Imprudencia

165 22 44
                                    

Capítulo veintisiete

Mika

Me molestaba besar a Yuu-chan, y, a la vez, no. Evidentemente deseaba hacerlo, deseaba abrazarlo, decirle cursilerías, ser honesto con él, cuidarlo, lograr que volviera a confiar en mí, pero simplemente parecía sentirse cómodo conmigo, así como también repelerme de cierto modo, y me dolía. Ni siquiera lo entendía, y estaba seguro que él tampoco se entendía a sí mismo. Parecía tan confundido, y también indispuesto a aceptar sus verdaderos sentimientos y pensamientos.

Dijo que no deseaba pensar por el momento, y lo sabía, pero Yuu-chan no se encontraba poniéndose en mis zapatos. Es decir, no tenía la obligación de hacerlo, después de todo, porque en primer lugar, no éramos nada, siquiera podíamos considerarnos amigos, además de que hace años, en nuestra relación, usualmente pensaba solo en mí, en mi bienestar, en mi propia seguridad, y hacía comentarios estúpidos, o simplemente le pedía que no me hablara de ciertos temas, como lo eran sus amistades solo porque quería ser el centro de su atención. De hecho, llegó a dejar a sus amigos un poco de lado por mí en algunas ocasiones porque buscaba la manera de que lo hiciera. En esta etapa de mi vida, lejos de alagarme de cierto modo lo que Yuu-chan podría hacer por mí, me hacía repudiarme por las decisiones, acciones y comentarios que solía hacer.

Las amistades, siempre estarían allí para apoyarte, incluso Akane, quien no me agradaba del todo, pero sabía que se esforzaba por ser una buena persona, ayudaba y se preocupaba por Yuu-chan. Además, independientemente de si Yuu-chan y yo volviésemos a ser cercanos, no era correcto que pensara antes en mí, que en él, y tampoco deseaba que eso sucediera, simplemente pedía que Yuu-chan fuese un poco más empático conmigo con ese tema, por eso le había expuesto que podría arrepentirme de besarlo, porque me encontraba en un punto donde no sabía lo que sucedería entre nosotros, y era realmente frustrante. Porque me hacía mantener esperanzas cuando Yuu-chan se encontraba tan confundido.

Ahora bien. En ese momento, me preocupaba un poco el hecho de que, terminamos en el suelo, besándonos con más intensidad que hace un par de horas, que hace un par de minutos. La fogosidad del baile entre nuestros labios, incluso, lograba que jadeos escaparan entre besos, por lo cual me empezaba a sentir un poco caliente. Si seguíamos así, podríamos terminar, o peleando por esto, o, si Yuu-chan pareciese dispuesto a seguir con esto, haciendo otras cosas que solo besarnos.

No podía hablar, no quería romper el beso, pero, tenía qué hacerlo.

-Yuu-chan -llamé cuando sus labios besaron mi mejilla, bajando por mi mentón, siguiendo un camino de besos húmedos hasta mi cuello.

-¿Hm?

Yuu parecía más perdido que yo, sus manos se encontraban apretando ligeramente mi ropa, podía sentirlo realmente hirviendo en ganas de hacer este tipo de cosas. Pero sabía que esto no era correcto en este momento, con una situación tan caótica entre ambos.

-Ah, Yuu-chan, si... Seguimos así, terminaremos... Terminaremos haciéndolo -comenté con dificultad, mordiendo mis labios para evitar que algún tipo de sonido obsceno escapara de mí.

Yuu-chan no respondió nada, y por ese momento, me dejé llevar. Podría ser, que Yuu-chan en realidad, se econtraba perdonándome. No había demorado en responder la llamada de Shinoa en la mañana, y no parecía reacio a mantener conversación conmigo, así que, por el momento, me dejé llevar como Yuu-chan también lo hacía, incluso si no era adecuado. Simplemente mi cordura se desvaneció con cada beso, con cada caricia.

 Simplemente mi cordura se desvaneció con cada beso, con cada caricia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abjurar La Reminiscencia Del NarcisoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora