hace unas semanas para venir a acá. Salí del bosque realmente cansada, mire si había alguien que pudiera llevarme cerca de mi casa y para mi mala suerte no había nadie.

En todo el camino no deje de pensar en él, ni un mini segundo pude dejar de pensar en su sonrisa, sus labios…sus abrazos. Deje de caminar solté un sollozo que resonó como un eco por todo el túnel y de un minuto a otro ya estaba llorando amargamente. Mire hacia atrás mientras mi mente y mi corazón gritaban que regresara, que huyera muy lejos con el pero no podía hacerlo. Negué con la cabeza y comencé a caminar aún más rápido para llegar pronto y endurecer mi corazón de nuevo.

Ser la Claire Sheffield de siempre, no está idiota enamorada. 

***

Toque la puerta de mi casa; gracias a mi rápida salida olvide las malditas llaves. Abrió Loreto -¡Hey! –le di una pequeña sonrisa como saludo. Loreto entrecerró los ojos -¿Qué pasa?

-estoy cansada, vine caminando –dije pasando a su lado entrando a mi casa -¿me extrañaron? –bromee.

-¿Qué? La mafia se estaba yendo a la mierda sin ti, ningún cobarde se atreve a nada –dijo resoplando –Fredo y yo queríamos hacer el trabajo y dejarte descansar pero Cipriano insistió en traerte, ya que eres la más cautelosa y blah –rodo los ojos.

-Gracias –sonreí. Loreto me abrazo y comenzamos a caminar por todo el patio hasta la entrada –Cipriano como siempre, jodiendome la vida –bufe –ustedes fueron entrenados conmigo, es como si fueran dos yo en versión hombre –dije sincera. Ellos crecieron conmigo y nuestro entrenamiento fue el mismo, sabemos hacer las mismas cosas.

Beso mi cabeza en forma de despedida mientras nos deteníamos frente a la puerta de mi habitación –nos vemos mañana, duerme bien –suspiro. Podía ver el cansancio en sus ojos, pero no cansancio físico, sino que mental, sentimental. Nos estaban haciendo mierda en esta mafia –mañana temprano tomaremos camino hacia a la frontera para dejar a la secuestrada y tomar el dinero que ordenamos que dejaran.

Fruncí el ceño -¿ese fue el trato? –Asintió –iremos por la tarde.

-¿Por qué? Tenemos que cumplir si no…

-¡Es una maldita emboscada! –Exclame tratando de controlarme –como si no fuera obvio. Iremos por la tarde y eso es todo –bese su mejilla y me adentre a mi habitación inhalando y exhalando para tranquilizar mis nervios. Abrí la puerta de nuevo -¡Dile a Cipriano que ya estoy aquí y a mi padre que iré a saludarlo mañana porque vengo rendida! –grite a Loreto.

Asintió y desapareció por otro pasillo. Me adentre de nuevo a mi habitación. Metí mis manos en los bolsillos de mi pantalón buscando mi celular –mierda –susurre. Lo había dejado. Me acerque al teléfono y marque mi numero –responde Sebastián –susurre.

Bip uno,

bip dos,

bip tre…

-¿Si?

-Soy yo, Claire –susurre.

Escuche un suspiro de alivio al otro lado –pensé que era Cipriano o algo por el estilo –susurro de igual manera.

-¿mañana te vas a Canadá cierto? –cuestione tratando de calmar mi ansiedad.

-no.

-¿Qué? –grite.

-regresare a mi casa, mis padres vendrán por mi mañana.

-No puedes hacer eso, si Cipriano se entera… -cerré los ojos –voy a mantenerlo alejado de ti, mereces una vida normal –mi voz sonó triste –toma mi celular como tuyo, mañana comprare uno nuevo y te pasare mi número y ya le cambias de número, ¿vale?