Capítulo tres
Mika
Al despertar lo primero que hice fue mirar por mi ventana sin cortinas el vecindario. Bostecé y me estiré un poco, seguidamente me dirigí a la cocina dispuesto a prepararme un desayuno rápido que consistía en un huevo revuelto y una raza de café. Después de ello saldría a visitar algunos centros comerciales para comprar un par de artefactos eléctricos, y bobear un rato. Por ello, me duché rápidamente y me coloqué lo primero que mis ojos captaron, lo cual consistía en un pantalón de mezclilla y una camiseta verde de manga corta en conjunto de unos tenis blancos simples.
Cuando salí de mi hogar, un fugaz recuerdo llegó a mi mente, haciéndome sonreír nostálgico.
Era de aquellos tiempos cuando entré a la escuela media, todos los días me encontraba con Yuu-chan para que ambos fuésemos a clases juntos, algunas veces llegué a pasar por él debido a que el llegar temprano nunca había sido su fuerte. Me pregunto si habrá cambiado aquello en aquel azabache, que realmente lo dudaba... Nunca hizo intento alguno por llegar temprano a ningún lado, por ello es que de vez en cuando llegué a mentirle en el horario al que teníamos que llegar a ciertos lugares, así al menos llegaba un par de minutos antes de la hora acordada.
Suspiré por ello. Me sentía realmente emocionado de volver a verlo, aunque el miedo seguía sin irse de mi sistema. Teniendo en cuenta cómo terminaron las cosas, y la forma de ser de Yuu-chan, estoy completamente seguro de que no me va a recibir con los brazos abiertos, pero aquello no sería un impedimento para recuperar su amor, o por lo menos su perdón y confianza.
Caminé por la calle, viendo un par de árboles de cerezo aún sin florecer, que me traían aún más recuerdos de cuando vivía aquí. Las calles se encontraban un tanto despejadas, puesto que no era tan temprano como para observar a la gente dirigirse a sus propios trabajos a quienes lo hacían en fines de semana, así que solo un par de personas caminaban a la par que yo o en dirección contraria.
Al llegar al centro comercial, recorrí el misma dando ojeadas a todo el lugar para recordar lo que hacía falta en casa, que ya no eran muchas cosas. Decidí tomar un par de frutas y verduras más junto a un poco de carne y pescado congelados, un procesador de alimentos, y un par de sandalias más por si acaso llegaba a tener visitas, que realmente lo dudaba un poco. Al menos no tendría visitas en un par de meses, mientras me adaptaba y si es que llegaba a hacer algún amigo, cosa que de cierta forma siempre se me había complicado, a pesar de tener veinticinco años. Además de que hablábamos de Japón, por mi forma de ser y mis facciones combinadas, sería difícil para mí llegar a entablar relaciones con japoneses.
Una vez en casa y notar que todo se encontraba en orden, decidí salir solamente a pasear, recordar calles, edificios, locales, y lugares.
El hecho de llegar de Rusia en estas fechas sí que me fatigaba un poco, el clima en serio me hacía estar de mal humor, sin embargo no era momento para pensar en ello. Seguía feliz, y ni el clima me arruinaría mi día. Por lo menos no se encontraba lloviendo.
Llegué al centro de la ciudad donde había infinidad de tiendas, restaurantes y lugares de para el entretenimiento público. Eran alrededor de las dos de la tarde, así que decidí pasar el resto del día aquí, me servía para comprar un par de golosinas y chucheras para casa, y si acaso, también compraría un par de prendas de vestir y calzado, ya que no había traído mucho, y la ropa que traía conmigo de Rusia, no me convencía del todo para los días tan infernales aquí por la temporada.
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Abjurar La Reminiscencia Del Narciso
FanfictionTras una estable vida junto a una mujer tan adorable y temperamental como lo era Mitsuba, Yuu se reencuentra con el ser que más había amado en todo el mundo. Sin embargo, no pensaba darle el placer de siquiera demostrar su interés en aquel rubio. A...