Me encontraba resolviendo un caso por más que intentaba no lograba descifrar quien era el culpable de todas aquellas muertes, solo me venía a la cabeza una mente retorcida y provista de una gran inteligencia, pero no podía ser verdad, ese hombre aquel hombre solo era un fantasma en mis más oscuros sueños, más bien pesadillas que me atormentaba cada noche, aún así seguí investigando creí enloquecer.
En cambio el miedo se apoderó de mi al ver aquel vídeo, mi John el pobre John luchaba por su vida.
Otra vez lo había arrastrado hasta el infierno, no me había conformado con robarle su felicidad junto a Mary quien ahora estaba sepultada, si no que también le arrancaba sil último aliento de vida.
No era de los que lloran jamás demostré sentimiento alguno, pero era John y algo que había aprendido a las malas es que era mi familia y lo amaba incluso más de lo que pudiera haber dicho alguna vez.
Corrí hacia la dirección esperando poder salvarlo, las lágrimas caían tan ferozmente en mis mejillas, el sabor salado se encontraba en mis labios.
En el camino como si se tratará de una película vi todos los momentos que vivimos juntos, odiaba sentirme así y me odiaba tanto.
No quería perderlo pero ahora lo estaba haciendo, por primera vez sentí todo lo que sintió John cuando supo de mi muerte.
Llegue a la dirección una parte me decía que entrará, pero tenía terror no quería que muriera, me dolía el pecho.
Me dio un gusto enorme que Gabyn me hubiera seguido junto con policías armados y una ambulancia.
El fue el primero en entrar junto con los paramédicos.
Yo me quedé pasmado observando aquella cruda escena y juro por mi vida que jamás me había dolido tanto el estómago como aquel día.
Lloré durante días amargamente.
Me quedé en casa disparando a la pared no quería tomar ningún caso además por más que Mycroft me decía que fuera a ver a John al hospital me negué, haciendo rabietas como niño pequeño.
Por fin después de unos días me decidí a ir a verlo, me sentía tan culpable solo deseaba volver el tiempo atras, quizá hasta no haberlo conocido.
Llegue al hospital, entre y lo vi ahí tendido en la cama, como en aquellos cuentos de hadas donde la princesa espera el beso de su príncipe para así poder despertar.
Con la diferencia de que John quizá no despertarla jamás.
Entonces me senté a su lado y comencé a leerle un libro que seguramente le habría fascinado, era sobre in detective que resolvía los casos más extraños de la ciudad.
Me reí bastante al darme cuenta de que el tipo se parecía mucho a mi.
Le leí todos los días durante un par de semanas.
Creí que jamás abriría los ojos, hasta aquel día que me acerqué y bese su frente, como por arte de magia vi abrir sus ojos, pero pronto los volvió a cerrar.
Me encontré gritando como loco y sosteniendo su mano.
Hasta que por fin vino una enfermera y me inyectó un calmante.
Desperté desorientado cuando paso el efecto de la medicina.
Camine hacia la habitación de mi querido amigo.
Lo vía ahí con los ojos abiertos, corrí a su lado me miro fijamente, reía como un demente me avalance sobre el mis manos tocaron su mejilla y de pronto lo pelliszque.
Dio un pequeño gritó sin saber por que lo había hecho.
Pronto ambos comenzamos a reír.