QUINCE

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Nick Fury arribó en pésimas condiciones hasta la residencia del agente Phil Coulson, donde minutos después, el Soldado de Invierno le disparó en el pecho utilizando sus habilidades de francotirador. Sin darle oportunidad al afroamericano de decirle más que unas palabras al agente de su confianza. La llegada de otros agentes de SHIELD, leales a Fury, hizo que el enviado de HYDRA saliera de allí sin acercarse a realizar más disparos.

Luego, el herido fue trasladado hasta el hospital más cercano. Su deceso se confirmó después de varios minutos de maniobras de reanimación sin éxito.  María, Phil y Rumlow estuvieron observando desde el otro lado mientras los doctores hicieron lo mejor que pudieron.

Mientras tanto, en un departamento en Canadá, Steve y Natasha decidieron esperar a responder el mensaje del desconocido que utilizaba el código Morse. Sus prioridades en ese momento estaban dirigidas hacia otra persona. La espía intentó volver a contactarse con Fury, sin tener éxito. El hombre del parche debía estar ocupado con la información que le habían proporcionado sobre los infiltrados de HYDRA. 

A la tarde, la pelirroja salió a comprar víveres y algo de ropa para los dos. No habían llevado casi nada y necesitaban tener más prendas de vestir. Natasha tenía más experiencia en pasar desapercibida entre los civiles. Rogers permaneció en el departamento, pegado a la laptop, buscando información en Internet.

Estuvo muy sorprendido cuando se dio cuenta de que casi todo el panorama que HYDRA le había mostrado cuando había despertado del hielo había sido mentira. El mundo no estaba tan perdido como le habían pintado, tampoco seguían en guerra. Una agobiante presión en el pecho le hizo ir corriendo hasta el baño, vomitando lo que había almorzado. Aquello no se debió a un síntoma compartido con Natasha, sino al estupor de saber que había estado sirviendo a la organización equivocada. 

Se lavó el rostro, observándose detenidamente en el espejo. Esa expresión que distinguió era la de un hombre que estaba dudando de sí mismo. Después de conocer a la rusa, él había sido partícipe de la planificación de la caída de HYDRA. Esto debido a que se  convenció de que aquel era el camino a seguir en ese mundo lleno de traiciones, en caso de aspirar a una vida tranquila con Natasha. Las cosas habían empeorado. No solo por darse cuenta de que había sido engañado, sino porque él había contribuido con sus manos a lograr que HYDRA acabara con sus enemigos. 

¿Eran las personas que había asesinado realmente malas? ¿O ellos se lo habían hecho creer para que él no objetara? ¡Dios! Estaba demasiado agradecido con Natasha de haber aparecido en su vida. De otra forma, ellos no hubiesen evitado la muerte de varios niños inocentes. De haber estado trabajando solo, no estaba seguro de lo que hubiera pasado. 

Sintió orgullo del hijo que estaba creciendo en el vientre de la rusa, porque si él era una amenaza para HYDRA, entonces quería decir que James lucharía para que el mundo fuera un lugar mejor. 

Steve estuvo seguro de una cosa, tanto HYDRA como SHIELD debían caer para que comenzaran de nuevo. No permitiría que su hijo creciera en un mundo donde hubiera huella de la organización responsable de que él tuviera que sacrificar su vida hace tantos años atrás. Quizá SHIELD tenía las mejores intenciones, pero con una sola fruta podrida, se podía arruinar todo el lote. Y había varias frutas pasadas en ese cajón.

La rusa regresó con varias bolsas, las cuales dejó en el sofá. Había encontrado de todo un poco. No le gustó nada la mirada del americano frente a la computadora personal.

―Tienes que ver algo... ―habló la mujer, encendiendo el televisor en el canal de noticias.

Un reportero comentaba el inesperado suceso mientras que algunas imágenes de la llegada a emergencias de Nick Fury estaban siendo expuestas, con el zócalo que mencionaba que aquellos fueron los últimos minutos del hombre. 

Sr. y Sra. Rogers Donde viven las historias. Descúbrelo ahora