Capítulo III

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Mi cuerpo, se tenso al instante. Los escalofríos recorrían sin piedad toda mi columna vertebral, y mi corazón latía demasiado rápido por la impresión, y la sorpresa de verlo frente a mi.

Su figura alta, tan imponente y sus profundos ojos verdes, que me dejaban sin aliento, estaban allí.

Como siempre, acompañado de esa enorme sonrisa blanquecina, y la mirada fría y calculadora.

-¿Qué haces aquí?. - artícule yo aún sorprendida

-Hola Lena, yo también me alegro de verte. - respondió él en tono sarcástico

-Lo siento. - me apresure yo a decir -. ¿Co4mo estás, Lex? Hace tiempo que no te vep

Él amplio su sonrisa aún más, y me penetró con sus inquietates ojos verdes.

-Si, bastante tiempo.- coincidió él -. vine a dejar a alguien, eso es todo

-¡Oh!. - susurre yo sin saber que más decir

Pero la curiosidad me brotaba por los poros, y no lo dejaría ir sin por lo menos saber su dirección o número de teléfono.

-Por favor Lena, no pienses tanto, que me cansas. - Ladeó la cabeza y sonrió. - Es más fácil si salimos a comer, ¿no lo crees?

Me maldije para mis adentros por ser tan obvia.

Había leído mis pensamientos.

Asentí con la cabeza y fije mi vista en sus ojos.

-¿Te parece bien.. est5a tarde?.- pregunté yo tranquilamente

Él pareció meditarlo, y volvió a sonreír

-Lo siento, ya tengo una cita para esta tarde.- calló unos segundos. - te llamaré, cuenta con ello

Y así sin más, se marchó.

Dejándome en la acera sintiéndome como la más idiota del Mundo.

Solté un ligero, pero pesado suspiro a la vez, y me dirigí a la entrada principal de la empresa.

Jhon, el Guardia de seguridad, me saludó muy alegre.

Trate de responderle de la misma manera, pero fracase en el intento.

Iba directamente al ascensor, enfrascada en mis pensamientos, esperando pacientemente la llegada de la caja de metálica.

Cuando el timbre indicó que había llegado mi turno, me introduje en el sin mirar a ninguna parte en particular.

-Mierda .- maldijeron cerca de mí

Volví mi vista hacía la familiar voz y me encontré con la chica de ojos azules, nuevamente .

-Señora, buenos días. - exclamó ella sin mirarme a los ojos

Negué con la cabeza, y juntas nos metimos al ascensor.

Éramos solo ella y yo , así que, resultó bastante incómodo.

Y como un flash de fotografía, se me vinieron a la mente los acontecimientos de la noche anterior.

La situación de Lez y su repentina aparición , me habían dejado demasiado tensa, y con varias personas había descargado mi rabia.

Incluida la señorita Danvers.

La mire de reojo, y noté que hacía varias anotaciones en una agenda. Al parecer, si había sido puntual en su llegada al primer día de trabajo.

El timbre del ascensor, interrumpió de repente mis pensamientos, y antes de que Kara se marchará por completo, la sujete suavemente del brazo.

-Señorita Danvers , podría hacerme el favor de acompañarme a mi oficina. - exclame en tono serio sin mirarla a los ojos.

The Last Kiss (SuperCorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora