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La familia Yoon debido a todos sus aportes a la seguridad y defensa frente a otras criaturas, entraban al grupo de las diez familias más poderosas del reino de los humanos a pesar de que no estaban ligados con la realeza. Los tíos y familiares lejanos de su padre aprendieron a defenderse y tendrían facilidades para conseguir la tecnología de ellos, pero no tenían ningún poder sobre lo que provoco esas grandes riquezas, pues el señor Yoon era bien reservado y se dedicó a criar bien a Seungcheol para que no tuviera problemas en liderar y dirigir la armería y toda la gente que instruyeron como grupo especializado que la realeza a veces contrataba para ciertos eventos, con tal de que no interfirieran criaturas peligrosas.


Su hermano mayor era quien realmente decidía todo, por lo que debían hablar con este para convencerlo sobre considerar el conversar con las hadas, ya que podría convencer a otras personas importantes. Seungcheol tenía un carisma único que te transmitía humildad, empatía y confianza, algo que usaba sin darse cuenta durante muchas cosas en las que acompañaba a su padre, así que gente solo aceptaba tratos con los Yoon porque no creían que ese señor fuera tan insensible ya que su hijo era un amor. Cuando se volvió el jefe de todo, a pesar de que por ser joven debería transmitir desconfianza al resto, solo mejoro aún más las relaciones con sus principales compradores y familias importantes.


- Ya veo, entonces... - Jihoon se veía sorprendido por la propuesta, cerrando los ojos un momento para considerar los pros y contras de aquello para decidir qué hacer - ¿Podrían conversar con ese tal Seungcheol? Yo hablare con la reina de las hadas, mi madre, para ver si puede resultar este plan. No tenemos mucho que perder más allá del tiempo, porque realmente somos débiles cuando se trata de atacar o defendernos, ya que nuestra fortaleza es la naturaleza. Los humanos antes también eran débiles, así que si resulta esto, puede que aprendamos del otro para volvernos más fuertes en nuestros puntos débiles – Los humanos se sentían nerviosos pero emocionados, pues esto podía resultar muy bien. Minki de repente se fijó bien en Jihoon y le dio un golpe en la cabeza a su hermano menor.


- ¿Por qué aun lo tienes encadenado? Libéralo de una vez para que pueda volver con su familia y comentarles sobre esta propuesta – Le regaño cariñosamente, a lo que Jeonghan bufo y le pego de vuelta en el hombro, acercándose luego al hada.


- ¿Estarás bien? Aun estas con algunas heridas – Hablo algo preocupado, liberando las muñecas del hada que noto el poder de la naturaleza rodearlo de inmediato como si lo extrañara, revitalizándolo un poco.


- Sí, creo que estaré bien – Se puso de pie con ayuda del humano y cuando quiso dar unos pasos, contraía su rostro con dolor ante su tobillo malherido – No se preocupen, he estado peor y he logrado ir de un extremo al otro del bosque – Quiso calmarlos, porque notaba la preocupación en el rostro de los humanos y en el caso del ángel, tenía una expresión extraña donde le brillaban los ojos mientras pensaba en algo.


Joshua estaba maravillado mientras los escuchaba hablar, pues vio unas oportunidades posibles de que se arreglaran esas disputas sin sentido tan violentas. Decidido, se acercó al hada para acunar sus mejillas con sus manos y besar castamente a Jihoon, dejando a todos tan sorprendidos que se quedaron paralizados en sus lugares. El ángel al separarse aún se mantuvo cerca y susurro unas oraciones para luego besar su frente, curándolo y deseándole suerte en ese pacto que, si resultaba bien, traería paz a las hadas y que los humanos empezaran a recorrer un camino donde dejaran de considerar como enemigo a todo lo desconocido, abriendo sus mentes y permitiéndose aprender de otras criaturas tan sabias como las hadas.

Remedium meum (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora