Lienzo

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Dos medias lunas oscuras cubrían la parte inferior de ambos ojos en el rostro de Jimin, no había pod dormir bien, su cabeza estaba llena de un sin fin de diversos pensamientos; no entendía por qué ningún objeto era encontrado. ¿Acaso el mayor mentía respecto a cada uno de ellos? Pero... Era imposible.

Según el entendimiento del azabache, las fotografías de objetos perdidos se generaban según la memoria del dueño. Era algo más que un simple trozo de papel, era un recuerdo de forma física y material.

—No puede estar fingiendo...—El chico azabache mordió una de sus uñas, totalmente confundido y frustrado. Se encontraba en la recepción, su mirada puesta en un punto cualquiera y su mente trabajando a mil por hora.

—Y, ¿Por que viene y se va a la misma hora?— La mordida impuesta sobre su uña fue tanta, que un leve sonido resonó en sus oídos. El azabache pestañeo, dirigiendo si vista hacia su dedo, notando la desigualdad de su uña, y la sensación en su lengua de tener ese trozo arrancado sobre ella.

—¡AGH, SOY UN IDIOT...— El sonido de la campanita en la puerta principal le callo de inmediato. Sus oscuros orbes se posaron en el chico de cabellera rubia, que apenas y estaba asomando su cabeza, luciendo el rostro más confundido que alguna vez pudo haber en él. Rowoon pestañeo incontable veces, jugando con sus dedos en son de nerviosismo.— B-Bienvenido a Lost & Found, Hyung.

El rubio entró, cerrando la puerta detrás de sí, sin dejar de dedicar al menor esa mirada de confusión.

—¿Por que gritabas?

—Oh... Es que... — El menor presiono sus labios, nervioso, no podía decir la razón real y verse como un completo tonto ante los ojos de Inseong.—¡Rompí mi uñita, y era mi preferida!

Gran idea, Rowoon. Te mereces un premio.Pensó Rowoon, mientras alzaba su dedo índice, así mostrar la uña desigual, y claramente mutilada por sus dientes.

Inseong no pudo evitar reír, un tanto agudo. El azabache se perdió en ese hermoso sonido, deseaba tanto poder escuchar esa risa durante mucho tiempo, todos los días, a todas horas.

—Yah, Rowoonie.—El mayor tuvo que colocar una mano en su boca para ahogar sus carcajadas en ella y poder calmarse del todo. Si tan solo el azabache hubiese tenido el coraje, le habría pedido que que no hiciera algo así y continuará con ese cantón angelical al que llamaba risa.

—¡No te rías de mi sufrimiento!— Rowoon fingió indignación, abultando ambos labios, formando un puchero completamente infantil, más no tardo en soltar leves y rasposas risas.

Ambos simplemente se sonrieron, como si el mundo que les rodeará pasará a segundo plano. Ambos perdiéndose en la belleza ajena.

—¿Qué traes hoy?

—Oh, casi lo olvidaba.—El rubio entregó la fotografía, el contenido siendo sumamente peculiar.

Constaba de un lienzo, en él una pintura al óleo de un retrato sin terminar, un enorme espacio en la esquina inferior derecha estaba en blanco. Y, apesar de que el rostro pintado estaba incompleto, era fácilmente deducible que se trataba de Inseong.

El menor alzó su mirada hasta el rostro del rubio, y de vuelta a la fotografía, comparando los detalles que lograban visualizarse en la pintura sin finalizar.

—Vaya, la persona que estaba pintando esto es muy talentosa.

La mirada de Inseong se apagó por un momento, era increíble como podía transmitir todos sus sentimientos y pensamientos por medio de esa profunda mirada. Rowoon supo, con sólo ver el brillo desaparecer y dejar tras de sí dos ojos negros sin vida, que esa pintura era importante.

Y, más aún, quien la hubiese pintado. Algo en el interior del azabache le dijo que esa obra sin finalizar era de la persona que estaba enamorado el mayor.

¿Cómo lo supo? Esos mismos ojos sin vida fueron los presentes en aquella conversación, donde la mirada del mayor se veía llena de dolor al momento que el azabache decidió mencionar al “amor de su vida.”

—Lo es... O lo era.

La respuesta del mayor dejo completamente confundido al azabache. Sin embargo, debía dejar de lado ese tema. Sin decir más, busco la llave que les llevaria al nivel de “objetos de arte.”

El silencio incómodo volvió a hacer presencia, tal como el día anterior. ¿Acaso era Rowoon el único que sentía esa extraña presión en el pecho al estar dentro del ascensor con el mayor? Antes no se sentía de esa manera, y no entendía la razón de que ello cambiará.

El agudo sonido anunció que llegaron al nivel, encontrándose con un lugar muy similar a un museo, con miles de cuadros colgados en la pared. Apenas lograba verse el color del papel tapiz beige en la pared debido al sinfín de cuadros, de diferente tamaños, técnicas, colores y temáticas.

Sin entablar mayor conversación, ambos iniciaron su búsqueda, observando detenidamente cada una de las pinturas. Inseong, después de unos minutos, perdió toda atención debido a un cuadro. De los más pequeños, dónde se mostraba un paisaje de otoño.

Rowoon volteo su mirada, encontrandose con el mayor completamente sumido en la pintura. Había estado todo ese tiempo aguantando su curiosidad, pero el verle admirar un cuadro tan insignificante como ese logró armarle de valor.

—¿Estas bien, Hyung?

El rubio se sobresalto, volteando a verle al ser sacado del trance en el que se encontraba.

—No lo sé.

—¿Te gustó esa pintura? Digo... Es realmente pequeña.

—Si, pero tiene algo especial.

Rowoon observó a detalle la obra, sin entender en absoluto. No era más que un paisaje, siquiera lo consideraba tan bello como para captar la atención.

—Hay algo que quieres preguntar, ¿Verdad? — El rubio observó al menor, curioso.

—La obra que perdiste, ¿Quien la pinto?

—El amor de mi vida.

Rowoon sintió un nudo en la garganta. Sabía que era esa persona, y aún así no se esperaba la respuesta. El azabache simplemente asintió, su labio inferior temblando.

—No... Pude encontrar la pintura...

Inseong mostró una leve sonrisa, asintiendo, pero esos ojos no reflejaban más que dolor.

Una vez más, Rowoon era incapaz de encontrar algo que haría feliz al mayor. Y nadie podía describir lo mucho que el azabache deseaba verle feliz, verle sonreír de manera más amplia. ¿Por qué no lo lograba? Estaba sintiéndose cada vez más ansioso.

Y por primera vez en su vida, Rowoon no pudo hacer más que llorar en completa frustración una vez el mayor se fue del lugar.

No creía soportar mucho más de esa situación.





Gracias por leer.
Pronto corregiré los errores^^

Lost and Found [Roseong] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora