MAFIA KING #1 © Jeon Jungkook.

5

—Tal vez una persona que sigue a otras, las secuestra y luego vaya a saber lo que pueda pasarles —Dije eso ultimo algo bajo. Él solo se mantuvo en silencio mientras seguía caminando.

—Deberías considerarte afortunada, te estoy dando la vida que cualquier chica querría y solo a base de unos favores muy fáciles
—Contestó amargamente.

—¿A donde me llevas ahora? —Pregunté, no recibiendo ninguna respuesta. Él miró su reloj para después tomar mi mano y bajar al primer piso.

—Cuiden la casa en mi ausencia —Habló con los guardias de la puerta, ellos asintieron.
—No quiero saber de problemas cuando llegue —Asintieron nuevamente y dicho eso, salimos de ese lugar.

—¿Desde cuándo haces esto? —Me atreví a preguntar. Observaba la casa a medida que nos íbamos alejando.

—Veo que eres muy curiosa —Sonrío negando, me sentó en el asiento de copiloto de su auto para después entrar él.

[...]

—¿Aquí me matarás? —Dije observando el lugar en el cuál habíamos parado.

—Si hubiera querido matarte, ya no estarías aquí —Respondió. Esa había sido una muy buena respuesta.

Se colocó un cubre bocas, más un gorro y comenzó a caminar, no sin antes haberme tomado del brazo.

—¿Es necesario que vistas así? —Suspiró al escuchar otra de mis tantas preguntas.

—Podrían reconocerme si no lo hago, no queremos eso —Tocó la punta de mi nariz con su dedo meñique, fruncí mi ceño al instante.

—¿En un parque de diversiones?

—Como persona que tiene muchas enemistades, sé que no les importa siquiera si hay un niño pequeño delante, ellos te matarán de todas formas

—Son como los malditos zombies, salen de cualquier lugar, no los ves pero ahí están esperando por ti —Asentí medio entendiendo por dónde iba el tema.

—Seré bueno contigo ¿A cuál quieres ir primero? —Preguntó cuando empezamos a mezclarnos con las demás personas en el sitio.

—¿Ese quizá? —Apunté la rueda de la fortuna, este negó rápidamente.

—Le tienes miedo a las alturas ¿Acaso quieres que te dé un infarto estando allá arriba? —Entrelazó su mano con la mía, dirigí mi mirada hacia estas.

—Seguro sabes muchas cosas de mí —El frunció el ceño levantando una de sus cejas.

—Dijiste que serías bueno ¿No? Me gustaría ir allí —Lo lleve prácticamente arrastrando mientras oía sus quejas.

—No me arriesgaré —Me detuve haciendo que este chocara contra mi cuerpo.

—Tu me diste elección, porfavor —Lo miré suplicante, accedió finalmente. Subimos y comenzó a girar, todo se veía desde aquí, pero algo que me sorprendió es que no parecía ser Seúl. Supuse que el había notado mi confusión por las siguientes palabras que me dejaron casi sin aliento.

—Olvidé comentarte un pequeño detalle, no estás en Seúl, querida, esto es Busan
—Habló búrlon.

Al terminar las vueltas bajé pidiendo irnos de ese lugar, él no se opuso y ya caminábamos hacia el auto nuevamente, no me había soltado en ningún momento.

-¿Hay algo más que deba saber? Digo, supongo que sabes mucho de mí pero yo no de tí

—¿Enserio no lo sabes? Me sorprende que en ningún momento de tu vida hayas escuchado sobre mí —Subí y baje mis hombros dándole a entender que no.

—¿Como es tu nombre?

—Mi nombre es Jeon Jungkook, por mi apellido es como suelen llamarme.

—Entiendo, entonces Kim ¿No se llama Kim? —Él negó.

—El es Kim Namjoon —Asentí. Poco a poco iba logrando entender lo que sucedía a mi alrededor.

—¿Quieres ir ahí? —Apuntó una heladería cerca de donde él había estacionado.

Ni siquiera me había dejado responder que ya nos encontrabamos dentro. Él bajó su cubre bocas para poder hablar, al cabo de unos minutos una chica llegó para atenderlo.

—Bienvenidos ¿Puedo tomar su orden? —Nos habló sonríente, tenía una tabla en sus manos que al parecer era para anotar pedidos. Deje que ellos hablaran mientras observaba a mi alrededor.

—Parece un lugar agradable —Dije en susurros. La chica llego después de tener la orden lista.

—Aquí tienen —Lo entregó en una pequeña bandeja, Jeon le dió su pago, del cuál ella le devolvió solo el cambio.

—No necesito esto —De la servilleta a un lado del helado, sacó un papel que tenía escrito un número. —Tengo novia ¿No la ves? —La chica se disculpó con el rostro más rojo que un tomate mismo, corriendo a atender a otras personas.

—¿Que pasó? ¿Por qué hiciste eso? —Salimos de allí. Me pasó la bandeja, de donde empecé a comer una vez que la tuve frente a mí.

—No creí que fueras tan ingenua cuando te vi, linda, se supone que eres mi pareja —Se bajó un poco a mi altura, me aparté dando unos pasos hacia atrás.

—Tenías a miles de chicas a tu alrededor y fuiste a encapricharte conmigo, no lo entiendo, no soy nada más que una simple camarera

—Podría tener a la mejor modelo a mi lado, y aún así te he elegí a tí cariño, solo no me desobedezcas, por qué lo bueno me puede durar poco.

No respondí a sus palabras, sentía su mirada clavada en mi mientras comía lentamente, lo dejé a un lado cuando acabe. Él se levantó para tirar lo sobrante en la basura, indicándome después con una señas que entrara al auto.

Jugaba con mis dedos ansiosamente, los nervios me habían llegado de repente, sin siquiera el saber porqué de estos. Le di una mirada de reojo, parecía estar tranquilo mientras que yo no sabía cómo hacer que mi corazón no se me fuera por la boca.

Una vez que habíamos llegado, me llevó a la habitación, dejándome dentro y asegurándose de que me haya acostado. Apagó las luces y cerró la puerta. Escuché el seguro de la puerta ser puesto, así que renuncié ante cualquier inútil idea de escape.