Cap 7

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Había pasado ya mucho tiempo desde que cierta monstruo de escamas violáceas se fue al baño para lavarse las manos... El profesor Wendigo se estaba impacientando, y eso se notaba en uno de sus cascos, que daba golpes al suelo de manera continua y sin llegar a despegar del todo la pezuña de la dura superficie cubierta por baldosas. Sus brazos estaban cruzados y de vez en cuando miraba el reloj de su muñeca izquierda.

Aunque su cara fuera una calavera en su totalidad, podía notarse en el brillo de sus blancas "pupilas" la tremenda molestia que sentía... Aunque no solamente él se preguntaba que era lo que se suponía que estaba haciendo Susie para tardar tanto en llegar, el único humano de la clase también se estaba preocupando un poco...

-Señor Dreemur.- llamó el "ciervo" al castaño, el cual, levantó su vista del papel de inmediato. -¿Podría ir a ver que es lo que está haciendo su compañera, la señorita Lizardman?- pidió amablemente al chico, él no podía salir de la clase por razones obvias, los demás podrían usar el rato que estuviese fuera para sacar los apuntes de literatura y copiar.

El castaño, claramente no se negó, y salió del aula sin tardar mucho. Cerró la puerta y se dirigió pasillo adelante, rumbo hacia los baños... Pero no llegó a dar ni cinco pasos cuando divisó a los dos monstruos que faltaban en clase a mitad del corredor...

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Sus ojos brillaron en un intenso color carmín, rojos como la sangre que veía salir de las muñecas de su compañera... sus manos se volvieron puños, cerrados con tal intensidad que hasta se le hincharon un poco las venas, sus músculos se tensaron y su sangre hervía de furia, siendo a su vez incapaz de no mostrar sus apretados dientes... ¿Afilados? cómo la hoja de una sierra al percatarse de aquella brillante perla que se deslizaba por la escamosa mejilla púrpura de la reptil...

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... Ese chucho...

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...acaba de firmar su sentencia de ¡MUERTE!

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*¡PAAam-PLAAANK!*

N. 150Donde viven las historias. Descúbrelo ahora