Capítulo cuatro
Mika
Cuando regresaba a mi departamento, feliz con las compras que había hecho, a mitad del camino logré observar cómo el amor de mi vida se había besado con una mujer de cabello rubio atado en dos coletas. Aquella mujer llevaba una falda roja que le llegaba un poco arriba de las rodillas y una blusa negra de manga corta.
En cambio, Yuu con un aspecto de chico rudo, llevaba unos pantalones negros rotos, una camisa beige de manga corta y unos zapatos cafés. Su cabello como siempre lo llevaba despeinado, y sus bonitos ojos verdes seguían tan preciosos y brillantes como los recordaba.
Parecía bastante sorprendido. Y no lo culpo, a pesar de que cortamos comunicación poco antes de mi mudanza, seguramente se habría enterado de que había partido a otro país.
Me acerqué al azabache que parecía un manojo de nervios, incluso sus llaves habían caído de sus manos, así que caminé lentamente, como si quisiese evitar que se fugara. Aunque no era una idea descabellada, seguramente se iría hecho una furia del lugar.
—¿Yuu-chan? —exclamé. Ah... En serio había extrañado decir su nombre, llamarlo, verlo. Simplemente en este momento miles de emociones y sensaciones recorren mi ser.
El mencionado no dijo nada, parecía querer hacerlo, pues sus labios se abrían y cerraban, jamás lo había visto así de confundido, ni siquiera cuando le dejé ver que me gustaba, hace ya tanto tiempo.
—¿Qué? —respondió al fin, bastante cortante, y mirándome ahora con el ceño fruncido. Seguramente ya había procesado que sí se trataba de mí y no de alguien más.
—Ah —no supe qué decir cuando me trató de esa manera. En todo el tiempo que conviví con él, hasta que terminamos fue que comenzó a tratarme diferente, de manera hiriente, y sí que me lo merecí en su momento, claro, además, seguía manteniendo la esperanza de que al menos su enojo hacia mí hubiese disminuído un poco— ¿cómo estás? ha pasado mucho tiempo —intenté sonreír, más los nervios me estaban comiendo vivo.
—Eso no es de tu incumbencia —seguido de decir aquello, abrió la puerta del coche azul al lado de él y se subió dando un fuerte portazo.
Mi cuerpo se movió solo, y corrí hacia donde él tocando la ventana con cuidado, incluso había dejado caer las bolsas de plástico que contenían mis compras para evitar que se fuese sin siquiera darme la oportunidad de hablar un poco con él, y al menos saber dónde trabajaba o por dónde vivía. Lo había encontrado más pronto de lo que pensé y no quería perder pista de mi primer y único amor.
Yuu-chan bajó la ventada del coche y me miró reprobatoriamente, no me importó y coloqué mis manos en la puerta de su carro.
—¿Qué quieres? Que yo sepa, no tenemos relación alguna o algo de qué hablar. Si me haces el favor de alejarte, te lo agradecería, llevo prisa.
—Oh Yuu-chan... No me trates de ese modo, tengo mucho por decir —pedí, mi corazón lo sentí estrujarse por su manera tan hostil de hablarme— solo quiero conversar un poco contigo —admití.
—¿Qué?, ¿hablar? —rió sin gracia—. Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. Han pasado muchos años y no deseo mantener contacto contigo ni siquiera ahora —parecía que en cualquier momento explotaría de la ira con su ceño exageradamente fruncido, tomando el volante del coche con tal fuerza que incluso sus nudillos se volvieron blancos, y si bien, en verdad sabía que sería realmente difícil que me escuchara o perdonara puesto que consciente me encontraba de que se comportaría de aquella manera tan irritable conmigo, quería arreglar las cosas con él.

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Abjurar La Reminiscencia Del Narciso
FanfictionTras una estable vida junto a una mujer tan adorable y temperamental como lo era Mitsuba, Yuu se reencuentra con el ser que más había amado en todo el mundo. Sin embargo, no pensaba darle el placer de siquiera demostrar su interés en aquel rubio. A...