CAPÍTULO 5.

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Meto la llave de mi casa dentro de la cerradura mientras estoy envuelta en mis pensamientos. “Fue una maravillosa noche, gracias” “quisiera seguir hablando contigo” “Rosé”. Pongo mi espalda sobre la puerta ya cerrada y me deslizo hacia abajo con las manos en mi cara. Estoy hirviendo, significa que estoy demasiado sonrojada, y lo mejor de todo es que no puedo parar de sonreír. Había sido una noche hermosa, podría decir que perfecta.

El sonido de mi celular hizo que saltara del susto, lo saqué de mi bolsillo y vi como el nombre de Lisa aparece en la pantalla. Contesto y lo primero que recibo es un grito por parte de mi mejor amiga.

– PARK CHAEYOUNG, ¿CREES QUE TE MANDAS SOLA? – Son las 12 pm y está gritando como si estuviéramos en un concierto. - ¡PUES NO, PARK!, ¡NO ES ASÍ! ASÍ QUE GRACIAS POR CONTESTARME EL MALDITO TELÉFONO DESPUÉS DE 3 HORAS EN LAS QUE HE TRATADO DE COMUNICARME CONTIGO. – Escucho un “¡LALISA, SILENCIO!” de parte de su madre a lo lejos de nuestra llamada. - ¡LO SIENTO MAMÁ! Ahora, Chaeyoung, ¿no piensas decir nada? – Su voz se escucha a un volumen neutro; siento como escupe su furia en cada palabra, principalmente cuando dice mi nombre. Subo las escaleras hacia mi habitación y cierro la puerta para dirigirme a la cama.

- Lo siento, Lisa. – Le dije cambiando mi tono de voz a uno más agudo, casi de niña pequeña. A Lisa le causaba ternura cuando hacía eso, y siempre lo hago cuando ella está enojada conmigo.
- Oh, Dios. No puedo contigo. – Escucho como suspira por el desespero que le causo.

– Después del trabajo, salí con Kim Jisoo. — Me tiro a la cama como una adolescente de alguna película romántica después de una cita con el chico que le gusta y le cuenta el chisme a su mejor amiga. No recibo respuesta por parte de la otra línea y lo único que logro escuchar son las gotas de lluvia caer en el techo. — ¿Sigues ahí?

– Hablé con el jefe hace un rato, necesito que me remplaces mañana. – Lalisa ignoró por completo mi comentario. – El viernes tampoco podré ir a trabajar, así que tendrás ese turno sola. – Luego de esas últimas palabras, el silencio reinó en nuestra llamada.

– Está bien, puedo manejarlo. – Respondo varios segundos después, ella parecía exigir que la reemplace más que pedirlo. Así no pueda manejarlo, se convirtió en algo obligatorio. – Hey, Lisa, ¿escuchaste lo que te dij… – Fui interrumpida por su voz.

– Debo irme. Luego hablamos. – Cuelga antes de que pueda decirle palabra alguna.

¿Pero qué mierda? Lisa jamás me había hablado de esa manera. Jamás me colgaba primero, y sus despedidas siempre iban con un “dulces sueños” “preciosa” “linda” o algo por el estilo, no de esa manera tan insípido que hace que me ponga nerviosa. ¿Estará molesta por algo?

Me quedo un rato pensando en qué pude haber hecho para que Lisa fuera tan seca. ¿La vuelvo a llamar? No, tenía que irse. ¿La llamo antes de ir a la escuela? No, igual nos veremos allá. ¿Olvido el tema y me voy a dormir? Si, esa es la mejor opción, puesto que veo mi reloj y faltan quince minutos para que sea la una de la mañana. El tema no deja de inquietarme, sin embargo, organizo mi uniforme, me lavo los dientes y me acuesto a dormir, con la ropa que tenía puesta.

[Mientras tanto, a varias cuadras alejadas de la casa de Park Chaeyoung].

– ¿Por qué diablos vienes tan tarde? – Su voz era ronca por tanto cigarrillo que había fumado. Cada día fumaba una caja diaria desde que su esposo utilizó la excusa de “trabajar en otro país para mejorar la economía de su familia” y sus dos hijos mayores se fueran con él. – ¿Acaso no ves que debo comer? – El penúltimo cigarrillo que le quedaba era apagado con rabia en el cenicero. Aún no voltea hacia la persona que acaba de entrar por la puerta.

– Tenía que hacer algo importante. Además, fácilmente pudiste hacerte la ce… – Sus palabras fueron interrumpidas por el estruendo del cenicero contra la pared que estaba a su lado. Instintivamente se agachó antes de que lograra golpear alguna parte de su cuerpo, pero cuando se incorporó, la mujer se había acercado velozmente hacia ella, la agarró del cabello negro y tiró su cabeza hacia atrás para poder mirarla a los ojos. No quería derramar lágrimas, no permitiría que alguien como ella la viera de nuevo tan débil… Pero los ojos de esa mujer mostraban tanta rabia que dolía en lo más profundo de su corazón.

– Seguro fuiste con una mujer a algún motel, ¿es eso? ¿te fuiste con alguna mujer o fuiste a prostituirte? – Cada vez tiraba más de su cabello, en cualquier momento la haría caer de espaldas. – O te acostaste con tu jefe para recibir más dinero. – Reía sin ganas, con pesadez. Era una risa horrenda. – ¿Y cómo volviste con tanta valentía como para responderme? Hace mucho no lo hacías… Pero para nada extrañaba eso. – Y como lo presentía, la mujer tiró su cabeza aún más para atrás y la hizo caer de espaldas. El golpe no fue fuerte, ya había sufrido peores que ese. Se puso en posición fetal.

Ahí es donde comenzaría su pesadilla.

– NO – Primer patada en el estómago, había alcanzado a cubrir con sus brazos el golpe. – VUELVAS – Segunda patada, los brazos aún cubren su estómago. – A – Tercera patada pero esta vez la mujer cambió su estrategia y le dio un golpe en el pecho que instantáneamente cubrió con sus brazos. – RESPONDERME. – Cuarta patada y fue la que logró atinarle en su estómago descubierto y pudo sacarle todo el aire que tenía, sentía que lo que había comido esa noche se devolvería por su garganta. La mujer se arrodilló y se acercó a su oído. – Y deja de tratar de cubrirte los golpes, querida. Soy tu madre y debes aceptar mi muestra de cariño. Ahora, sé buena niña y ve a tu habitación. Y por supuesto que ya comí, pero quería probar tu asquerosa comida. – La mujer se dirigió a la última habitación del largo pasillo de la casa. Era la habitación más alejada para no escuchar los sollozos o quejidos de Kim Jisoo después de ser golpeada cuando su madre estaba de mal humor.

Seguía en el mismo punto en posición fetal, esperando a que se le pasara el dolor y poder recuperar totalmente el aire. A pesar de todo, Jisoo no se sentía triste. La noche había sido increíble y desde que volvió al local ARCADE después de llevar a Ellie a su casa sabía que le esperaba una paliza de su madre, y no le importaba en absoluto. No sé arrepentía de nada.

Park Chaeyoung, Rosé… Su noche había sido increíble por esa chica.

[Tres de la mañana. Casa de Park Chaeyoung]

Por favor, no te acerques. Tengo miedo. No te acerques de esa manera, siento que me harás algo malo de nuevo. ¡ALÉJATE! ¡YA NO QUIERO ESTAR CONTIGO!

No puedo pronunciar ninguna palabra, siento que mis labios están sellados. Mis manos están amarradas, él se acerca más a mi rostro. “¡¿CREES QUE TE IRÁS TAN FACIL DE AQUÍ?! NO TE SOLTARÉ PORQUE ERES MÍA, CHAEYOUNG.” Sus ojos demostraban su desespero, y todo porque quise terminar con él. Intento gritar aunque sé que nadie me escucha, es una habitación muy alejada de la calle, y es un barrio solitario. Aunque quisiera, nadie me escucharía. “¡CÁLLATE, MALDITA LOCA!” Su mano se aproximaba a mi rostro...

– Despierta, cariño. – El tono suave de la voz de mamá podía calmar hasta a las peores guerras. – Despierta y respira. – Mi respiración estaba agitada, mi cuerpo estaba sudando y mi rostro estaba mojado, supongo que estaba llorando. Mi madre me acerca aún más hacia ella para darme un abrazo tranquilizante. Veo por encima de su hombro que mi padre está detrás, ¿los desperté o acabaron de llegar? – Recuerda, inhala profundamente, cuenta hasta 7… – Seguía las palabras de mamá porque al parecer a mi cerebro se le olvidó como darle ordenes a mi sistema respiratorio. – Exhala, cuenta hasta 7. Repitelo… – Repetí hasta poder regular mi respiración. – ¿Volvieron tus pesadillas? – Mi madre me mostraba una sonrisa reconfortante pero sus ojos mostraban tristeza al ver que tal vez las pesadillas habían vuelto.

Me incorporo en la cama y doy un largo suspiro para sentirme más tranquila. Niego con la cabeza para responder la pregunta de mamá; las pesadillas no habían vuelto, él no había vuelto, todo estaba bien. Les sonrío a mis padres para que puedan tranquilizarse e irse a dormir, al igual que yo.

Todo está bien.

– ¿Quieres que le escriba al director para que te deje faltar hoy? Es mejor que podamos prevenir que te suce… – Interrumpo a mi padre antes de que pueda decir algo más.

– Tranquilo, papá. Sólo fue una pesadilla, tal vez me sentía muy estresada por la escuela y el trabajo, es todo. Las pesadillas son normales. – Las miradas de ambos decían que no estaban convencidos totalmente. – Se manejarlo. Y sé que puedo llamarlos si me siento mal, o puedo hablar con Lisa. – Sólo que no sé si Lisa quiera hablar.

– Está bien, cariño. – Mi madre se levanta de la cama y se acerca a mi para darme un dulce beso en la frente. Huele a alcohol, pero eso ya no me molesta. – Duerme estas dos horas que te quedan. Llámanos si te sientes mal, por favor. – Mi padre es el primero en salir de mi habitación, mi madre me lanza un beso desde la puerta antes de apagar la luz y cerrar la puerta.

¿Por qué estoy soñando con él como antes? Pensé que ya lo había superado. Pensé que ya podía seguir con mi vida. Las pesadillas han vuelto y no quiero que sigan. No quiero que pase a mayores. No quiero que todo vuelva a ser como antes.

No quiero estar mal de nuevo.

[Cinco de la mañana. Casa de Park Chaeyoung]

La ansiedad que siento por haber tenido la pesadilla con ese hombre de nuevo hizo que me quedara despierta. A las cuatro y treinta de la mañana ya estaba arreglada, ya había comido y estoy sentada esperando a que Lisa me responda los mensajes.

[4:49 am] Chaeyoung: Hey Lisa

[4:49 am] Chaeyoung: ¿Quieres que vaya por ti?

[4:50 am] Chaeyoung: Me levanté temprano para llegar puntual, jajaj

[4:51 am] Chaeyoung: ¿Lisa?

Ni un visto, nada. Ya habían pasado diez minutos y no había respuesta de mi mejor amiga. Mi ansiedad aumenta por culpa de mi mente que piensa que le sucedió algo. ¿Y si voy a su casa? Tal vez no me quiera ver. Tal vez hice algo malo.

[5:12 am] Lisa: Hey, Chaeyoung. Me levanté un poco tarde, adelantate, allá nos vemos. Buenos días, por cierto.

Su mensaje hizo que mi mente pudiera descansar un poco. “Allá nos vemos” ¿eso quería decir que si quería verme y que no había cagado mi amistad con Lisa? Estoy más tranquila ahora.

Salgo de mi casa a las cinco y quince de la mañana y noto como aún hay una gran oscuridad en el cielo que poco a poco se va aclarando. Lo mas probable es que hoy sea un día frío, y aunque dejé mi chaqueta en el trabajo, traigo la chaqueta de Kim Jisoo puesta. Aún se siente su olor y es algo envolvente.

Cuando llego a la escuela noto que hay muy pocos alumnos, casi todos ellos son chicos que los traen sus padres los cuales deben ir a trabajar muy temprano. Algunos están acostados en los pasillos esperando a que sean las cinco y treinta de la mañana para entrar al salón y esperar hasta las seis a que el maestro inicie la clase.

Me recuesto en la pared que hay en frente de mi salón de clases y miro hacia ambos lados del pasillo para asegurarme de que Lisa llegue. Pienso en la pesadilla, en como Lisa me habló a noche y mi corazón se acelera por el miedo que me acecha. Miedo de perder a Lisa, miedo de estar mal como antes. Empiezo a jugar con la piel que está alrededor de mi pulgar y entre más me envuelvo en mis pensamientos, siento que la piel me duele aún más. Cuando observo, veo que logré hacerme una herida en la piel. Muy bien, Chaeyoung, volviendo a las costumbres de antes.

Miro para ambos lados del pasillo de nuevo y veo como Lisa está parada al fondo, mirándome. ¿Hace cuanto estaba ahí? ¿logró ver lo que estaba haciendo? Antes de que pueda moverme, ella se va caminando. Rápidamente trato de alcanzarla, pero los estudiantes ya están llegando y hay un alboroto de adolescentes en el pasillo por el cual Lisa se fue. Sin embargo, se hacia donde se dirige: Al baño. Cada día tiene que entrar al baño antes de clases, es como un ritual para ella. Así que me dirijo hacia el lugar donde pienso que está.

Y estaba en lo correcto. Cuando abro la puerta, lo primero que veo es a Lisa en el lavamanos y a un chica saliendo de uno de los tres baños que habían, para luego pedirme permiso para salir del lugar ya que yo estaba en la puerta. Entro y noto como Lisa se tensiona y su mirada se encuentra perdida en el agua que corre por sus manos llenas de jabón.

– Hola Lisa, ¿cómo estás? – Es lo primero que se me ocurre decirle a mi mejor amiga.

– Hey, Chaeyoung. Debemos ir a clase, no quiero tener otra llegada tarde por hablar contigo. – Se seca las manos y no alza la mirada para hablarme.

– Primero necesitamos hablar. ¿Qué te sucede, Lisa?

– Necesito ir a clase, Chaeyoung. – Quiso salir por la puerta pero antes de que lo lograra me interpuse entre la puerta y ella. Pongo seguro para que nadie pueda entrar y tengamos un poco de privacidad.

– Sabes que aún quedan quince minutos para que inicien las clases. Tenemos tiempo para hablar. ¿Qué fue lo que te hice para que no quieras hablar conmigo?

– Nada, no hiciste nad…

– O para que no seas capaz de mirarme a los ojos. – Su mirada está clavada en el suelo y busca cualquier cosa para evitar mirarme.

– No hiciste nada, Chaeyoung.

– ¿Entonces qué sucede? ¿Pasó algo con tu familia?

– No…

– ¿Con tus gatos?

– No.

– ¿Entonces que sucede?

– ¡Nada, Chaeyoung! – Su tono de voz se elevó, así que comencé a hacer lo mismo.

– ¡Nunca dices mi nombre de manera tan seria! ¿Qué es lo que sucede, Lalisa? ¿Qué mierda te hice?

– No hiciste nada…

– Lisa, necesito saber que pasa para poder solucionarlo. – Paso las manos por mi cara por el desespero que siento. Mi respiración comienza a agitarse. – Necesito saber que mierda fue lo que te hi… – Lisa tiene los ojos cerrados y hay lágrimas cayendo de los mismos. La frase quedó en el aire por la unión de nuestros labios que Lisa inició.

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