Las Llaves Perdidas Del Abismo

Capitulo 10

Hestia
"La Diosa Del Fuego"

Valentina estaba sin habla, mirando a aquella mujer de cuerpo escultural y pelo largo, con un vestido largo transparente de escote y sin nada de ropa interior.

Era una Diosa, en sí, lo era. "la Diosa del fuego".

Hestia era una diosa con ideas constantes, "yo creo" e ideales. Ningún asedio erótico podría hacerla sucumbir, y ninguna situación podría engañarla, engañarla o incluso alejarla de su objetivo principal: su total dedicación a la protección del bienestar familiar y la calidez, a su preservación y defensa. estabilidad y lo sagrado del matrimonio, la familia y el hogar.

Llamaba hijo/a a quien ella consideraba que podía serlo, incluso ella lo bautizaba con un nombre elegido por ella. En este caso a Valentina le llamaba "Vahelia" y era su hija, la había elegido desde antes de nacer.

La Diosa del fuego caminaba muy sensual. Valentina no podía dejar de mirarla, en sí, nadie podía hacerlo. Para un ser humano ese tipo de belleza es asombrosa ya que no se había visto en la tierra.

Valentina sentía que le estaba fallando a Juliana, pero era inevitable dejar de mirar a esa Diosa, su nombre no le quedaba grande "Diosa" era poco, para lo que era esa mujer.

Se dio la vuelta dándole la espalda a los presentes, guiándolo hacia su hogar. Valentina cayó en cuenta que si Juliana hubiera estado ahí, le sacaría los ojos en ese mismo momento, y tragó en seco sólo imaginárselo.

-Vahilia no me mires así que soy tu madre y a tu esposa no le gustará nada- dijo la mujer mientras caminaba y ellos la seguían. Valentina se avergonzó y trago en seco. Dumbledore la miro con gracia.

-bienvenidos a mi guarida- dijo la mujer sensualmente, sentándose en el gran trono de fuego.

-hija mía, te preguntaras que haces aquí y porque te llamo de esa manera. Pues... Estas aquí, para ser procesada a tu verdadera identidad, a ser quien eres en realidad- le dijo. Valentina puso los ojos en grande, algo confundida.

-¿procesada?- preguntó Val.

-sí, se que es algo confuso pero ya después entenderás. Quiero que sepas que tu esposa esta bien y lo seguirá estando, nosotros permitimos que se la llevaran, para que salga tu fuerza interior y así estés lista para tu proceso- continuó diciendo. Valentina tenso la mandíbula.

-no te enojes hija mía, todo esto tiene un propósito. Tu esposa y tú, son un propósito, hoy te enojas, pero te aseguro que luego volverás aquí a agradecérme. Es más, antes de irte de aquí, lo harás- le dijo guiñando un ojo, con los pies cruzados.

-mientras eso sirva para salvar a mi esposa, me pueden hacer todo el proceso que quieran, yo solo quiero tener a mi mujer conmigo, no me importa a quien tenga que arrancarle la cabeza- dijo Val firme.

-¡esa es mi hija!- exclamó la Diosa.
-tendrás a tu esposa y vivirán muy felices en su hogar, con sus hijos, y yo protegeré su hogar por generaciones- val puso los ojos en grande cuando escucho "hijos".

-¿Hijos?- preguntó Val.

-si hija mía, tendrán hijos y esos hijos serán mis hijos. Tendrán tres, por cierto- le dijo señalándola. Val tragó saliva agarrando su garganta.