Capitulo 8: Esto... Es el único remedio para un corazón roto

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Diana sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento, sobretodo con cada paso que daba.

Talvez parecía segura, talvez se veía como si cada uno de sus movimientos estuvieran planeados, sin embargo era todo lo contrario. Con cada paso que daba sentía sus piernas flaquear y su corazón temblar.

Llegaron frente a la pareja y Jerry miro a Anne entusiasmado.

– ¡Ann! – La pelirroja lo abrazo, pues había crecido junto a ella y le había tomado cierto cariño.

Al hacer esto soltó la mano de Diana, a quien de nuevo le había dado un shock al ver a Jerry.

– Hola Jerry... – Saludo Diana con una sonrisa melancólica, esperaba impresionarlo con aquel vestido que llevaba.

El francés giró la mirada solo por un momento.

– Diana. – Dijo asintiendo y prestando total atención a Anne, la cual se sentía en una situación muy incómoda. – Anne, te presentare a una persona que se volvió muy importante en mi vida... Ella es Hillary Rose... – Jerry no quería decirlo delante de ella, no quería decir que Hillary era su prometida delante de Diana, no porque quisiera ocultarlo, si no que, creyó que no era conveniente que escuchara.

Jerry dió una última mirada a Diana, pero esta vez era de compasión y tristeza.

Diana entendió aquello. Mordió levemente su labio inferior para evitar soltarse a llorar en aquel momento y desvió la mirada al suelo ya que sus ojos se encontraban llorosos. Se si dió vuelta para salir de aquel lugar y mientras caminaba hacia afuera sujetaba sus brazos.

Cada vez que se acercaba a la salida más difícil era contener las lágrimas. Así que agradeció que nadie le prestará atención.

Cuando al fin sintió la brisa fresca de la noche corrio hacia un costado de la escuela. Un pequeño triángulo en el que no había tanta luz.

Diana Barry se había arrepentido de muchas cosas a lo largo de su vida, pero de la que más se arrepentía justo en aquel momento fue de dejar ir a una persona que la hacía feliz, y de dejar ir a una persona que era feliz con ella.

Las lágrimas llenaban su rostro y su hermoso cabello ya se encontraba despeinado hacia todos lados.

– ¿También tu tienes problemas?

Al principio lo único que pudo que pudo captar, fue el asqueroso olor a Alcohol, después de ajustar su visión se dió cuenta de que conocía a aquella persona.

– ¿Bill?¿Billy Andrews? – Pregunto Diana con curiosidad.

Este chico le sonrió y le pasó la botella que tenía en la mano.

– Si te sientes mal esto te ayudará.

– No bebo. – Dijo firmemente poniéndose de pie y dando unos cuantos pasos.

– Esto... – Comento señalando la botella. – Es el único remedio que existe para el corazón roto.

Diana paro en seco y lo pensó un poco.

No quería seguir sintiendo aquella angustia, aquel sentimiento de impotencia era para ella una tortura.

Se dió la vuelta y apretó los labios. Se acercó a una ventana y pudo mirar a Jerry bailando con Hillary tan feliz. Después miro a Anne, la cual estaba buscando a alguien como loca, talvez a ella. Sin embargo, nuevamente su mirada se dirigió a aquella pareja.

"No veas algo que te hace daño"

Recordó las palabras de Anne y miro a Bill.

Sin dudarlo tomo aquella botella y dió el primer trago. El cual le asqueo, sin embargo ignoro aquella sensación y siguió tomando grandes tragos.

Amor por las cartas || Anne With Ann'e ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora