Capitulo 26: Ya soy madre, Gilbert

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Ya había pasado un mes desde que se inauguro el orfanatorio y Anne se encontraba más ocupada que nunca.

– Dígale a mis hijos que morí, para que no hagan preguntas. – Un hombre acababa de llevar a sus dos hijas, una de 8 y otra de tan solo 6 años.

– En este orfanato no les mentimos a los niños, al contrario, contamos con una psicóloga que los ayuda a afrontar las decisiones de sus padres al dejarlos aquí.

– De acuerdo, gracias señorita Shirley.

– ¿No va a despedirse de ellas?

– Es mejor así, conpermiso.

Se fue aquel señor y Anne fue a "la sala de las noticias" así le había puesto al lugar en el que le diría a los niños que este sería su nuevo hogar.

– Hola Meredith y Janet. ¿Cómo están? – Cada que Anne daba aquella noticia sentía como su corazón se partía al no saber cómo lo tomarían los niños. – ¿A ustedes les gusta este lugar?

Ellas asintieron, pues era una habitación llena de juguetes, libros y colores para niños.

– Pues está será su nueva casa, este será un hogar temporal, y tendrán muchos amigos. Al menos hasta que encuentren una familia sana y buena.

La pequeña niña de 8 años tomo la mano de Anne.

– El no volverá ¿Cierto? Una de nosotras será adoptada y nos separaran ¿No es así?

– No niñas, las adoptarán juntas, jamás dejarán de ser hermanas y yo me encargaré de que no se separen. Ahora, acompañenme.

Tomo la mano de ambas.

– Esta es mi oficina, cualquier cosa que necesiten, estoy aquí de 7:30 a 10 de la noche, después de esa hora, solo si es urgente le dirán a Elizabeth con H que me avise, ustedes cómo son pequeñas no pueden subir a los demás pisos, pero ella es la encargada de abajo y con gusto las atenderá. Este es el comedor en el que estarán ustedes, los niños.

Abrió las puertas y había 30 mesas de tamaño mediano, cada una tenía 4 sillas.

– Ahora vamos al patio. Cómo son pequeñas tienen un límite. Solo pueden estar en los juegos de piso, pero pueden correr y jugar con los demás niños. Miren, ahí está Patrick. ¡Hola Pato! – Dijo Anne de cariño.

– Hola señorita Shirley, estamos jugando canicas, ¿Gustan jugar señoritas?

– Vamos niñas, pueden integrarse si quieren. – Janet se soltó de la mano de la pelirroja para asentir dando brincos.

– ¿Meredith, que dices?

– Prefiero ir adentro si no es molestia. – Dijo un poco seria.

– De acuerdo. Pato, cuando acaben de jugar llevas a Janet con Elizabeth para que le diga dónde estará su hermana. No la dejes sola, ¿Confío en ti?

– ¡Claro señorita Shirley! – Chocaron los cinco y Anne entro con Meredith.

Cuando se alejaron del patio la pequeña hablo.

– ¿Hay algún lugar tranquilo en el que pueda estar?

La pelirroja hizo memoria, pues si bien, el orfanatorio siempre estaba lleno de risas, sin embargo supo cuál lugar era el indicado.

– ¿Sabes leer?

– Si.

– ¡Pues vamos a la biblioteca!

Anne la llevo a la biblioteca de niños que se encontraba en el primer piso. Había sillones con colores y formas divertidas, fotos,  dibujos que los niños habían realizado y un mural en el que se marcaban las efemérides de cada mes.

Amor por las cartas || Anne With Ann'e ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora