Capitulo 18

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PUTA hija de la PUTA madre de chigada hija de la tía de la puta....

Que parió a esta mujer....

Verán estaba sentada en una incómoda silla, con una postura que me hacía doler la esparda, con un vestido que casi me sacaba el alma y ensima esta mujer me quería enseñar clases de etiqueta y protocolo.

- No lo estas haciendo bien, una mujer siempre debe tener la esparda recta...- Decía Laura la madre de Alexander.- Debe mostrar la elegancia que posee.

- Lose, lose, sólo ya me duele la esparda....- Me quejo.

- Bueno, porque no vamos y nos relajamos en el Spa, será una tarde de chicas, te encantará, además, pediré que te arreglen las uñas de las manos y píes,- Si supiera que lo que necesitaba era alejarme de ella-. No debo permitir que mi hijo te siga viendo en esas fachas.

- Si, estoy de acuerdo.- Fingui la sonrisa más falsa que pude darle, ya me tenía exhausta.

- Mañana hiremos con el nutricionista ya que te veo muy deldaga niña, pareciera que no te alimentas, necesitas estar lo más saludable posible cuando mi hijo decida darme nietos y ablando de és, también tendremos que ir con una ginecóloga.

- ¿Ginecóloga?

- Si bueno Alexander quiere que te reseten la píldora.

- Y ¿Cómo para qué?- Mi cara debería de parecer un poema, estaba roja como un tomate, pero no sabía de que si de la vergüenza o de la irá.

- Bueno niña, no pensé que quieras un hijo tan pronto, además, esa criatura conlleva...

- Si, si...éso ya lose pero su hijo y yo no nos acostamos.

- Enserio...y ¿Porqué no? -Pregunto.

- Porque no quiero tenerlas con el.- La risa de quien decía ser una dama frente a mi soltó carcajadas y carcajadas, eran pausadas y agradables, esas que te contagian la risa y lo hubiera hecho si no hubiera sido por un tema como este.

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Estaba de vuelta en casa luego de ir a un finísimo Spa que me miraron como nunca en mi vida, me dieron masajes relajantes, mascarillas faciales, arreglaron mis manos y pies al igual que mi cabello.

Luego como si fuera poco fuimos luego de lo anterior de compras, a un lugar llamado "La quinta avenida". Entramos a muchisimas tiendas y compramos de todo, desde abrigos de piel, asta jollas, vestidos para ir a la oficina de mi esposo, asta zapatos y ropa interior.

Lo que mi suegra buscaba con esto, como me había explicado, era que yo pudiera aprender a como vestirme dependiendo de la ocasión. Según ella, sin querer ofenderme en ningún momento, su hijo le abía rogado a que me diera consejos acerca de mi vestimenta, alegando que yo necesitaba mucha ayuda para poder vestirme como la dama que era.

En realidad no me moleste con ése hecho. Si no fue asta que entramos a la tienda de Victoria'S Secret, y mi suegra compró toda la ropa interior que imagino se hubiera visto bien en mí.

Lo malo fue que cuando me estaba dando un relajante baño al buen lo interrumpió alegando que haríamos al ginecólogo. Eso me asustó nun a abía hido a uno, no creo que necesite ir, pero luego de vestirme con la ropa que sin mi permiso buscaron para mí, pero que igual no me molestó, traté de con vencer a Laura de no ir pero me obligó, diciendo qu si no acudía a la cita, su mismo hijo me llevaría. Y luego recapacite que tal vez no sería tan humillante abrirle las piernas a un desconocido para que hiciera lo que quisiera con mis partes íntimas si mi esposo no estaba ahí.

Pero luego de ir y que una amable doctora me revisará y me hiciera sentir cómoda alegando que este chequeo era rutinario y que no abía nada que temer. Y así fue. Luego de el chequeo me recomiendo unas pastillitas anticonceptivas y del día después, medió un par de muestras que muy avergonzada asecte.

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Abía pasado tres días en los que no sabía nada de mi esposo esecto de lo poco que me contaba por llamada, se abía hido de viaje, que según el sería cortó, pero no me dejo cuando regresaba. Se abía ido un martes de madrugada, un día desperté y no lo encontré, nisiquiera se despidió, aún que no debería de importarme.

¿O sí?

Cristina una chica de pelo corto y delgada que abía conocido el día de la gala y que odcto por que nos escaranos de la gala a u club me abía invitado a comer, fue un mensaje que no esperaba pero que necesitaba base a mi aburrimiento, Alexander me en unas de sus llamadas que podía salir siempre y cuando sea acompañada por dos hombre de seguridad, algo ridículo pero que asecte para dar una caminata al Centrars Park.

Número desconocido

- Hola Valentina.

- ¿Podemos encontrarnos mañana para desayunar y charlar un poco?

- Por sierto soy Cristina, nose recuerdas soy la loca que te sacó de la gala aquella, a un clud nocturno? La últimavez que te vì prometí que saldríamos algún día.

Le respondí de inmediato.

- Claro.

-¿Donde no veremos?

Y así fue como sin saberlo esa inofensiva salida, jodío de manera exorbitante mi miserable vida.

Mi MALDITO ESPOSO#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora