Lo peor vino después, una de esas tantas noches.
Cené a su lado mientras me hablaba sobre su nuevo huerto y fingía ser feliz y fuerte frente a mi.
Me levanté de la mesa dispuesto a lavar los trastes, pero me detuvo y se puso a lavarlos.
Me despedí con una sonrisa para luego darme una ducha, lo imaginaba entrando a la ducha conmigo, tomándome entre sus brazos sentir su cuerpo frío junto al mío.
¿Sus labios serían igual de dulces, con ese ligero olor a café?
Aparte aquellos pensamientos de mi mente y me contuve, no quería que sacará sus deducciones si me tardaba más de lo normal en la ducha tocandome al pensar en el.
Supongo que contener aquel deseo fue una mala idea Ya que en la madrugada tuve el primero de los muchos sueños húmedos.
Fue terrible, aún puedo recordarlo, entraba a mi habitación, se subía a mi cuerpo y comenzaba a morder mi cuello, era tan descuidado, no se parecía en nada a Sherlock, era muy intenso y decía cosas sucias en mi oído mientras con su mano tocaba mi cuerpo entero.
Sus labios eran feroces y su lengua lamía mi oreja.
El clímax llego cuando metió sus manos a mi ropa interior y masajeo a profundidad todo mi miembro después puso su boca para que todo el líquido cayera en su labios.
Mi respiración estaba agitada y solo desperté al escuchar mis fuertes gemidos.
La pasión se desbordada por mi cuerpo.
Creí que Sherlock diría algo en cambio solo me miro de reojo y siguió leyendo aquel libro de herbolaria.
Me sentía triste y abrumado, de pronto mi cuerpo se sintió muy adolorido tanto que una mañana de tantas opte por permanecer en cama, además era difícil lidiar con este Sherlock.
Aún cuando era el Sherlock de toda la vida aquel que estaba desprovisto de sentimientos, con todo y eso seguía con ese vacío.
Tome la laptop y comencé a escribir un poco en el blog, fue interesante sacar todo aquello que me abrumaba al escribir sobre aquel día, no iba a publicarlo así que puse todos aquellos sueños que me mantuvieron con vida mientras moriarty me torturaba.
Estaba muy sereno que no me Di cuenta cuando Sherlock entro a la habitación aveces parecía como si flotara, si no lo conociera también creería que era un mago.
Me miro a los ojos y me pregunto por que no había aparecido en la cocina.
Al parecer me había hablado varias veces para que fuera a desayunar.
A lo cual respondí que me dolía el cuerpo.
Entonces me sorprendió con lo que hizo después.
Quito la laptop de mis manos poniéndola en la mesa de noche.
Se acercó a mi y comenzó a quitar mi camisa, creí estar soñando, entonces hice lo que el hizo aquel día y subí mi mano a su mejilla para pellizcarle.
Dio un pequeño gritó, pero siguió quitando mi camisa.
Me volteo boca abajo después susurró a mi oído que no me moviera y salió de la habitación.
De pronto escuche sus pasos y sentí como la cama se hundía, me sorprendió al sentir un especie de gel frío en mi espalda.
Aunque no entendí al principio lo que pasaba me mantuve quieto hasta que por fin comenzó a masajear mi cuello primero, se sentía tan bien, juraría que si se acercaba más a mi podría sentir su respiración en mi espalda y no podría aguantar más, me giraría lo tomaría entre mis brazos y con dulces besos recorrerá su cuerpo, diablos debía apartar todos aquellos pensamientos de mi mente si no lo hacía muy probablemente tendría una erección y era lo que menos buscaba.
El siguió con su masaje bajando cada vez más por mi columna vertebral hasta llegar a la zona lumbar, donde concentró más el masaje, se sentía tan bien, mi cuerpo estaba tan relajado.
De pronto sus manos comenzaron a bajar más, fue tan rápido, en un solo movimiento tenía mi pijama hasta la rodilla y sus manos ahora tibias por la fricción en mis piernas.
Gire rápidamente, lo cual fue muy tonto Ya que mi amigo pudo ver mi miembro erecto.
Eso nos asusto a ambos.
Sus ojos se abrieron de par en par.
Así meses que no lo escuchaba hablar de aquella forma.
Comenzó a explicarme por que mi cuerpo había reaccionado de aquel modo.
Hablando de terminaciones nerviosas y partes sensibles del cuerpo.
No quería escucharlo y si no fuera por la vergüenza juro que en ese momento lo hubiera callado con un beso le hubiera dado un masaje con ese gel a sus zonas erógenas, tratando su cuerpo con gentileza como si de un templo se tratará.
En cambio lo corrí de la habitación.
Ese gritó tuvo el efecto de callar su boca y salir de la habitación.