Capítulo 20

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P.V.O Alexander Venjamin Rezinguer.

¡Demonios! Estos pendejos me quieren agarrar los guevos, pero lo que no saben es que el truquito que me quieren meter, yo ya me lose. En THE REZINGUER COMPANY INDUSTRIES, ahí una fuga de dinero, que me está costando millones de dólares, y estoy idiotas frente mió, me tratan de convencer de que sólo a sido una mala inversión. Sólo que las gráficas y la información están alterada. Simple, tengo que convencerme con esas manadas, sólo que no saben que los que mamaran serán ellos.

- Verá señor Renzinguer lo que sucede en este caso, es muy simple fue una mala inversión, los obreros, las máquinas y el lugar no fueron los mejores.-  Los socios que están a mi alrededor saben que algo está mal y que el encargado de la obra está  tratando de tomarnos el pelo.

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La reunión termina y yo me quedo en la sala de reuniones meditando, todos lo socios me recomendado investigar acerca de la fuga del dinero, otros en cambio dijeron que investigarán por sus propias fuentes, alegando entre líneas que el culpable de la pérdida de su dinero a sido mi culpa.

Me vale mierda lo que creán, por más molesto que esten saben que nunca aría algo así, tengo una imagen que mantener, mi padre no crió un puto ladrón, sino a un hombre que puede cargar con cualquier mierda que la vida le traiga. Descubriría quién había sido el malnacido que me abría robado.

Unos de los socios malloristas me amenazó apenas unos minutos atrás con que me demandará y llevaría el robo a la prensa, esto acabaría con mi imagen y mi reputación, además de que también los futuros proyectos. Este viaje había sido una completa mierda, sólo pensaba en poder llegar para tener a Valentina entre mis brazos, el estrés que me jeneraba toda esta maldita situación me estaba gorbiendo loco, necesitaba relajarme y ya tenía en mente cómo.

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Mis caderas movían sin ningún tipo de amabilidad, la chica bajo de mi no dejaba de gemir, eso me hacía sentir bién, pero a la misma vez deseaba que se callara de una maldita vez, ya que no eran de sus labios que los quería escuchar, Jazmín siempre a estado dispuesta a cojer conmigo cada vez que yo quiera, y yo no le niego nada, éramos amigos con derechos desde la secundaria, yo la he conocido desde siempre,ya que nuestros padres  fueron buenos amigos, y aunque nuestros padres estuvieron de acuerdo en que nos casaramos, yo deseche la idea, ella me atraía de una manera sexual y física, pero sólo éso, yo quería más, quería estar con alguien con quien en verdad amara, y que sólo fuera mía, ya que poco después de ser unos buenos amigos con derechos,  descubrí que Jazmín no era sólo a mi a quien le daba esa clase de tratos.

Ella me hizo creer que era virgen la primera vez que lo hicimos cuando en verdad se había acostado con medio mundo, soy consiente de que las mujeres pueden estar con quienes quieran pero no me gusta ser engañado,  demasiadas manos habían pasado por su cuerpo y yo quería a alguien que sólo fuera mía.

Cuando estoy seca del el clímax aumentó más el movimiento, aprieto sus senos con mis manos asta que llegó, Jazmín toma mi cara entre sus manos he intenta besarme pero yo salgo de entre sus piernas y me tiró en la cama.

- Sabes que nunca dejó que me beses y siempre lo intentas.- Mi tono esta un poco ronco y mi cuerpo sudoroso, así que salgo de la cama.

- El que no intenta nunca lo logra, además,  pensé que tal vez esta ves fue diferente.- Paro mi caminata al baño y la miro, su cabello rubio estaba enmarañafo, no tubo la jentileza de tapar sus pechos así que estaban a la vista, pero lo que en realidad me preguntaba era de que hablaba.

- ¿De que hablas?- En verdad no lo sabía, pero era como si tuviera mucho tiempo para preguntar saldría en el Jet en cuarenta y cinco minutos para Nueva York.

- Nada, olvidalo.- Eso hice entre al baño y me duché y cambié, nada extravagante, sólo jeans, un jercey negro y unos mocasines negros, peine un poco mi cabello y salí del baño, encontrandome con Jazmín aún en la habitación del hotel.

- Me hire luego de darme una ducha.- Ya no se encontraba en la cama sino, mirando el paisaje desde el barcòn.- Eran apenas las cinco y cuarto de la tarde y en la gran ciudad, comenzaba a oscurecer, se podía apreciar una gran vista desde la ciudad reodeada de diferente edificaciones.

- Esta bién.

- Sólo eso dirás no te vas a despedir siquiera.- Su tono no era de reproche ella sabía en lo que consistía nuestra relación. Se acercó a mi y envolvió sus brazos en mi espalda para luego dejar un beso en mi mejilla que terminó en mis labios, fue sólo un un rose, pues ella se alejó.

- Jazmín....

- Losé, losé pero no pude evitarlo, dime que tendremos más encuentros así en Nueva York.

- Eso lo veremos.- me despedí de ella dándole un besó en la mejilla y salí de aquel hotel. Directo al aeropuerto donde tomaría un vuelo desde Washington a Nueva York no sería un viaje largó, pero ya no aguantaba un dia más sin tener a Valentina entre mis brazos, queria verla, queria poder besar sus labios, poder oler su cabello, y muchas cosas que alimentaban mis pensamientos las noches que compartíamos la misma cama.

Sabía que estaba bién yo mismo abia llamado a mi madre para que se querada con Valentina en el departamento para que ella no estuviera sola, las llamaba todos los días, mi madre me a dicho que la pobre están casiloca por el encierro así que dejé que saliera siempre y cuando fuera compañada por dos guardaespaldas.

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Valla sorpresa que me di al llegar llegar a el Penhose y no encontrar ni rastros de Valentina y a mi madre preocupada, alegando que Valentina había burlado a los guardespardas y que se había escapado a no sé sabé dónde.

Esta maldita noticia convinado con la mierda que paso en Washington, me hacen querer asesinar a una maldita persona o tal ves a los dos malditos que no debieron dejar que Valentina escara.

Luego hablaría con esos hijos de puta, pero antes una idea llega a mi mente una muy buena, por lo menos para mí.






Se que las he abandonado por un largo tempo, pero ya estoy devuelta, así que ya no tienen razón para querer matarme.

Sigan leyendo que ahora es que viene lo bueno.














Mi MALDITO ESPOSO#Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora